Capítulo Dos

193 19 2
                                    

𝘊𝘳𝘪𝘴𝘵𝘰 𝘯𝘰𝘴 𝘭𝘪𝘣𝘦𝘳𝘵ó 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘷𝘪𝘷𝘢𝘮𝘰𝘴 𝘦𝘯 𝘭𝘪𝘣𝘦𝘳𝘵𝘢𝘥. 𝘗𝘰𝘳 𝘭𝘰 𝘵𝘢𝘯𝘵𝘰, 𝘮𝘢𝘯𝘵é𝘯𝘨𝘢𝘯𝘴𝘦 𝘧𝘪𝘳𝘮𝘦𝘴 𝘺 𝘯𝘰 𝘴𝘦 𝘴𝘰𝘮𝘦𝘵𝘢𝘯
𝘯𝘶𝘦𝘷𝘢𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘢𝘭 𝘺𝘶𝘨𝘰 𝘥𝘦 𝘦𝘴𝘤𝘭𝘢𝘷𝘪𝘵𝘶𝘥.

—Gálatas 5:1

Cuando Lyra comenzó a recobrar la consciencia ya no sintió la frialdad y dureza del suelo, de hecho se encontraba ligera y estaba bastante cómoda. Abrió los ojos lentamente y con dificultad sintiendo su vista un tanto borrosa al principio, pero finalmente observando todo claro.

Su cabeza estaba sobre una almohada, al girarla hacia la izquierda pudo observar una mesa de noche y que aparentemente ella misma estaba recostada en una cama de colchas lilas con blanco, había por igual un ropero un tanto grande junto a la puerta y también un escritorio donde se encontraba su maleta cerrada. A su izquierda había un bonito balcón que le podía indicar que ya era de día y a su derecha yacía una puerta que seguramente dirigía al baño, pues la que era para salir de la habitación estaba a varios pasos frente a donde estaba.

Se sentó de golpe en la cama, dándose cuenta y recordando todas las cosas que habían sucedido el día anterior, los chicos, los colmillos, los insultos y toda la charla sobre ser la novia sacrificada de la familia Ryu; se llevó las manos al cuello desesperada, buscando que algún ardor o herida punzante que le indicara que le habían hecho daño...pero no, al parecer no la habían mordido, no le habían hecho nada en absoluto.

Se miró a sí misma, traía puesto un pantalón rosa pastel holgado de pijama y una blusa blanca de tirantes, así que enseguida frunció las cejas, ella había llegado con su ropa normal, eso evidentemente quería decir que alguien la había cambiado mientras estaba inconsciente.

Recordó su ropa y la buscó desesperadamente con la mirada, pudo verla en la silla frente al escritorio, así que se levantó de prisa y corrió con suma velocidad hacia esta. Se encorvó para comenzar a buscar en los bolsillos del pantalón caqui que tenía puesto el día anterior sin encontrar nada; gimió ansiosa y con un rostro de pánico total siguió removiendo su ropa con las manos.

—Espero que no estés buscando esto—escuchó una voz masculina que incluso le hizo dar un breve salto de la impresión. Levantó la cabeza y pudo ver el cabello negro reluciente, los hinchados labios rosados y los brillantes ojos grises de SeokJin, tenía su mano extendida y le mostraba claramente su teléfono sin carcasa—Porque, sin ofender, pero sería bastante tonto imaginar que te dejaríamos tu teléfono.

Lyra palideció sin saber bien que decir, luego se reincorporó e intentó imitar su postura, SeokJin tenía la espalda recta, los anchos hombros ceñidos hacia atrás y el mentón arriba en señal de dominancia; Lyra únicamente pudo poner la espalda recta, pero se encogió un poco intimidada y bajó la cabeza hostigada.

—Toma—él volvió a hablar en vista de que la fémina no respondió; Lyra se sintió ilusionada al pensar que le daría su teléfono, pero por el contrario le entregó algunas prendas de ropa.

—¿Qué es esto?—preguntó mirando lo recién entregado mientras fruncía las cejas.

—Tu uniforme, las mucamas sacaron tus medidas anoche y mandamos a alguien por él—SeokJin alzó una ceja incrédulo—¿Pensaste que solo porque estás aquí con nosotros ibas a dejar de ir a la escuela?—negó con su cabeza, de hecho Lyra pensaba precisamente eso; enseguida el chico suspiró cambiando de tema—¿Cuántos años tienes?

—Diecisiete—respondió sin ninguna emoción en la voz, esta vez un poco más relajada mientras miraba al mayor.

—Diecisiete—repitió él como para guardar en su memoria la edad de la chica—Debes estar en el grado de Jimin entonces.

Sadistic Night: Bloody Sabbath » BTSWhere stories live. Discover now