Aliado del Eje (Riren)

Formando el eje

Ƹ̴Ӂ̴Ʒ

Miro mi vida hacia atrás

(¿por qué mi vida?)

recuerdos borrosos en las paredes

(En las paredes)

Miro a la persona que soy ahora

(¿Quién soy yo?)

No dejaré que me deprima.

(¿Por qué alguien me hizo sentir mal?)

I was there - Green Day

εїз

εїз

—Eren, Mikasa, padre. Padre, Mikasa, Eren.

El señor Braus les había dado un abrazo. No sabía si su efusividad era característica de él o quizá era que en Idaho así se saludaba apropiadamente.

En todo caso, no hubo mucho tiempo para averiguarlo. Padre e hija se habían enfrascado en asuntos personales que sólo ellos debían discutir, dejando a Eren un momento a solas con Mikasa.

Ninguno de los dos sabía qué hacer exactamente mientras veían a aquellos dos parlotear sin cesar, pero en cuestión de minutos el señor Braus los invitó a su casa —o mejor dicho cabaña— para que pudieran tomar algo fresco.

Mikasa y Eren se sentaron en el sillón más grande de la estancia, mientras que Sasha ocupó una silla que encaraba con la de su padre. Los invitados aguardaban en silencio, esperando que se les mencionara o se les preguntara algo, pues aunque de haberlo querido, no sabían como interrumpir esa algarabía. 

—Pa, estás más delgado, ¿si estás cazando bien? 

—¿Pero qué dices, muchacha? nunca he estado en mejor forma. Y claro que he cazado, guardé lo mejor de las presas para esta noche. Hoy voy a darles un festín de bienvenida-despedida.

Sasha había olvidado por tan solo un momento por qué estaban en Idaho, pues al escuchar la palabra despedida sintió que parte de su alegría se evaporaba.

—Es una pena que no viajáramos antes, así podría pasar más tiempo contigo. Aún hay algunas cosas que quiero que me enseñes.

El viejo se rio y miró con orgullo a su hija.

—¡Bah! te las has arreglado por ti misma durante mucho tiempo. Dudo que realmente necesites a tu viejo para algo. Te has vuelto muy madura, Sasha.

—Bueno, yo... —Sasha rio avergonzada a la vez que se colocaba un brazo tras la nuca. Eren sintió la acuciante necesidad de intervenir por primera vez desde que llegaron para soltar algún comentario sarcástico, pero se limitó a beber el té que les había servido el señor Braus. El té no era exactamente lo que había imaginado cuando mencionó algo fresco, pero estaba sorprendentemente delicioso. Se preguntó si Mikasa se tomaría el suyo.

Una vez gastados los temas principales entre familia, Sasha por fin habló del campamento y les contó a sus invitados varias anécdotas que había vivido o bien presenciado en aquella Hacienda. Les habló del personal y de los campistas, los cuales Mikasa ya conocía en su mayoría, pero Eren apenas comenzaba a hacerse una imagen mental.