Capitulo diez

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Después de un largo y helado invierno había dejado de nevar en Hogwarts, el fin del año escolar se acercaba rápidamente al igual que la ansiedad de la mayoría de los alumnos del castillo.

Sobre la torre de astronomía se podía apreciar una estilizada figura oscura envuelta en una capa negra y verde esmeralda. Esta estaba parada sobre el filo de una ventana, con la cabeza gacha y la mirada perdida, cualquier persona que admirara la escena desde el suelo diría que Tom Riddle iba a lanzarse al vació en cualquier momento.

Pero ninguna de esas personas conocía en profundidad la retorcida y maquiavelica mente de aquel solitario joven que apenas una hora atrás había partido su alma en dos idénticas partes y la había encerrado en un diario. Proceso en el cual había asesinado a sangre fría a un inocente vagabundo que dormía afuera del bar "las tres escobas" en el pueblo vecino de Hogsmade.

En su pálido rostro no había ni una mínima señal de arrepentimiento ni tampoco ninguna señal física de la reciente mutilación de su alma aparte de un sutil brillo rojizo en sus ojos. Tom seguía siendo hermoso a los ojos de cualquiera pero había algo inquietante con su presencia, como un frió que se espande por los huesos, similar a cuando un fantasma distraído te atraviesa.

Ahora podía contemplar el vació sin miedo a caer, sin miedo a morir, había vencido esa barrera y esperaba que no fuera la única barrera rota...

Anastasia pudo salir de la enfermería ese día, había logrado disimular las cicatrices en su piel. Toby no había podido dar con la pócima para eliminarlas pero logro crear una especie de pócima maquillaje que lograba disimularlas bastante, lamentablemente este efecto duraba pocas horas y había que retocarlo muy seguido. Y aunque había admitido tener un poco de ayuda no quiso revelar de donde había provenido.

Aunque es un poco obvio. - dijo esa pequeña voz en su mente. - tendrás que seguir averiguando por tu cuenta Nastia.

Tom no había vuelto a visitarla después del "incidente" del beso, donde había prometido encontrar la solución. Collin tampoco había ido y aunque ella se sentía desesperada por hablar y hacer las paces con el, ¿que le diría ahora?

Sopresivamente quien si había ido a verla, era Hanna Lovegood. A pesar de tener personalidades totalmente opuestas la Hufflepuff y la Ravenclaw se habían vuelto cercanas. Lo que hacia sentir a Anastasia mas esperanzada, tener una nueva amiga en todo el reciente caos la hacia sentir un poco mejor.

La castaña se miro una ultima vez en el espejo de la enfermería, asegurándose de tener un aspecto decente antes de enfrentar al resto de la escuela. No iba a permitir que nadie la viera desecha, era una Goodrich después de todo y debía hacer un buen papel representando a su familia. Su reflejo le dedico una confiada sonrisa y salio a paso decido por el pasillo.

Las miradas indiscretas y los cuchicheos no tardaron en aparecer cuando Anastasia apareció después de semanas en el gran comedor...

- Anastasia, volviste. - dijo con una amplia sonrisa Lucinda Prince interceptándola en su camino a la mesa de Ravenclaw. - No lo puedo creer, casi no se ven tus cicatrices ... - añadió visiblemente asombrada.

- Mi elfo domestico logro hacer una pócima que funciona como un maquillaje pero mucho mas efectivo, igualmente no descansare hasta encontrar una cura definitiva...

- Admito tu carácter....¿ como te sientes?

- Fueron unas semanas difíciles. - dijo Anastasia tratando de sonreír.

- Lo se... lo lamento mucho muchísimo. - dijo con las mejillas tan rojas como su cabello. - Quiero que sepas que le sujeri tu nombre al director Dippet como premio anual. Se que para ti debe ser irrelevante en este momento, pero quiero disculparme en nombre de toda la casa Slytherin...

El único amor de Tom RiddleWhere stories live. Discover now