CAPÍTULO 6.

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Tomo una ducha de nuevo, la fiebre no baja y me siento terrible, pero ir a un hospital es otro gasto que por el momento no me puedo permitir.

Luego de esa pequeña discusión con el príncipe, decidí ir a mis trabajos y presentar mi renuncia, también intente resolver las cosas en la universidad, pero había tantos papeles que entregar que lo deje ahí, luego fui a casa, mamá me llamo para decirme que en unas horas Ali va hacer trasladada a Rusia y claramente va a ir con ella.

Le comenté acerca del trato, así que en unas horas viene a ver las maletas para tomar el vuelo, lo triste es que no me puedo despedir de Ali.

Intente hacer una sopa de pollo, pero termine en el piso, me siento muy débil, me dirijo a mi habitación y mido mi temperatura, ha bajado de 40 a 38 grados, no puedo seguir así, pero cuando mi madre llegue no puedo estar aquí, la puedo contagiar y es lo que menos deseo, cojo un abrigo y salgo del departamento, camino al centro de la ciudad esperando despejarme un poco, mi celular comienza a vibrar y veo un mensaje de Manuel.

"Buenas tardes Alex, el rey August II requiere su presencia, llegó en 10 minutos a su hogar."
-Manuel-

Decido mandarle un mensaje dándole mi dirección, no pienso caminar de nuevo a mi casa.

Apenas abro la puerta del auto veo a Ares con alguien a su lado, una chica rubia, sus ojos son verdes y se nota a leguas que tiene un cuerpo de infarto, la verdad es que es muy bonita.

Disimuladamente veo lo que traigo puesto, un simple jean negro, una camiseta azul, una bufanda, mis botines y claramente mi gran abrigo café, es tan calentito que no sé cómo con la temperatura de la ciudad, ella no muere de frío con ese vestido tan corto.

—Piensas subir— una voz detrás mía me hace sobresaltar, veo a un chico.

Dios mío, que belleza.

—Yo mmm...—comienzo a tartamudear, bien nadie se compara a Ares, pero por favor, es muy lindo, lo reconozco, es el hermano menor de Ares su nombre es Athan, tiene 15 años y la chica rubia de alado es su hermana Ariadna, es menor a mí por un año. 

Genial, reunión familiar.

—Alexandra sube al...—siento la grande y fuerte mano de Ares en mi brazo, pero un grito hace que las ganas de golpear a mi futuro esposo en la cara disminuyan.

—¡Alex! —me nombra una voz detrás de nosotros, sonrió, es Tess, giro sobre mis talones y veo a mi mejor amiga correr hacia mí, enseguida siento sus brazos rodearme, creo que aún no se fija que estamos con personas de la Alta sociedad como ella solía llamarlos.

—Señorita, tenemos que irnos— insiste Manuel amablemente, Tess me suelta y mira a su alrededor.

—Altezas—pronuncia haciendo una reverencia dirigiéndose a todos, con sus mejillas sonrojadas y su mirada de confusión sobre mí.

—Nos tenemos que ir, adiós— dice Athan con rapidez, haciendo que entre al auto.

—Hablamos luego— logro decir cuando Athan sube y cierra la puerta, Manuel arranca.

En otra situación hubiese reído de la expresión de mi amiga.

—¿Quién eres? —pregunta Ariadna.

— Para serte sincera no tengo la mínima idea— expreso cansada, escuchó su risa delicada, obvio es de la realeza, si escucharán mi risa.

—Entonces tu eres la prometida de mi hermanito —Athan lo dice sonriendo, yo asiento, no estoy de ánimos.

—Les presentaré— la voz de Ares llama mi atención.

—Alexandra, mis hermanos Ariadna y Athan seguramente ya los conoces.

—sí, salen mucho en los noticiarios como no saber—digo divertida, siento como Ariadna pone su mano encima de la mía, pero la retira rápidamente, la miro confundida por su acción.

—¿Te puedo decir Alex? —pregunta, yo asiento, siento su mano en mi frente.

—Alex, estas con fiebre— afirma, Athan hace lo mismo que su hermana.

En menos de un minuto ya tengo las manos de las personas más poderosas del país sobre mi rostro.

—Mujer estas quemando.

Los veo realmente preocupados.

—No es nada, ya pasará— le quitó importancia a la situación esperando darles calma, cuando llegamos todos bajamos del auto, entramos por la gran puerta mientras Ariadna y Athan juegan como niños pequeños, según lo que sabía hace unas semanas estaban en un crucero, supongo que hoy llegaron.

—Hijos— saluda el rey con emoción, sus hijos sonríen y le dan un abrazo, yo sólo miro desde lejos acompañada de un silencioso Ares.

—Alex—saluda, hago una reverencia y él me sonríe.

—Acompañame— ordena con delicadeza, comenzamos a caminar sólo los dos, los hermanos se fueron llevándolo con ellos a Ares.

—Supongo que mi hijo te dejo más que claro todo lo que va a consistir este trato, tus cosas hacen unos minutos llegaron y tu madre seguramente ya está en un vuelo camino a Rusia, Manuel va a dirigirte a tu habitación, la espero en el comedor para la cena—informa y creo que Ares no me informó del todo.

—Permiso— me despido, hago una reverencia y sigo a Manuel, llegamos a unas escaleras, las subimos, genial gradas, veo una puerta blanca.

Cuando Manuel la abre, mis ojos salen parecen querer salir de su órbita, creo que está habitación es más grande que el departamento de mamá.

—La dejo para que descanse —expresa amablemente, yo asiento aun embobada mirando a mi alrededor, él se retira de mi habitación dejándome sola así que como la mujer madura que hay dentro de mí no tardo en saltar a la cama, cierro los ojos al sentir la comodidad absoluta al igual que el sueño llega a mí, de todas maneras, no creo que les moleste si descanso, así que en segundos termino cayendo en un profundo sueño.

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El Príncipe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora