Nana's Song, parte 2: Columpios en el Limbo

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"La adversidad es como un fuerte viento que nos arranca todo menos las cosas que no pueden ser arrancadas. En ella nos vemos como realmente somos."

Arthur Golden

...Estaba en medio de un sombrío vestíbulo.

No sabía cómo había acabado allí o más bien, qué era allí. A donde quiera que volteara, no veía otra cosa frente a mis ojos más que una sórdida e infinita oscuridad... La única luz provenía de una alfombra rojo sangre que resplandecía bajo mis pies y que se extendía a ambos lados hasta perderse en la oscuridad, como si no tuviera fin. No se escuchaba absolutamente nada, ni siquiera mi respiración... aunque esta sonara agitada y dejara tras de sí un débil vaho plateado. Un frío calaba mis huesos y se colaba por los ruedos de mi falda... Lo único que deseaba, era salir de allí. Pero por más que lo intenté... no veía ninguna salida. Caminé hacía delante, no sé cuánto tiempo... pero no veía otra cosa que el tenue resplandor de la interminable alfombra y la oscuridad a su alrededor.

Me detuve, respirando con más agitación que antes. Estaba asustada, el aire de mis pulmones parecía haberse vuelto sólido y se atascaba en mi garganta; Era una sensación espantosa, esa clase de terror que te invade cada centímetro de tu cuerpo, donde no sabes dónde estás o piensas que algo estaba a punto de ocurrirte... Miraba a todas direcciones con los ojos bien abiertos, preparándome a que algo saliera de las profundidades de la oscuridad y se me arrojara encima. Entonces...

"Nana... ¡Nana!"

Una voz llegó hacía mí, bastante lejana y por lo que pude ver, había emergido de detrás de mí. Todo mi cuerpo se paralizó, hasta incluso tuve la sensación de que hasta el corazón se había detenido... No podía creerlo: Era la voz de mi madre.

—Mamá...—susurré titubeante. Me volteé lentamente, rogando con todas mis fuerzas que no me apareciera algo horrible... Solo había oscuridad. Sentí aún más miedo que antes... Por un momento, pensé que solo fue un truco de imaginación mía, pero luego sonó mucho más fuerte:

"¡Nana...! ¡...NANA!"

Una fuerza misteriosa me obligó a echar a correr hacía ese sonido...Durante unos segundos solo veía la roja cinta deslizarse a gran velocidad bajo mis pies... Los gritos eran cada vez más fuertes, así como mi propio temor... En ese momento, me di cuenta de algo: ¿Por qué estaría mi madre en este lugar, si... ella murió hace tantos años? ¿Sería esto...? (Un escalofrío recorrió mi espalda...) ¿...Sería esto el lugar donde van todos los muertos? ¿El... El Infierno? No, no Nana... no pienses así: No puede ser el Infierno; es decir, mi madre siempre fue muy buena persona y... aquí no había fuego en ninguna parte... Con una mano apretándome fuertemente el pecho, seguí caminando. Oía el retumbar de mi propio corazón y los oídos me zumbaban...

Finalmente, me detuve. Frente a mí estaba algo: Había una cama grande, elegante y señorial, donde una mujer estaba acostada de espaldas a mí, rodeada de hermosas rosas rojas y envuelta en un camisón de flores de vivos colores. Caminé lentamente hasta llegar junto a la cabecera de la cama; lágrimas se agolparon en mis ojos... Al ver los cabellos color verde pálido arremolinándose en el almohadón de plumas, la reconocí: Era mi madre.

—Mamá —gemí entre sollozos acercándome lentamente a ella con la congoja agitándome, hasta quedar junto en la cabecera de la cama... No respondió a mi llamado. Posé una mano sobre sus largos y sedosos cabellos, hasta bajar hasta su hombro, esperando a que ella se volteara a mirarme y me sonriera... No hizo nada—.Madre, soy yo, Nana... —susurré agarrándola de los hombros y dándole vuelta... Para luego gritar con todas mis fuerzas.

Servant of VenomaniaМесто, где живут истории. Откройте их для себя