Capítulo 4 "Maldito rubio imbécil"

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Al día siguiente.

Estábamos con Rose caminando por los pasillos del colegio para entrar a clases.

- ¿Como estuvo tu primer día? - pregunto, ya que ayer comenzó a trabajar con mi padre.

- Bien, no fue tan malo.... Por ahora. Todo el mundo me odia.

- ¿Y eso por que? - pregunto riendo.

- No te rías - dice golpeando mi pecho - Porque todo el mundo quiere ese trabajo y no pueden creer que una adolescente que los haya quitado. Se pensaran que soy la zorra de tu papa.

- Pobre de ti - río. Estábamos por entrar, cuando pasa por nuestro lado Ian Archibald en dirección contraria, mirándonos.

- Hola - dice al pasar con un tono de galán de telenovela, bastante patético.

- ¿También te acuestas con Ian Archibald? - digo con fastidio.

- No seas idiota, es Ian Archibald, todas las chicas del colegio quieren acostarse con el.

- Si pero ninguna esta a su altura - digo con sarcasmo - Es un arrogante.

- Tu también lo eres. Trabaja para tu padre, ayer hablamos y me pareció muy simpático. Tienes envidia de que todas las mujeres lo quieran a el.

- No seas ridícula, sabes que no me faltan chicas lindas.

- Mentiroso, sabes a veces los hombres parecen mujeres.

- ¿Es un halago?

- No.

- ¿¡Te gusta!? - exclamó incrédulo del mal gusto que tiene mi amiga.

- Me parece lindo, es un alma solitaria.

- ¿No es muy cliché que te guste el chico rebelde del colegio?

- Es liberal, no rebelde. Es un artista.

- Dios, ya te perdí. Escríbele un poema. - digo sarcástico

- Puede que lo haga.... "Ian, el alma libre de los dorados cabellos...."

- Seguramente es teñido.

- Envidioso. - dice provocadora.

- Claro que no - digo entrando al aula, tratando de controlar mi irritación. Ella entra detrás de mí riendo.

Maldito rubio imbécil - pienso para mis adentros con fastidio, de solo pensar que hablo con Rose.

***********

Había salido de clases.

Estaba en el baño del segundo piso, sentado en el suelo con la espalda apoyada en la pared.

Estaba fumando opio. Hago mi cabeza hacia atrás, apoyándola en la pared, y cierro los ojos.

No pude pegar ojo en toda la noche. Esta mañana apenas vi que Tim entraba en el comedor a desayunar, tome mi tostada sin terminar y salí de la casa.

Maldito traidor.

Siento que me patean suavemente. Abro los ojos.

- ¿Qué haces? - pregunta Dan.

- ¿Acaso no es obvio? - digo mostrándole el cigarro.

- Sabes - se sienta a mi lado - dicen que el sarcasmo es típico en las personas inteligentes, pero yo no te considero para nada inteligente. - me saca el cigarro y le da una calada.

- Que interesante. - digo con sarcasmo - ¿Crees que puedas conseguirme algo más fuerte?

- ¿Acaso estás loco? ¿Quieres morir?

¿Puedo Quedarme Contigo?Where stories live. Discover now