Parte 2

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La implantación y el impacto de la Nueva Gestión Publica en las administraciones publica

Es habitual poner a la Administración publica contemporánea en varias encrucijadas como la de reflexionar sobre sus problemas de legitimidad y credibilidad social. La Administración publica ha ido perdiendo su vigor formal derivado de la fortaleza inherente al concepto de Estado clásico y se ha transformado en un instrumento que capta recursos para transformarlos en servicios directos e indirectos a los ciudadanos. La sociedad se ha envalentonado y ha perdido el miedo a una inmensa maquinaria burocrática que seguía designios difícilmente comprensibles, y disponía a su antojo de importantes facetas de la vida publica y privada de los administrados. Los ciudadanos, en su acepción actual, se han convertido en «propietarios» políticos y económicos de la Administración y como tales Ie exigen resultados. En este sentido, la Nueva Gestión Publica esta orientada a incrementar la eficacia y la eficiencia de la Administración publica. Esta búsqueda es lógica y trascendente debido a que la ausencia de eficacia y eficiencia del sector publico pone en peligro su legitimidad y estabilidad, pudiendo incluso llegar a cuestionar el propio sistema político, ya que en la medida en que los gobiernos no proporcionen con eficacia las políticas y los servicios públicos demandados socialmente, los apoyos al sistema político disminuyen (Bazaga et aI., 1998). 

Durante las ultimas cuatro décadas han sido numerosas las aportaciones teóricas y practicas que han intentado modificar los parámetros organizativos y la gestión del sector publico. la adminiestracion tradicional va asociada al concepto de burocracias, es decir, una organización jerárquica en que cada unidad tiene unas responsabilidades claramente delimitadas, estando sus actuaciones reguladas mediante reglas escritas y mecanismos de control vertical. En su momento, aunque ahora pueda resultar una paradoja, el modelo de organización burocrático fu.e la respuesta alas necesidades derivadas de la modernidad, una modernidad racionalizadora que se manifestaba en el domino de la eficiencia, la preductibilidad, la calculabilidad Y el control tecnológico. Pero con el tiempo la Administración publica tradicional que se inspira en el modelo organizativo burocrático ha desarrollado disfunciones muy importantes que tienen como resultado mas sustantivo la falta de adaptación de las organizaciones publicas al contexto socioeconomico actual. 

Tras numerosos intentos fallidos de modificación de los parámetros weberianos que las han dominado, y que aun las dominan, en las administraciones publicas de los países latinos han aparecido de manera rotunda durante los afios noventa un conjunto de perspectivas reformadoras bajo el titulo integrador de Nueva Gestión Publica.

Tras numerosos intentos fallidos de modificación de los parámetros weberianos que las han dominado, y que aun las dominan, en las administraciones publicas de los países latinos han aparecido de manera rotunda durante los afios noventa un conjunto...

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Como se ha mencionado en el capitulo 1, en la literatura de la Nueva Gestión Publica la mayoría de las aportaciones pueden considerarse neoempresariales y, en cambio, las contribuciones neopublicas representan una minoría. La asimetría se agudiza con un impacto real de ambas corrientes, ya que las aportaciones neopublicas son mucho menos atractivas para los gestores políticos y para los gestores profesionales que las aportaciones neoempresariales. En este sentido, los valores asociados a la ética publica (corrientes neopublicas) son «solo» valores que pueden aparecer en el plano normativo (códigos deonto1ogicos, declaraciones de principios, etc.) y que, como mucho, pueden incorporarse en un nivel formal de discurso. Es decir, los valores y la ética publica están en franca desventaja con los valores neoempresariales de carácter instrumental que van acompañados de herramientas que favorecen su inmediata ejecución. No es necesario asumir unos valores gerenciales neoempresariales sino que deben implantarse determinadas técnicas y recetas y, con el tiempo, los nuevos valores asociados a estos elementos (conceptualmente mucho mas pobres que los públicos) se asumen, consciente 0 inconscientemente. En cambio, los valores y la ética publica deben primero interiorizarse (en tanto que valores) y luego afrontar los inconvenientes de gestionar con esta «carga» deonto1gica. La asimetria es desalentadora.

Critica a la Nueva Gestión PublicaWo Geschichten leben. Entdecke jetzt