Epilogo: Herencia Familiar

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Años Después

Varios años pasaron en el mundo tanto en el sobrenatural como en el humano, para ser mas exactos, 50 años pasaron desde lo ocurrido con el héroe del mundo sobrenatural, donde las personas que le juraron amor eterno lo habían traicionado de una manera la cual nadie se imagino viniendo de ellas, habían traicionado su confianza e incluso se habían humillado frente a el, absolutamente todos en el mundo sobrenatural sabían de esto. Pero había algo que a muchos había dejado desconcertados, pues aquel héroe que todos admiraban había perdonado a las que lo traicionaron, y poco después, misteriosamente habían desaparecido algunas de esas chicas, la versión que todos conocen acerca de esto, es que estas chicas habían escapado con sus amantes y huyeron lejos donde nadie los pudiera encontrar, claro que todos creyeron esto pues se imagino que ellas nunca cambiarían, pero la verdad era otra.

Bastante alejado de la ciudad de Kuo se encontraba una mansión enorme donde se podía apreciar un jardín hermoso con unos cuantos arboles y algunos frutos, varias flores de diferentes tipos adornaban cada esquina de la mansión donde se podían escuchar risas de niños por todo el jardín, varios de ellos, que no eran pocos, mostraban con normalidad sus alas de ángel caído, ángel, demonio y dragón, mientras otros mas mostraban varias combinaciones de sus alas como lo eran de ángel con ángel caído, dragón con demonio, ángel con demonio, etc, sin duda era una mezcla que no era normal de ver pero todos esos niños se mostraban felices jugando entre ellos, mientras eran vistos por un grupo de adultos, que eran los padres y madres de estos, —¡Niños es hora de la comida!—, grito una mujer con el cabello color negro, gafas color violeta y un vestido ajustado pero que cubría muy bien cada parte de su cuerpo, y a pesar de verse muy joven como de unos 23 años, ella ya era una mujer mayor con mas de 60 años, pero gracias a su naturaleza de Demonio, eso solo eran números, —¡¡Ya vamos abuela Tsubaki!!—, gritaron todos con enorme felicidad ya que ellos ya sentían como sus estómagos rugían ligeramente y estaban felices de venir a visitar a sus abuelos, —Ustedes también hijos, es hora de la comida—, hablo la mujer dirigiendo su vista a el grupo de adultos que estaban a un lado suyo, —Ya vamos madre—, dijeron estos levantándose y dirigiéndose al comedor donde ya los esperaban varias mujeres mayores en la mesa principal.

—¿Donde esta Padre?—, pregunto una mujer rubia aparentando unos 20 años, mostrando unas orejas y cola de zorro con un pequeño en brazos, mientras algunos otros asentían ante esta pregunta, —Descuida Kunou, sabes que el se encarga de preparar la comida, ya no debe de tardar—, hablo una mujer rubia que al igual que Kunou tenia orejas y una cola de zorro, que parecía ser un poco mayor que las demás, pues mostraba solo unas cuantas arrugas que bien con un poco de maquillaje se podían ocultar, pero a ella le encantaba lucir sus arrugas mostrando que a pesar de su edad, aun podía lucir bella y hermosa para su amado. —Yasaka tiene razón, el terminara y nos acompañara pronto—, otra mujer tomo la palabra, esta parecía tener la misma edad que Yasaka, pero con el cabello color marrón con ojos color lila, y al igual que la youkai, ella orgullosa presumía de unas cuantas arrugas que solo la hacían ver mas madura y bella, y eso siempre se los recordaba su esposo cada mañana, cosa que la hacia demasiad feliz al igual que Yasaka.

—Venelana y tu siempre juntas como buenas amigas verdad—, dijo Kunou quien veía como estas 2 estaban una al lado de otra, mientras todas las ahí presentes reían ligeramente, Kiryuu, Sona, Tsubaki, Ophis, Yasaka, Gabriel, Griselda, Penemue, Venelana, Kuroka y Le Fay las que estaban teniendo una platica tranquila con todos sus hijos que ya tenían mas de 30 años y sus nietos que aun en el comedor corrían esperando a que la comida llegara, aunque muchos de ellos esperaban ver a su abuelo para jugar con el, hasta que todos lograron escuchar una voz, —El amo ah dicho que ira a cambiarse, pero ya esta preparada la comida—, hablo ni mas ni menos que Akeno acompañada por Asia, Xenovia y Koneko, que a pesar de no poder convertirse en esposas de su amado, si se les fue permitido ciertas cosas, como ser maids en esta mansión tan grande, ademas de que también podrían de disfrutar del sexo y ahora tenían unos cuantos hijos con su amado, todas las esposas de El solo sonrieron ante ella pues con el tiempo ellas también las perdonaron al ver que se esforzaban por conseguir el perdón todos, ademas de que su ayuda siempre era bien recibida, Inmediatamente un grupo entero de Maids entro al enorme comedor con varios platillos que se veían muy deliciosos, mientras algunos estómagos comenzaban a rugir y algunas risas comenzaban a aparecer.

—¿Que carne es esta vez?—, pregunto una mayor Lilith viendo que el platillo frente a ella estaba como a le gusta, con la carne semi-cruda, y algo raro es que a la mayoría de los niños también les gustaba la carne así, pues su abuelo siempre hacia platillos deliciosos y eso nadie lo podía negar, —Hoy la carne es de unos Demonios y Ángeles renegados—, se escucho una voz gruesa detrás de todos que iba entrando al comedor, y todos voltearon a ver a ese hombre que portaba un traje blanco con una enorme sonrisa en la cara, en especial los niños que veían felices a su abuelo, —Que pasa, ¿no les gustan mis platillos?—, pregunto viendo que ellos aun no habían comenzado y dirigiéndose al asiento cerca de sus esposas dando un apasionado beso a cada una de ellas y también besaba a unas cuantas Maids que estaban ahí presentes, incluidas Akeno, Asia, Xenovia y Koneko, que se sentían felices de estar con el. —No es eso abuelo, sabes que siempre nos gusta tu comida—, hablo uno de los tantos niños, aunque este se parecía mucho a su abuelo cuando era niño, con el cabello castaño y un cuerpo delgado, pero con la diferencia de que este era una mitad Yokai y mitad Dragón, —Es buen saber eso, entonces comamos—, dijo comenzando a comer viendo como sus nietos y sus hijos también comían, algunos de sus nietos comían con una gran sonrisa en la cara al probar la carne en su platillo.

El aun recordaba cuando le revelo a sus hijos que era lo que hacia para conseguir la carne, al principio vio que todos se sentían asqueados, pensaron que la carne era de personas inocentes y sus padres unos asesinos, pero al ver que se habían equivocado y la carne era de renegados, ellos quisieron seguir comiendo de esa carne sin importarles nada, en especial porque era una carne jugosa y deliciosa que ya no se comparaba con otro tipo de carne, tal vez todos estaban haciendo mal al hacer esto, pero no querían dejar de disfrutar la carne que se les proveía gracias a los renegados, —Abuelo abuelo, ¿me puedes enseñar a cocinar?—, hablo una niña peliblanca igual a su abuelo, que parecía disfrutar del corazón que esta en su platillo, pues tanto a ella como a su abuelo les gusta ese órgano por lo jugoso que es, aunque todos sabían que ella era alguien un poco sádica y lo que realmente quería era ir a ver como cortaban la carne, pero quienes eran ellos al juzgarla sádica, pues ellos mismo eran igual, —Claro que si mi pequeña, desde mañana estarás acompañándome en la cocina—, dijo con una enorme sonrisa viendo como ella también tenia una enorme sonrisa al saber eso. Inmediatamente la comida siguió con tranquilidad, mientras todos estaban felices por convivir en familia, mientras Issei estaba platicando con sus esposa sobre cierto tema que lo harían feliz.

Un nuevo comienzoWhere stories live. Discover now