Alevosía

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Frank vivía con su mujer en una bonita casa por los suburbios de la ciudad, los cuales eran casi toda el área limítrofe, la había conocido en una fiesta hace siete años, ella le mostró su sonrisa y sus movimientos de baile, y él quedó pasmado desde ese momento. Se llama Cintia, su piel era blanca sin ninguna cicatriz, tenía el pelo rubio natural, unos ojos marrones claros penetrantes, un lunar que la hacía ver más atractiva entre la nariz y el labio superior, un cuerpo atrayente para cualquier hombre y una sonrisa encantadora, no era muy alta, apenas llegaba al metro cincuenta. era una pequeña figurita sexy llena de deseo. Todas las noches eran sensacionales para Frank, tenía que satisfacerla y él estaba complacido. Se veían tan compatibles e insaciables, que decidieron vivir juntos, quisieron llevar la relación a algo más serio, y así no perderse sus noches salvajes. Ese fue su comienzo. Ahora se habían vuelto una pareja común y corriente como todos los de su entorno que eran familias que estaban constituidas por padres e hijo. Sólo que había una diferencia entre Frank y Cintia y las demás familias. Tras muchos intentos por varios años, Cintia decidió hacerse una prueba de esterilidad, salió positivo. Frank consolaba a su mujer en sus noches de llanto remplazándolas con apasionadas caricias, ella nunca decidía que no. En las mañanas éste encontraba a su mujer a un lado de la cama sentada en posición fetal entre lágrimas diciendo- soy una semilla que no da fruto- y entonces por tratar de hacerla sentir mejor le acariciaba las piernas y la besaba despacio diciéndole- cálmate amor, ante cualquier cosa siempre estaré a tu lado- entonces nuevamente, como la noche anterior, él la arrastraba sobre las sabanas y hacían un amor lento y suave. Cintia había perdido muchos empleos, cuando Frank regresaba casa la encontraba bebiendo vino barato, que compraba con el cheque de su liquidación, sólo para celebrar la pérdida de otro oficio. ¿Qué pasó esta ves?, le preguntaba Carlos, y ella curiosamente mentía diciendo cosas como- me encontraron comiendo cuando tenía que estar atendiendo; iba mucho al baño y yo les dije que estaba con la regla, pero ellos no entienden; insulté a uno de los jefes por que exigía demasiado-. Llegó el momento en el que Frank tuvo un ascenso en su trabajo, laboraba en una fábrica de petróleo, en ese sitio comúnmente había despido y explotación para los obreros, pero no para Frank, se había hecho amigo de uno de uno de los jefes, y tenía un cartón como certificado que validaba que era un especialista en lo que hacía, eso le trajo respeto y beneficios. Decidió que por el ascenso y el aumento de paga Cintia no volvería a buscar trabajo, aunque Cintia, se negó al principio, pero terminó accediendo por los regalitos y los detalles que Frank traía cada tarde. Cintia tuvo pocas oportunidades de estudio, aunque no era mala cuando ponía esfuerzo, matemáticas y educación física, esas eran sus materias favoritas. Cuando murió su padre, se había quedado sin casa y sin familia, por suerte tenía un novio que era el hijo de unos padres adinerados, este novio recibía buenas mesadas y con esto pagaba la vida de Cintia, pero eso se acabó cuando su novio la halló, en el cuarto que él pagaba, con uno de los empleados de la quinta desnudos entre las sabanas. Cintia pese a esto tenía algo ahorrado para vivir mientras trataba de conseguir un trabajo, y a pesar de todo esto, las encamadas con los empleados de la quinta no se detuvieron. Fue en esos tiempos que acudió a una fiesta y conoció a Frank, aquella noche ella había sido echada de la quinta donde vivía por deber varios meses de estadía e inmoralidad al ser descubierta teniendo sexo en uno de los pasadizos de la quinta con un inquilino. Esto no llegó a saber Frank, y Cintia al ver que no tenía un sitio donde dormir, trató de impresionar al tipo con los mejores movimientos que sabía, con todo lo que había aprendido hasta entonces.

Todos los días Frank salía en las mañanas de su casa, después de haber tenido sexo con Cintia toda la noche lentamente y un rápido al amanecer, se bañaba con complacencia, bebía un poco de yogurt y cereal que él solo se preparaba y se iba al trabajo dejando a Cintia bañada en sudor en la cama. Su casa era bastante amplia, de dos pisos y estaba rodeada por un muro de casi tres metros de alto, con puntas de vidrio cubierto en la parte superior del muro para evitar a los ladrones, lo mismo se podía ver en las demás casas cuyos dueños tenían un buen empleo. En su cuarto había una ventana en el que se podía ver la calle, algunas veces Cintia se había parado allí completamente desnuda olvidándose del mundo y había sido vista por otros hombres desde su ventana, cuando se daba cuenta reaccionaba con desdén. Cintia se levantaba después de algunas horas de que Frank ya se había marchado, y en bragas deambulaba por la casa, cogiendo un vaso de yogurt y bebiéndoselo poco a poco. Cuando terminaba de desayunar, cuando faltaba algunas cosas iba al mercado a comprar, Frank dejaba todos los días dinero para ella, y cuando regresaba en las tardes después del trabajo casi al anochecer quería encontrar la casa limpia, sábanas tendidas, la comida caliente esperando a ser servida y a su mujer Cintia lista para cumplir sus deseos.

DíasWo Geschichten leben. Entdecke jetzt