Capítulo Dos El Amor Acaba

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Fueron muchas las lágrimas que derramó Jazmin en aquel apartamento donde a pocos días de mudadas y ya casadas, Helena le prometió que su carrera jamás sería un impedimento en sus vidas, que su amor siempre permanecería igual a esos años vividos en Paris. Lo cierto es que en ella no se generaba cambio alguno y menos se veía ninguna intensión por mejorar su relación con Jazmin en ese aspecto. Así fue que una noche Helena se apareció en casa de imprevisto, Jazmin se alegró pensando que no le aviso para darle una sorpresa y corrió para abrazarla, besarla y decirle lo mucho que la había extrañado; hacía dos meses que su comunicación era mínima, Helena respondió su saludo amoroso y de inmediato le dijo.

─Jaz amor, he firmado con una disquera un contrato importante para iniciar mi carrera como cantante. ─Jazmin sorprendida se quedó muda─ Helena prosiguió contándole ─voy a estar en Buenos Aires por tres meses para trabajar en las canciones y luego me voy a Los Ángeles para grabarlo, decime algo, te quedaste igual que yo cuando me dijeron, imagino que estas feliz por mí.

─Si lo estoy, te felicito ─Jazmin estaba aturdida y con mil preguntas en su cabeza ¿Por qué no me aviso que venía? ¿Por qué hasta hoy me cuenta su plan de ser cantante profesional? ¿Por qué ni siquiera me consulto? ¿Por qué en sus poquísimas llamadas nunca lo menciono? Helena eufórica la abrazaba y Jazmin sólo se grabó en su mente se quedara por tres meses en casa.

Paso el primer mes sin más novedad para Jazmin que ver entrar y salir a Helena en los preparativos de su disco; aquella promesa empezó a quedar en el olvido, los momentos entre ellas se resumían en pocas palabras hola Jaz, ya estoy en casa y me voy amor. Helena llego más temprano de lo acostumbrado a casa un día en que Jazmin no estaba para recibirla, enseguida le envió un mensaje de voz.

─ ¿Amor dónde estás? Llegue y no te encontré, tengo novedades sobre el disco, llámame cuando puedas, besitos. Jazmin quedo con Carla en pasar la tarde en su apartamento luego de salir del trabajo necesitaba despejar su mente.

─¿Y contame? ─pregunta Carla sin esperar sorpresas─ ¿Qué te dice? ─Jazmin activando el celular se lo acerca para que escuche, su amiga mirando al techo para luego volver su vista a ella, se tapa la boca con su mano en señal de no emitir opinión.

─¡Ah bueno! Ya te creí que no me vas a decir que pensas de esto ─ enseñándole nuevamente el celular.

─Amiguis, vos ya sabes lo que pienso de tu relación pero entendí que yo estoy para ayudarte y sostenerte y cualquiera sea tu decisión aquí estaré porque te quiero.

─Tenes razón ─asintió─ es mi decisión, es mi vida ¿Sabes algo que me resulta increíble?

─¿Qué, decime?

─Mientras más tiempo le doy a Helen para que reaccione, más se acostumbra a la idea de que todo entre nosotras está bien.

─Es una pelotuda esta mina y perdóname que lo diga ─Jazmin la miro y no dijo absolutamente nada sobre su comentario.

Al llegar a casa ya a la noche Helena dormía en total relajación, Jazmin se dio una ducha se colocó una remera bastante grande y comenzó a preparar la cena. Envuelta en sus pensamientos se sobre salto cuando sintió que Helena la abrazaba por la cintura y depositaba un beso en su cuello.

─¡Hola Amor! No oíste mi mensaje.

─No. Me quede sin batería.

─Tranquila, no importa. Llegue temprano y no te encontré ¿Dónde estabas? ¿Estás bien? ─Jazmin esbozo una sonrisa irónica y pensó mientras seguía dándole la espalda ─¿Me está preguntando si estoy bien? ─sé voltio a mirarla diciéndole.

─¿Te parece que puedo estar bien?

─Dale Jaz, no otra vez.

─¡Ah bueno! Vos me estás preguntando ¿Qué queres que te diga? Soy inmensamente feliz. Helena bajo la cabeza y comenzó a poner la mesa, ya la ausencia de ella se hacía presente hasta para disentir. En algún momento de su convivencia en Paris hablaron de la posibilidad de ser madres a los dos años de casadas, Jazmin recordó ese momento cuando comían y pensó en jugarse su última ficha y aprovecho la ocasión para preguntarle.

─Helen ¿Todavía está en pie la idea de ser mamas? ─Ella la miró pensativa por un momento para luego decir.

─Obvio, amor que sí. No creerás que estoy retrasando nuestro deseo por lo que vivo a nivel profesional ─Jazmin la observaba en silencio─ Yo pienso que si lo tomamos como un hecho que está por darse, deberías ser vos quién se haga la inseminación ¿Qué opinas? ─sonriéndole. Jazmin se sintió desilusionada por que empezaba a notar en su esposa su egoísmo, su evasión al compromiso y todo porque su carrera no se viera afectada.

─Tu respuesta aclaró mis dudas. Hasta acá llego yo.

─¿Qué dije? ¿Por qué reaccionas así? No entiendo.

─Te lo dijo así, palabras y no acciones en eso se transformó tú amor por mi─ comenzando a llorar, Helena intentó abrazarla.

─Yo te amo, no me digas eso ─Jazmin la rechazó.

─Basta Helen, vos sólo pensas en ti hoy termine de entenderlo, hacete cargo por primera vez en tu vida y reconócelo ─ ya gritando.

─Jaz sos injusta y lo sabes, yo no puedo hacer más, estoy contigo eso no prueba nada.

─Lo único que prueba es que has estado ausente y mucho más cuando estás en casa, o estoy mintiendo ¿Decime?

─Te prometo mi amor, que voy a solucionarlo, no me digas que se terminó sin darme una oportunidad, sólo eso te pido por favor.

─Ahora si te das cuenta de lo que te dijo, ¿Me estás cargando? No me creas tan estúpida, nena, vos no vas a cambiar.

─Jaz hablémoslo con calma, pensa bien lo que me dices, yo no te quiero perder.

─Ándate, déjame sola no quiero escucharte ni hablar más.

─Cálmate, no me pidas eso, sentémonos en otro momento y charlamos.

─Ya te dije todo Helen, tómatela, no creo que tengas algo más para decirme, ¡Ah no! Sí que tenes, decir cuando te marchas de nuevo. Dicho esto se fue a su hbitaciión de pintura dejando a Helena sola y llorando. Esa noche fue larga para Jazmin, sintiendo que su mundo se hacía pedazos, esa persona con la que decidió ilusionada compartir su vida, se convirtió en una extraña, un ser vanidoso y ególatra. No concebía entender que cegaba a esa mujer con la que había vivido momentos tan hermosos e inolvidables, esa mujer que aún amaba a pesar de desdibujarse ante sus ojos por sus acciones y actitudes para con ella; por su falta de consideración, por sus ausencias, por su olvido a tantas promesas. Esa noche significo la última que vivirían como pareja, Jazmin comprendió que el amor que sentía no bastaba, ese amor se había transformado en soledad, en decepción y palabras vacías. Con el correr de las horas en aquella habitación que era su refugio, Jazmin lloró hasta que su llanto pareció secarse, firme y determinada tomo una decisión que cambiaría su vida para siempre. A penas los rayos del sol anunciaron un nuevo día, se ducho y vistió su mejor ropa y salió rumbo a su trabajo enfocada en un solo pensamiento, alimentar su deseo de ser madre. Así empezó a cuidarse más de lo que antes lo hacía e inicio el proceso para quedar embarazada, Helena y su amor por ella quedo en segundo plano, sin darse cuenta Jazmin iba a vivir en función de sus intereses igual que lo hiso su compañera por dos años y medio. Con el pasar de los meses la ausencia terminó de ocupar el lugar del amor. Helena intento muchas veces una reconciliación pero en el corazón de Jazmin, el amor se ausento. Acordaron separarse amigablemente luego de nacer su hija Milly, que de acá en adelante compartiría el amor de ambas madres.

El destino tiene otros planes  (Completa)Where stories live. Discover now