❝ Solo nos perteneces a nosotros, así que manda a volar la razón y enloquece, porque ya no tienes escapatoria ❞
Lyra es enviada por su padre a un colegio religioso en otra ciudad debido a su mal comportamiento, pero al llegar con su nueva familia de...
Lyra sintió su corazón hundirse, al igual que el oxígeno abandonando sus pulmones y su pecho siendo estrujado de forma grotescamente dolorosa; abrió sus labios para tratar de respirar en una agonía desesperante, pero simplemente no pudo hacerlo, así que se resignó por completo y cerró sus ojos con demasiada fuerza mientras contenía el aire inexistente que según ella le quedaba dentro de la boca.
Sus extremidades permanecían inmoviles y su mente se encontraba nublada, no alcanzaba a analizar o entender en qué situación se encontraba, solo podía sentir que se estaba muriendo, que su cuerpo se encogía y finalmente no quedaba nada de él, solo ese dolor punzante al no poder respirar.
«¿Así se siente la muerte?» su cerebro se alcanzó a preguntar, de alguna manera su consciencia pudo acomodar esa oración para que resonara con un eco desgarrador dentro de su cabeza.
Aún estaba consciente, de eso sí pudo darse cuenta, sus pensamientos lograron encontrar su sanidad de algún modo y llegar a la conclusión de que no estaba muerta, pero si no hacía algo seguramente lo estaría pronto.
Sus ojos se abrieron de golpe, sintiendo como se invadían de agua, pero al mismo tiempo logrando ver la situación en la que se veía involucrada; y asimismo percatarse de las manos en su cuello que la empujaban a meter su cabeza dentro de la bañera donde ella yacía recostada. Sin saber de dónde sacó tanta fuerza, Lyra comenzó a forcejear y patalear, con la intención de apartar a su agresor aunque muy dentro de ella sabía que no podría.
—Humana inútil, solo sirves para que tomen posesión de tu cuerpo, que eso te quede claro.
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