II.

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—Oh dios mío, ¡Oh dios santo! ¡No me lo van a creer!—Dijo Jungkook, emocionado, con refresco en mano, y llegando con pasos largos hacia la mesa donde estaban sus amigos.
—¿Te ganaste la lotería?
—No Tae...¡Mi profesora de literatura se partió la pierna! Nos han puesto a un suplente, no luce tan malo. Tal vez tengo oportunidad de salvar el semestre.
—Oh...y, ¿es guapo?— preguntó Jimin, observando de manera incesante su celular a la vez que le daba un sorbo a su malteada.
—Yo...¡Yo que voy a saber! No me interesan mucho los hombres. Y menos si son mi profesor. Aunque él...

Jimin bufó y rodó los ojos. Jungkook casi podía escucharlo decir "aburrido" en su mente.
Aquél chico era poco más bajo que él, tenía el pelo actualmente teñido de un lindo rubio y la mayoría del tiempo tenía cara de sufrir una indigestión. Pero el resto del tiempo tenía la sonrisa más dulce y adorable del planeta...claro, cuando no estaba ocupado siendo inminentemente homosexual. Aparte de ello y bailar, carecía de otro hobby.

—Bueno, es cierto que la mayoría de profesores son viejos y horribles.—Continuó el más bajo— Pero hay excepciones.
—Oh oh, ¿Hablas del profesor Kim Seokjin?—Dijo Taehyung, rompiendo su silencio.
—Oh si, el mismísimo Kim Seokjin...es tan guapo...
—¿Podrían detener su plática de amor hacia ese señor? Creí que se morían de curiosidad por mi nuevo profesor.

Sus amigos lo miraron arqueando una ceja. Jungkook rodó los ojos y recordó aquel momento hacía ya un año en el que él y Jimin habían compartido una clase, no recordaba cual, pero si recordaba haber dejado caer la mandíbula al ver a su profesor. Era el hombre más guapo que había visto alguna vez en la historia, si, pero eso no significaba nada.

De pronto, vio a su nuevo profesor suplente pasar por el pasillo de adelante, sosteniendo su pequeña mochila y revisando algo en una gran tablet. El pelinegro sacudió a Jimin, quien por primera vez quitó la vista del teléfono, llamando la atención de Taehyung.

—¿Es él?
—Si, es él.

Sus amigos lo analizaron en silencio muy detenidamente para luego, en silencio, asentir mientras se miraban entre sí.

—Cógetelo.

Y entonces Jungkook escupió su sprite sobre el teléfono nuevo del rubio.

—Agradece que esto todavía funciona Jeon, ¡Agradécelo! Porque si no ya estarías diez metros bajo tierra.

El nombrado suspiró mientras tiraba a la basura el traste lleno de arroz que habían ido corriendo a comprar hacía un par de minutos en un mercado cercano. Taehyung, a su lado, se reía sonoramente al ver las expresiones de sus amigos.

Tae era un chico que al menos en ese momento era de pelo castaño bastante más claro que el menor. Actualmemte era alto y de hombros anchos, muy contrario al tiempo donde Jungkook lo había conocido, donde era ciertamente flaco. Le daba la risa simple y a veces parecía como que todo a su alrededor no existía y que vivía en su mundo. Sin embargo, era agradable, gracioso, ocurrente, espontáneo y muy inteligente. También era muy gay, pero esa era otra historia.

—Ah...no lo comprendo kookie, ¿porqué niegas que tu nuevo profesor es súper guapo?—dijo él.
—Kook, si tu no lo quieres, dame su nombre y yo investigo lo demás—intervino el rubio, dándole un guiño– En una semana los informo. Si pude con uno, puedo con otro.
—Oh dios mío, ¿por qué son mis amigos?
—Tal vez...¿porque somos los únicos que te soportan?

Jungkook asintió en silencio. Tampoco es como si tuviese planeado dejársela tan fácil a Jimin. Primero tenía que saber un poco mas de su nuevo profesor antes de saber si dejárselo como postre al mismísimo diablo.

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