-24-

20 2 8
                                    

Manawa se despertó temprano, estaba nerviosa y no podía seguir durmiendo. Le preocupaba que sus habilidades no serían buenas en combate, al menos no para su salud. Se levantó y, al pie de su puerta, encontró los sobres. Cogió el suyo y lo abrió sentada en su cama, pero cuando sacó la hoja con sus resultados solo vio una frase en el centro de la misma que no le decía mucho sobre su rendimiento.

—"Tan pronto como leas esto, ven a la sala al fondo del pasillo de abajo, queremos darte un comunicado importante. Asegúrate de que nadie te siga."—leyó para sí misma.—M-me pregunto por qué...

Manawa se vistió y salió de su habitación en silencio para no despertar a Daliva. Sigilosamente, caminó hasta la sala indicada y al entrar encontró a los Edustus y los organizadores.

—H-hola... ¿Por qué... me han llamado?—preguntó intimidada.

—Señorita Manawa, queremos darle la enhorabuena.—dijo uno de los organizadores.—Debido a sus extraordinarias e inusuales habilidades, hemos considerado nombrarla Edustus del Tiempo. No es necesario que realice la última prueba.

—P-pero... Eso sería injusto para los demás aspirantes al Tiempo...

—Lo hemos pensado y les daremos la oportunidad de participar en la categoría del Espacio. Esta decisión ha sido tomada tras la primera prueba y es inamovible. Le rogamos que no le cuente a nadie que hemos tenido esta conversación, ahora puede retirarse y quedarse a ver los combates si lo desea.

Manawa salió, más confusa que nunca. Se sentía mal habiendo conseguido un puesto sin habérselo ganado por su esfuerzo, pero suponía que aquella decisión consideraba que era lo más beneficioso para el Universo.

—Sí, he pasado a la última prueba. Estoy en la categoría de la Vida.—Manawa escuchó a alguien hablando cerca de donde estaba, le pareció que era la voz de Lamine. Recordó la promesa que le hizo a Flitcka y quiso alejarse, pero sentía curiosidad por la conversación que Lamine estaba manteniendo, al parecer, por comunicador.—Está bien, si es lo que usted ha considerado, confiaré en su palabra. Le informaré de nuevo tras mi primer combate.

Lamine terminó la conversación y al darse la vuelta vio a Manawa. Manawa quería irse, pero Lamine estaba demasiado cerca como para alejarse sin parecer descortés.

—¿Qué haces por aquí tan pronto?—le preguntó Lamine.

—N-nada, es que quería dar una vuelta para despejarme...—mintió.—¿Y tú...?

—Tenía que hablar de algo con mi maestro. Me ha contado algo que tal vez te interese.—Lamine se acercó más a Manawa, quien retrocedió sin pensar.—Todos hablan de un sospechoso en el ESPE, ¿no crees que podría ser Zytara?

—¿P-por qué...?

—Solo piénsalo: nadie conoce su raza, ni su origen, ni siquiera sus habilidades, y tiene muchísimo cuidado de que sigan siendo un secreto. Parece que observa y analiza mucho, por lo que algo debe saber, pero no dice nada. Además es una Edustus, los Edustus son los únicos aquí que tienen poder suficiente como para armar un plan con la seguridad que hay en el evento.

—P-puede que tengas razón, pero...

—¡Eh, eh, atrás!—Flitcka apareció de la nada y apartó a Manawa de la Houder.—Que no te vuelva a ver cerca de la niña.

—Manawa, no te fíes mucho de ella.—advirtió Lamine.—Los Lihele Moren van allá donde haya energía negativa. El sospechoso tiene que rebosar energía negativa, así que ella indudablemente va a estar de su parte.

Flitcka simplemente se llevó de allí a Manawa sin decir nada. Manawa se quedó confusa, ya no sabía de quién debía sospechar. Cuando llegaron a la recepción, donde estaban todos reunidos esperando a la hora de los combates, se vieron inmersas en un gran caos.

Konteyner 0Where stories live. Discover now