¿Puedo Quedarme Contigo?

22: "Dolor"

Había pasado una semana. 

Desde entonces no eh salido de mi habitación, ni siquiera para comer, aunque Jeff me la deja en la puerta. 

Por suerte mi celular de descompuso cuando Rose me tiro al agua.... Rose.

En todos estos días, no puedo dejar de pensar en ella. Por mi cabeza no dejan de pasar los millones de recuerdos que tenemos juntos, por mas que lo intente no logro pensar otra cosa. 

Aunque lo peor es cuando trato de dormir por la noches, no dejo de tener pesadillas, imaginando a la que consideraba mi mejor amiga con mi padre. Por lo que hace días que no logro dormir más de una hora de corrido. 

Abro los ojos al sentir que me sacuden. Eran mis dos hermanos.

- ¿Como...?  - pregunto pero no termino la oración. 

- Llamamos a un cerrajero. - responde Tim. 

- Patrick, apestas. - dice Jane. 

- Pues vete, nada te invito a  pasar. - digo fastidiado. 

- Patrick, tienes que salir un poco, no puedes quedarte autoconfiando en tu habitación toda la vida. - dice mi hermano.

- No fastidien, váyanse de aquí. - digo algo molesto.

- Se que debe ser difícil,  pero...  - continua mi hermano . 

- Tu no tienes ni idea lo que es, que tu mejor amiga te mienta para acostarse con tu padre.  - digo enojado. - El saber que a la persona que mas amabas, en realidad nunca le importaste, porque no dudo un segundo en tomar la oportunidad de lastimarte.  No sabes el dolor que siento dentro, porque no era cualquier persona... Era ella... Era Rose. - digo con mis ojos llenos de lágrimas. - Así que déjenme en paz. 

- No te dejaremos, Patrick. - dice Jane.

- Eres nuestro hermano, no permitiremos que vuelvas a caer como la última vez. - dice Tim. 

- Si lo que tengo que hacer para que se vayan es decirles que no me suicidare, lo haré, hasta les firmaré algo si quieren... Tan solo déjenme solo. 

- No Patrick. - dicen a dúo.

- Bien, me iré yo. - digo enojado, me paro de mi cama y salgo de mi habitación, azotando la puerta. 

Al bajar por las escaleras, me cruzo con mi padre. 

- Patrick, deberíamos hablar. - dice serio. 

- Lo último que quiero es hablar contigo.  - digo enojado. - Por mi puedes irte bien al demonio.

Salgo de mi casa y comienzo a caminar sin rumbo.  Cuando al llegar a una esquina, veo que se acerca el autobús, el que lleva a Ricitos a su casa. Lo paro y subo.

Varios minutos después, reconozco la manzana en donde vivo. Me bajo y camino hasta llegar a su casa. Me quedo observándola por unos segundos. Me acerco y toco la puerta.

A los segundos el me abre. Siento algo de felicidad dentro, al verlo.  Entro.

- Patrick – dice Ricitos sorprendido.

- Lamento venir sin avisar, y lamento haber desaparecido. Es solo que quería disculparme por lo de esa noche, no era mi intención golpearte yo.... – Me detengo al verla a ella, sentada en el sofá de la sala.

Otra vez el dolor en el pecho.

- Vendré cuando estés solo – digo.

- Patrick – dice Rose parándose y acercándose rápidamente.