Ya había pasado una semana desde la cena. Había estado hablando con Shawn por mensajes de texto. Nunca dejaba de preguntarme si realmente me encontraba bien. No nos conocíamos de toda la vida pero su comportamiento no era normal.
Esa tarde estaba sentada en el sillón que siempre estaba a un lado de mi ventana. Leía mi libro favorito “el milagro más grande del mundo” de Og Mandino. Había perdido la cuenta de cuantas veces lo había leído. Me costaba creer que lo que contaba le había sucedido en realidad.
Mi celular sonó sobresaltándome. Lo tome de la mesita de noche y conteste sin ver quién era.
- Si?
- Hola. – escuche la masculina voz de Shawn del otro lado.
- Hola. – sonreí y me senté de nuevo.
- Como estas?
- Estoy bien, tu?
- Estoy bien.
- Me alegro.
Nos quedamos callados escuchando nuestras respiraciones. Mordí mi labio sin saber que decir.
- Em, quería saber si estas libre hoy. – dijo.
- Si, lo estoy. – conteste sin siquiera pensarlo.
- Bien. – sentí su sonrisa. – quieres que pase por ti?
- Sí, claro.
- Okey, en una hora paso por ti, está bien?
- Perfecto. – sonreí.
- Nos vemos.
- Bye.
Colgué y me quede viendo el suelo pensando en lo que había pasado. Sacudí la cabeza y me levante dispuesta a buscar que ponerme.
Después de que me bañara y cambiara, baje y prendí la televisión de la sala mientras esperaba a que Shawn llegara. Pase canales sin nada bueno que ver.
- Saldrás? – dijo Lan bajando los últimos escalones. Iba más arreglado de lo normal con una camisa y un pantalón de mezclilla e increíblemente tenia zapatos.
- Si. – apague la televisión y entre a la cocina donde él se encontraba. – tú?
- También. – me sonrió y abrió el refrigerador para sacar la pasta que había sobrado del día anterior.
- Con quien? – lo codee y reí.
- No te importa. – me devolvió el empujón. – tú con quien saldrás?
- Tu no me dices con quien saldrás pero yo si tengo que decirte?
- Si. – me saco la lengua.
- Eso no es justo, sabes?
- Soy tu hermano mayor, tengo el derecho a saberlo y más si mamá no está.
Bufe.
- Saldré con Shawn. – dije.
Levanto las cejas sin ninguna pisca de gusto.
- Otra vez? – asentí y tome un poco de pasta con las manos y me lo lleve a la boca. – deberías salir mas Sara.
- Ah, claro. Cuando vuelva de sus vacaciones, lo hare.
Sara se había ido a un tour por Europa como regalo de su padre por haber sido la que mejor promedio tenía en la clase. A Sara y a su familia no parecía faltarles el dinero. Su padre tenía tres fábricas de autopartes en todo el pueblo y estaba afiliado a otras fuera de aquí.
- Le hubieras dicho que te llevara. – metió el plato con la pasta al microondas y puso el tiempo.
- Ah, claro. Sabes que me encanta acoplarme. – lo mire seria.
- Ya entendí. – levanto las manos.
El timbre se escucho haciéndonos mirar a la puerta.
- Ya me voy. – tome mi celular y camine a la puerta.
- _________ - me llamo antes de que abriera la puerta.
Me gire.
- Qué pasa?
- Cuídate, okey? Llámame para lo que sea.
- Lo hare. – le sonreí.
Abrí la puerta y Shawn sonrió.
- Hola. – se acerco para darme un beso en la mejilla.
- Hola. – dije después de separarnos.
- Lista?
- Si.
