⌈Epílogo⌋

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-Elsa-

—Muy bien señora Frost, ha progresado mucho. Deduzco unas cinco sesiones y ya.

Alargue una larga sonrisa a la psicóloga que me había estado atendiendo todo este tiempo. Una mujer de mediana edad, castaño cabello de un corte arriba de los hombros y unos lindos ojos color café. Se hallaba sentada con la espalda rectamente pegada al respaldo de aquel sillón de terciopelo café, mirándome frente a ella. Yo de igual forma estaba sentada en un sillón igual frente al suyo, dejando mis manos reposando en mis muslos.

He tomado sesiones hace más de un año después de todo lo que paso. Esa noche luego de la videollamada con Tooth y Jony la policía llego a nuestra casa para interrogarnos a Jack y a mí, cautelosamente sin perder ningún detalle. Intentamos seguir con nuestra vida como lo hacíamos antes, pero yo necesitaba ayuda profesional, no soy la misma claramente y no podía seguir en aquel estado tan deplorable en el que estaba. Me sentía muy insignificante, devastada y de alguna manera furiosa con todo lo que había pasado. Así que Jack, en menos de un mes me consiguió una cita en el psicólogo y veme aquí. Me ha ayudado bastante, muchísimo, ya que, con esta mujer he podido desahogarme de todo lo que pase con Aster esas semanas encerrada. Pude soltarle todo lo que vi, lo que sentí y sobre todo como me sentía yo. Ella me dio ejercicios para superar ello y hablo bastante conmigo sin bostezar. Es lo que más me encanto de estar aquí; que pude llorar hasta casi deshidratarme sin pena alguna. Y tuve algunas sesiones acompañada, en algunas se necesitaba la compañía de Jack, pues el tanto como yo necesitaba ayuda y desahogo.

El tiempo pasa y Merida ya tiene a su pequeña hija de tan un año, una hermosa bebé regordeta de pequeñitos rulos castaños. Al salir de esta sesión Jack me dejará en la casa de Punzie, por el baby shower que organizamos para ella. Punzie está de verdad maravillada, desde que vio a la pequeña de Merida deseo poder ser mamá, también porque había disfrutado bastante cuidar de Yerai el tiempo que pudo, así descubriendo que adora a los niños y añoraba tener uno propio con el amor de su vida. Si, el miedo de Eugene ya se volvió un nuevo deseo más, aunque al recibir la noticia casi se cae de espaldas ante esa tonalidad pálida que tomó su cara, tomo impulso y le festejo a su chica dándole abrazos y besos en la cara.

Hablando de ellos, los chicos la pasarán en la casa de Hiccup, pero claro que no estarán solos: tendrán que cuidar de tres lindos bebés. Aunque Yerai ha pasado a la etapa de infante, haciendo que descubramos uno de sus más grandes rasgos; inquieto al extremo y no para de hablar ni un solo instante, habla, habla, habla y habla. Aprendió a hablar, pero no aprendió a callarse.

—Muchas gracias, señora Parr. Hasta luego —Me puse de pie del sofá, me incline y estreche mi mano con la de ella antes de salir de la cómoda habitación.

Salí del edificio y me encontré con Jack esperándome recargado en la puerta del auto. Al cruzar miradas nos brindamos sonrisas. Le planté un casto beso en los labios cuando estuve delante de él y sentí sus manos colocarse en mi cintura.

—¿Qué tal la sesión? —Me interrogó ladeando una sonrisa. Ha cortado un poco su cabello, ya no lo deja tan despeinado como antes, bueno a veces. Paso rápidamente mi mirada por su rostro y suspiro. Me gusta cuando tiene rastros de barba, lo hace ver un poco más... ¿Rebelde?, Aunque me gusta de todas las formas que este. Es muy guapo en todas sus formas.

—¡Genial! —Soltó una risilla ante mi tono tan alegre —Me ha dicho que solo me faltan unas cuantas sesiones más y ya habré terminado.

Hizo su larga sonrisa más corta, agregándole serenidad a su semblante y me inspecciono el rostro por unos segundos.

—Me da muchísimo gusto que todo lo has superado, Els. Sabía que puedes —Acarició mi mejilla y se separó de mí.

Abrió la puerta del copiloto y haciendo una mal hecha reverencia me ayudo a adentrarme al auto.

Another Stalker |#2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora