Capitulo dos

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Tom estaba frustrado. Había vaciado todo el contenido de su baúl por toda la habitación y había roto varios frascos de tinta en un ataque de ira. Su serpiente Nagini lo observaba desde lo alto del armario inmóvil como una estatua, sabia que cuando su amo estaba enojado era mejor no perturbarlo.

Suspiro con resignación y al final tomó una camisa blanca del suelo y mediante varios hechizos la arregló lo mejor que pudo. Se miró en el espejo, lucía cansado y unas suaves ojeras moradas comenzaban a aparecer bajo sus ojos, lo que no le importo, ya que solo le daban un aire misterioso e interesante.

Tomó una gruesa capa de lana, la mejor que tenía, y se abrió camino hacia la sala común de Ravenclaw.

Los pasillos del colegio poco a poco empezaban a vaciarse, tom llego sin problemas a la torre Ravenclaw y espero pacientemente apoyado en la fría pared de piedra. Los retratos que adornaban la pared le dedicaban miradas curiosas y cuchicheaban entre ellos, el no les dio importancia alguna.

Al cabo de unos pocos minutos, la puerta se abrió con un sonido pesado y Anastasia la cerró con extremo cuidado, como si no quisiera que nadie notara su salida nocturna.

Tom carraspeo y ella emitió un grito ahogado.

- ¿Que haces aqui Riddle? vas a matarme de un susto - exclamó.

_ slughorn me ordenó acompañarte. - dijo tratando de sonar amable.- ¿ ya lo olvidaste?

- Eso no era necesario. - replicó ella en tono defensivo - conozco el camino muy bien.

Tom trago saliva maldiciendo por dentro y se recordó a sí mismo que tenía que lucir encantador si quería sonsacarle algo sobre el relicario.

Nastia llevaba un vestido negro muy fino y se había rizado el cabello, el relicario de Slytherin brillaba sobre su pecho, Tom observaba en silencio y se odio a sí mismo cuando se distrajo admirando el perfume de aquella chica, era diferente, como algo exótico, prohibido, un aroma que en cierta forma le recordaba a la amortentia. A a la luz de la luna Anastasia tenía un aspecto sombrío y elegante que le recordó vagamente a sí mismo.

- ¿Acaso tengo algo en la cara? - dijo ella de repente cortando el silencio.

-Claro que no. - dijo Tom. - solo admiraba tu guardapelo. - añadió en tono casual. ¿Por que traes una joya de Slytherin? ¿Acaso no eres de Ravenclaw?

- Fue un regalo.

Tom meditó unos instantes y decidió no seguir preguntando, para no levantar sospechas y siguió caminando en silencio.

Horace Slughorn los recibió con una amplia sonrisa.

- ¡mis queridos muchachos! , pasen, pasen - exclamó

Anastasia dedicó una rápida mirada a los presentes, de los cuales algunos la miraron curiosos y otros la fulminaron con la mirada por aparecer acompañada por Tom.

Suspiró aburrida cuando se percató de ese detalle, era habitual que las chicas cayeran rendidas ante los encantos de Riddle, pero ella intuía que esa sonrisa tranquila era solo una fachada.

- Vengan siéntense a mi lado. - indicó Slughorn - mientras que un alumno de Hufflepuff les servía una copa de whisky de fuego.

- Y dime Anastasia ¡cómo se encuentra tu padre? ya sabes después del incidente... -dijo el profesor.

La chica se ahogó con el whisky y su cara se torno de un intenso color rojo. Se oyeron unos murmullos de fondo y Tom levantó una ceja curioso.

- Bien, bien . - dijo tosiendo.

Tom pudo observar como ella agitaba la varita por debajo de la mesa y esbozo una sonrisa de lado. Slughorn hizo una mueca de confusión y luego siguió indagando con sus preguntas a los demás estudiantes.

Nastia suspiro y se acomodo nerviosamente en el asiento, con disimulo tomó otra copa.

La reunión terminó sin más altercados y Nastia trato de escabullirse rápidamente por los pasillos, pero Tom la intercepto.

- Vi que le hechaste un confundus a Slughorn. - dijo con voz serena Tom

- ¿Acaso vas a delatarme ? - dijo Nastia buscando a tientas su varita.

- No si me cuentas de que se trata el "incidente" del que no quisiste hablar.

- ¿ Y a ti que te importa Riddle? -contraatacó ella tambaleante por todo el whisky que había bebido.

- Esta bien, entonces le preguntaré a Slughorn, estará encantado de saber que su alumna favorita le lanza conjuros bajo la mesa. - dijo él alejándose.

Anastasia lo apuntó con la varita, pero Tom fue más rápido.

- Expelliarmus. - grito y la varita de la chica salió disparada perdiéndose en la oscuridad del pasillo.

La cara de Anastasia se transformó en una mueca sombría.

- Expulso. - grito alzando sus manos como queriendo empujar un objeto invisible . Tom salió despedido del piso y chocó contra la fría pared de piedra.

- ¿QUIEN ANDA AHÍ? - gritó una voz masculina a lo lejos.

- Levántate vámonos. - ordenó Nastia a Tom.

- ¿quien te crees que eres para... ? - bramo el, mientras ella se lanzaba a correr en la oscuridad. Sin saber muy bien que hacer se dispuso a seguirla.

La chica hizo aparecer una puerta en la pared y empujo a Tom dentro también.

- Pero que ray...

- Shhhh - dijo ella espiando por la cerradura.

Tom aprovechó el momento para darse cuenta que ella no había recogido su varita del suelo.

- creo que ya se fue - susurro ella.

Tom conjuro unas gruesas cadenas que se enrrollaron peligrosamente sobre la chica.

-¿Pero que haces Tom? - protesto tratando de no alzar mucho la voz.

-¿Quien te crees que eres para atacarme así? - susurro en tono amenazador.

- ¿que más querias que hicieras? ibas a delatarme con Slughorn - respondió tratando de encontrar su varita.

- Pierdes tu tiempo ¿ya olvidaste que te desarme?

- Suéltame ahora Riddle. - ordenó ferozmente.

Y Tom se dio cuenta que sus ojos ya no eran azules, sino de un dorado intenso que se asemejaba a la miel fundida.

Tom soltó las cadenas con un simple movimiento y ella se dispuso a irse, pero la puerta no se abrió.

- Maldito Riddle ¡abre la puerta!

- No lo haré. - respondió imitando un tono aburrido. - hasta que no me digas todo lo que quiero saber no te iras de aqui. 

El único amor de Tom RiddleWhere stories live. Discover now