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El equipo de Lýkos llegó corriendo en el último momento. Allí ya estaban los equipos de sus amigos, incluso el de Gyen. Estaba algo preocupado, pues Flitcka no había vuelto a aparecer y sin ella no podría pasar a la siguiente ronda.

—Joder... Por su culpa voy a haber hecho todo esto para nada. Los equipos son un puto lastre.—pensó tenso cuando ya solo quedaban quince segundos. Al poco tiempo apareció.

—¡Hola hola! ¡Perdón, me despisté y casi me pierdo!—saludó riendo, ignorando la cara furiosa de Lýkos.

—Fin de la primera ronda.—Dakeo apareció, con cara de disgusto. Quedaban muchos más participantes de lo que esperaba y eso le decepcionaba. A su parecer, las pruebas estaban siendo muy sencillas.—Estos son los equipos de la segunda ronda.—dijo extendiendo una gran hoja de papel.

—L-Lamine, estamos en el mismo equipo...—Manawa se acercó a Lamine con una tímida sonrisa. Lamine solo asintió con indiferencia.

—¡Tú, el Gyen de Tierra! ¡Tú y yo vamos en su mismo equipo!—le gritó Mirem a Lýkos, arrastrándole hacia Manawa y Lamine.

—¡Hola grandullón! ¡Espero que seamos buenos compañeros de equipo!—saludó Flitcka dándole amistosas palmadas a Jambo. Tama se acercó también.

—Yo también estoy en vuestro equipo, un placer.—saludó. Flitcka le chocó la mano con energía.

—¡Holi~! Tienes suerte, te ha tocado con la mejor, ¿no estás contenti~?—le dijo Luctus a Ruang. Él la abrazó con fuerza, emocionado por cambiar de compañeros.

—¡Gracias Luctus! ¡Gracias por no ser Mirem!—le agradeció con alivio.

—Vaya, pues sí que te ha hecho ilu~. Sabes apreciar lo que es bueno~.—Luctus le dio cariñosas palmadas antes de que Ruang la soltase. Luego se acercó a Mina con una gran sonrisa.—Ha sido muy chachi hacer equipo contigo, eres muy fuerte~. Mucha suerte, puede que la necesites sin mí~.

—Lo mismo digo, perdón por subestimarte. Sin duda llegarás a Edustus.—Mina le chocó el puño. No pensó que algo así llegaría a pasar, pero Luctus se había ganado su respeto y simpatía.

—¡Hey Luctus! Tu friend va en el mismo team que Daliva y yo.—saludó Hisia. 

—Yo también voy en el equipo.—Nek se acercó. Luego señaló con la mirada a Gyen.—Él también, así que lo tendremos más difícil.

—Los equipos ya están reunidos. En esta ronda no hay enemigos, sino zonas ocultas a las que solo podréis acceder haciendo uso de vuestras habilidades y donde encontraréis los objetos que necesitáis. Además el laberinto ha cambiado, esta vez os moveréis por él a través de baldosas como la que veis a mi lado. Al pisarlas se abre un portal que os llevará a otra zona y las conexiones entre ellas cambiarán cada diez minutos, pero el de esta sala llevará a cada equipo a una zona distinta.

Cuando Dakeo dio la señal de salida todos los equipos se transportaron. El equipo de Hisia se encontraba en un pasillo corto sin más salidas que un transportador en cada esquina. De nuevo Hisia asumió el mando y reunió a los demás a su alrededor.

—Ok, listen. En la ronda anterior estaba siguiendo un plan infalible: hacemos noise para distraer a los otros teams y con mis powers de Agalmoyle atravesamos los walls.

—Qué tontería, para eso es mejor dejar fuera de competencia a los demás por la fuerza.—contradijo Gyen, quien al instante fue callado por un chorro de agua creado por Mina.

—Cállate, das vergüenza.

—¡Relax!—Hisia restableció el orden.

—Pero Hisia, encontrar los objetos nos costará. Las habilidades de los Agalmoyle consumen mucha energía y ya has usado mucha. Si abusas, no podrás pasar las siguientes rondas. Es un plan arriesgado para esta ronda.—razonó Daliva.

—Creo que tengo la solución.—intervino Nek.—Yo podría determinar la ubicación de los objetos con mis ondas de sonido, así podría suponer un ahorro de energía para Hisia.

—¡Great! Sigamos ese plan.

—Pero me gustaría pedirte un favorcillo.—Nek se acercó a Hisia discretamente y le susurró.—Eres amiga de Ruang, ¿verdad? Tu amigo me gusta bastante, podrías dejarle caer algo bueno sobre mí, como que soy el salvador que os hará superar esta ronda.

—Well, no creo que sirva pero don't mind, lo intentaré.

El equipo siguió a Nek, que iba localizando posiciones de interés y también les alertaba de la posición de los enemigos. No tendrían problemas para avanzar por el laberinto.

Por otro lado, el equipo de Manawa tenía problemas para moverse. También para trabajar juntos. Manawa no se sentía cómoda con su equipo, a excepción de Lamine, quien empezaba a sentir que estaba destinada a ser juntada con personas problemáticas; Mirem y Lýkos no dejaban de discutir, la personalidad del Geist era muy similar a la de su amigo Dragón y eso hacía que chocase con Mirem constantemente. Manawa se acercó tímidamente a Lamine.

—L-Lamine, ¿en la primera ronda... notaste que los pasillos se modificasen cuando pasabas...?—le preguntó en bajo.

—No, para nada. ¿No te lo imaginarías?—contestó Lamine confusa. Manawa negó.—Bueno, tuviste suerte entonces.

Satisfecha con la breve respuesta, Manawa miró a su alrededor. A sus pies vio el único transportador del camino, supuso que eso significaría que debía seguirlo. Lamine vio la intención de la niña de usar la baldosa y la detuvo.

—No debes ir tú sola, es peligroso. Hay que mantener al equipo unido o no podremos avanzar.—Lamine asumió el mando y llamó la atención de Mirem y Lýkos. De mala gana, los dos se acercaron y cruzaron juntos el transportador.

—Ruang, los Bituin sois unos listillos~. Seguro que sabes por dónde hay que ir~.—dijo Luctus caminando al lado de su nuevo amigo. El resto del equipo les seguía detrás, en silencio, pues confiaban en las habilidades y destrezas de Luctus y Ruang y tampoco sentían que ninguno de los dos les necesitasen.

—No sé por dónde será, pero creo que puedo averiguarlo.—Ruang se agachó y examinó una baldosa detenidamente.—Estoy bastante seguro de que este mecanismo es cosa del señorito Dakeo, tiene que tener algún truco.

—Qué chachi que sepas de estas cosis~.—Luctus no entendía qué buscaba Ruang en el mecanismo, pero miraba con interés.

—Tengo que ser un genio si quiero ser Edustus. No soy tan fuerte como podrías serlo tú, de algún talento tengo que tirar.

—Ninguno aquí es más fuerte que yo, que no te preocupe eso~. Me caes chachi, te ayudaré mientras estés en mi equipo, pero no le digas a nadie lo que vas a ver~.

Luctus concentró energía negativa a su alrededor, era tan densa que Ruang temió que se descontrolase y se viese sumergido en esta. Repentinamente se dispersó, parecía que no hubiese pasado nada, pero todo el entorno cambió. Estaban rodeados de todo tipo de trampas, había paredes que antes no existían, otras habían desaparecido.

—Todo ha cambiado...—Ruang se puso sus gafas Bituin, pensando que tal vez aquello fuese una ilusión, pero era real. Pensó un poco y se dio cuenta de lo que había pasado.—¿Sabes usar maldiciones? ¡Hace falta mucho nivel para ello!

—Guárdame el secretillo. No me gusta usarlas, me han dado problemillas en el pasado~. Ni siquiera Dali sabe que puedo usarlas.

—¿En serio? Pensé que sí, parece que os lleváis muy bien. ¿No te da pena no ir en su equipo?

—Me hubiese gustado, Dali es muy chachi y le tengo mucho cariñín, pero por eso quiero que lo consiga sin mi ayuda~. Seguro que te pasa lo mismo con tu amigui Houder.

—Tienes razón. Tú también eres un genio.—Ruang le sonrió, Luctus le había caído muy bien.

—Por supuesto, soy Luctus~.—Luctus le devolvió la sonrisa.

Konteyner 0Where stories live. Discover now