Quinze - Tu

919 92 28
                                    

Cuando tu madre murió me dijeron que habías salido sin noción y en velocidad extrema.

Te busqué todo el día, toda la noche hasta que un viejo amigo te encontró en un bar de quinta en la ciudad.

Le pedí a tu hermano que me acompañara pues no sabía en que estado de ebriedad estabas, además de que tenía miedo de entrar ahí sola.

Y cuando entré ahí te vi, con quien sabe cuantas mujeres encima y ni siquiera me reconocias.

Salí de ahí destrozada, sin noción, sin razón de ser.

Estaba rota, estaba desecha y quizá mucha gente habrá dicho que yo fui la culpable y seguro aún hoy lo piensan pero ciertamente no quiero saber quien fue.

Nos juramos amor eterno, estar ahí el uno para el otro en la salud y en la enfermedad, para enfrentar la vida juntos y no lo hiciste.

Cuando estabas destrozado no me buscaste, te enredaste con otras mujeres y ni siquiera fuiste para buscarme y me sentí ofendida porque si en tu peor momento no recurrías a mi como tu esposa ¿que esperaba para el futuro?

Así que te pedí el divorcio.

Recuerdo que entraste con flores y te dije todo lo que sentía y no pronunciaste palabra alguna, ni un solo perdón solo firmaste y te fuiste.

Esa fue la última vez que te vi y me arrepiento.

Me arrepiento no haber corrida tras de ti y besarte, me arrepiento por haberme comportado así en ese momento y quizá también por no exigirte que hablaras, me dieras una explicación o si quiera un aliento de que sí me amabas y solo era un mal momento.

Te odio por haberte ido, por haberme dejado sola, por no haberme tomado en cuenta como tu esposa, como tu pilar y como yo siempre lo había hecho.

Me odio a mi por haberte dejado ir y que por alguna manera te deje suicidarte.

Te odio por haber dejado sin un último adiós y por haberme dejado sola y con una bebé que 5 meses después nacería y tendría tus ojos que me volvían loca cada vez que me miraban, el mismo color de cabello que te volvía loco cuando no quería acomodarse por las mañanas.

Te odio a ti por haberme hecho amarte, por dejarme perder tanto tiempo en darme cuenta que a quien amaba era a ti y que quizá en edades diferentes o situaciones diferentes quizá y solo quizá estarías conmigo aquí, justo ahora abrazándome y diciéndote cuanto te amo.

Ciertamente me siento triste porque no cumplimos las promesas que teníamos juntos, nunca supiste lo que era tener un hijo y que de alguna forma hay una frase desgarradora que me recuerda a ti "tan cerca y tan lejos".
Tan cerca y tan lejos de haber tenido hijos, tan cerca y tan lejos de haber podido estar juntos para siempre, tan cerca te tuve cuando en realidad estabas muy lejos de mi.

Ciertamente nunca podré odiarte porque me hiciste la mujer más feliz y en este día más sin ti mientras cuento los días para volverte a ver lo único que puedo decirte es, te amo.

Tú. | Zabdiel de Jesús. Where stories live. Discover now