-16-

14 3 3
                                    

Mirem entró en la habitación B-03, la cual le correspondía, estaba segura de que ya habría alguien allí. No se equivocó, sentada en el suelo estaba una chica de piel morena, pelo de color aguamarina, casi totalmente cubierto por la capucha de su larguísima chaqueta negra a juego con sus ojos. Llevaba unas gafas en el cuello similares a las de los Bituin, pero las suyas parecían de buceo, su ropa en general a excepción de su chaqueta parecía pensada para nadar. En su pierna se podía ver "Mg" escrito. 

—¿Quimera entre Bituin y Geist de Agua? Qué curiosa combinación.—identificó Mirem. La Quimera la miró con indiferencia.

—¿Un Vlokken en un torneo que se realiza en tierra firme? No durarás mucho.—le dijo insolentemente.

—Tengo mi as bajo la manga.—del bolsillo de Mirem se asomó una pequeña criatura. Parecía alguna clase de reptil o anfibio que la Quimera no fue capaz de identificar. Pensó que tal vez eso sería considerado como trampa, pero no le importó demasiado.—Soy Mirem.

—Mina.—se presentó la Quimera.

—Lýkos, ¿tienes pensado qué dirás en la entrevista? No sé si ser sincero te ayudará...—preguntó Jambo ya instalado en la habitación.

—Todo irá bien, Winich dijo que "si no era estúpido lo haría bien". Preocúpate más por ti, que no tienes poder que demostrar.—contestó él maleducadamente.—No sé para qué haces esta mierda.

—Me gustaría ser fuerte, así no tendría por qué tener tanto miedo.—los dos se quedaron en silencio. Al final Lýkos, viendo que quedaba un rato para el toque de queda, abrió la puerta.

—Ven, parece que venden armas en la planta baja.—le dijo.—Vamos a elegirte una para que dejes de temblar por la vida.

Lýkos llevó a Jambo hasta la tienda y, sin preguntarle, cogió un espadón y lo compró.

—Con esto te irá bien, es simple pero puedes aprender muchas mierdas elaboradas con el tiempo.

—Gracias Lýkos.—Jambo se sentía mucho más seguro, aunque no sabía si sería capaz de usar aquel arma debidamente. Todo sería cuestión de probar.—Winich tenía razón, eres un buen tipo.

—Ya, claro.—contestó Lýkos para nada convencido.

A la mañana siguiente todos los participantes se levantaron temprano para preparar sus entrevistas. Los siete compañeros se volvieron a reunir, por alguna razón estar reunidos les hacía olvidar sus nervios.

—Esto va para largo, hay más de trescientas personas antes de mí.—protestó Ruang mirando la hoja que marcaba su turno.

—A mí me toca de las primeras... E-estoy muy nerviosa...—dijo Manawa.

—Me parece que cogieron el orden en que llegamos, así que nos queda un ratito~.—Luctus aparentaba estar más tranquila que el resto.

—Oh, estoy so nervous.—dijo Hisia, viendo que las personas que salían de la sala de las entrevistas no tenían una cara feliz o de satisfacción.

—La cola avanza bastante rápido, puede que no tarde tanto en llegar nuestro turno.—observó Daliva.

—Mejor, cuanto antes pasemos esta mierda mejor.—farfulló Lýkos.

—Número 42, adelante.—llamó el Robot que estaba en la entrada de la sala.

—M-me toca...—dijo Manawa, yendo nerviosa hacia la puerta.

—Suerte Mana, tú puedes.—animó Jambo.

Manawa entró. Era una sala poco iluminada, más que a una entrevista parecía que iba a asistir a un interrogatorio. En el centro de la habitación, un foco apuntaba a la mesa donde se sentaban los organizadores, jurado y Edustus; frente a la mesa había una única silla. Al fondo de la sala había un espacio que parecía estar protegido con alguna clase de barrera. Manawa se sentó en la silla, nerviosa.

Konteyner 0Where stories live. Discover now