LAS CALCOMANIAS DE LOS CHICLES.

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Más de uno las compramos, no se hagan. Eran pequeños chicles con calcomanías de nuestros personajes favoritos de la tele, que se podían pegar en la piel a manera de tatuajes. Se comenzó a decir que dichas estampitas tenían una especie de droga que, al contacto con la piel, hacían que quisiéramos comprar más, o incluso que los niños se desmayaban y se los llevaban.

Suena más a un invento de las madres mexicanas, que al ver que sus retoños se gastaban su dinero del almuerzo en dulces, los asustaron con dicha historia. Mamitas: no sean malas. Digo: está bien que el coco y el señor del costal ya no sirvan para asustar, pero con los dulces... ¿Los dulces? No nos hagan esto...

Estado Desconocido.

Leyendas Urbanas De MéxicoWhere stories live. Discover now