1. Solsticio

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Ƹ̴Ӂ̴Ʒ   

 Di hola desde tu ventana

 Di adiós desde tu auto

 Di buenas noches desde tu almohada.

 Di hasta pronto desde las estrellas

 Da un paseo por mi vida. 

Cántame una canción de cuna

 Canciones de cuna para alguien de mi edad

 ¡Por favor, no te olvides de mí! 

 . 

8th Avenue Serenade – Green Day  

 



εїз ✏✏✏✏✏✏✏✏✏✏✏✏✏✏✏✏✏✏✏✏✏✏✏✏✏✏✏εїз
 

 Preston, Idaho. 6:22 a.m.

Aún era temprano cuando se oyó por el ancho y apenas iluminado pasillo principal, las tenues pisadas que rechinaban cuan molestas eran por el encerado rellano de la Hacienda, avisándole, como si de un temible reloj suizo se tratara, la llegada del verano.

Apenas hizo un amago por incorporarse de la cama, supo que ese día iba a ser condenadamente largo. Su cabello negro cayó sobre su frente desordenadamente, mientras veía cabizbajo la alfombra de tono latte de su habitación, como si esta le pudiera devolver la mirada y le proporcionara todas las respuestas que anhelaba para acabar con aquel interminable suplicio.

Respiró hondo, y antes de que pudiera mover un sólo músculo, resonó en el vestíbulo el inconfundible y estridente chillido de Isabelle. Su griterío empeoró aún más su semblante, perforándole los oídos y a su vez el cráneo, mientras en su frente se empezaba a surcar una notable vena de irritación.  ¿quién tenía la desfachatez de ponerse a romper tímpanos a las seis de la mañana? Gruñó para sus adentros y se levantó de la cama, despidiendo malhumor por cada poro de su pálido y bonito rostro.

—¡Rivaille, ven a recibir a los invitados! —Le había gritado Hanji desde abajo con más fuerza de la necesaria— ¡Mira que están ansiosos de verte! Farlán, qué grande te has puesto, ¡y qué guapo! y pensar que hace tan sólo unos ayeres jugábamos a las escondidas; claro que siempre ganaban ustedes porque me robaban mis anteojos...

Maldita cuatro ojos.  Pensó mientras ponía los suyos en blanco. Siempre tratándolos igual, como si hubiera pasado una década cuando en realidad no pasaba ni un año del último verano en que estuvieron aquí, en ese pueblo jodidamente aburrido.

Pero no debía culparla del todo, ese mismo aburrimiento era la justa causa de que la llegada de los otros fuera en cierta parte emocionante. Era bueno tener a sus viejos amigos acompañándolo en otro infernal episodio de Acampemos con los Smith's. Al menos sería más fácil matar el tiempo si compartía un poco con ellos, pero seguía pensando que todo eso era una pantagruélica mierda.

Caminó sin prisa hacia la puerta, con su aire desaliñado de las mañanas, ataviado con una simple camiseta blanca de algodón de su medida y pantalones cortos de un azul oscuro que le llegaban a la rodilla. No iban a esperar en serio que se presentara ante ellos con más escrúpulo cuando bien podía seguir durmiendo otras dos horas más.

Aliado del Eje (Riren)Where stories live. Discover now