Capitulo once

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Anastasia salio aturdida al Londres muggle arrastrando su pesado baúl, nunca dejaba de sorprenderse por aquellos seres sin magia y sus fabulosos inventos, en especial le gustaban los autos y las radios, esperaba este año poder visitar mas seguido la ciudad, a escondidas de su abuela por supuesto, esta no aprobaba la curiosidad de la joven bruja y le prohibía con tenacidad cualquier tipo de contacto.

Suponía que podría demorarse un poco mas en llegar a la mansión Goodrich esta vez, después de todo estaba de vacaciones y ya casi era mayor de edad, ¿Que podría salir mal?. Se comenzó a preguntar donde estaría el orfanato muggle donde Tom se quedaba, y se lamento no haberlo seguido entre la multitud.

Camino sin rumbo por mas de una hora, compro algunas ropas muggle que luego guardaría en el fondo de su baúl hasta su regreso a Hogwarts y una caja grande de chocolates, cuando por fin diviso un descuidado orfanato al final de la calle. En la acera se encontraban un grupo de niños que jugaban con una pelota desinflada, la curiosidad la invadió y sin pensar se acerco.

- Hola. - les dijo algo tímida, era la primera vez que hablaba con alguien que no era mago, así que debía ser muy cuidadosa con sus palabras, aunque después de todo aquellos niños no tenia mas de diez años.

- Hola. - saludaron al unisono mirándola con curiosidad.

- ¿Viven en ese orfanato? - dijo señalando el viejo edificio que parecía abandonado, las paredes estaban cubiertas de moho, el césped estaba alto, y algunas ventanas habían sido reemplazadas por tablas de madera.

- Si. - respondió una niña que parecía ser la mayor del grupo. - ¿Y tu quien eres? - añadió con actitud desconfiada que le hizo acordar a Tom.

- Me llamo Nastia... - dijo con voz dulce. - busco a un amigo llamado Tom Riddle. ¿alguno lo conoce?

Los niños negaron con la cabeza.

- Disculpe señorita....¿ necesita algo? - dijo un joven saliendo del edificio.

_ eh... yo... - dijo Anastasia nerviosa, los niños eran fáciles de llevar pero este era un joven como de su misma edad, y su mirada le resultaba intimidante.

- Vallan adentro niños. - ordeno. - los tres se dirigieron al interior sin protestar.

- Lo siento, no quería molestar, solo estaba buscando a alguien...

- Se puede saber a quien buscaba. - dijo el joven con un nuevo brillo en los ojos.

- Tom Riddle. - Dijo Anastasia aun nerviosa, esperaba que el efecto de la poción maquilladora siguiera funcionando.

- Lo lamento no lo conozco.

- ¿Tu también vives en este orfanato?

- Si, pero en pocas semanas cumpliré la mayoría de edad y me largare.

- ¿Como cuantos orfanatos hay en Londres? - pregunto ella intrigada.

- No lo se, unos cincuenta tal vez, no podría decirte un numero exacto.

- ¿Cincuenta? - bramo ella sorprendida.

- ¿Y tu de donde eres? jamas te había visto por aquí. ¿Vas a un instituto privado? - pregunto observándola de arriba a abajo sin pudor.

- No. - respondió ella cortante. - voy a un internado en escocia.

- Oh... - respondió el chico sin saber muy bien que decir. - bueno ya tengo que irme. Adiós.

- Espera.... - dijo ella sin pensarlo, otra vez.

- ¿Me puedes enseñar el orfanato?

- ¿Para que quieres ver esta basura? - pregunto el con los ojos grandes.

El único amor de Tom RiddleWhere stories live. Discover now