La última canción. (Pausada)

Capítulo 7.

¡¿Qué demonios estaba pensando cuando rete a Aidan a la carrera?!

Nos encontrábamos en un lugar en construcción del hospital, a Dest le enviaron un mensaje diciendo que aquí era la carrera y así era. Estamos todos, a un costado mío esta Chad y Dest alentando a los que compiten y a mi otro costado había otros pacientes.

-¿Lista para perder?-susurró alguien en mi oído y al darme vuelta vi a Aidan con una sonrisa divertida y relajada.

-Ja, como si eso fuera a pasar- le respondo intentando no mostrar mis nervios.

-Parece que estas nerviosa- soltó una pequeña risa y yo bajo mi vista hacia el suelo.

-Pff... no te tengo miedo muchacho mimado- digo y el rueda sus ojos hacia arriba.

Los pequeños gritos aumentaron a nuestro alrededor y pude ver que ya era nuestro turno para ir y competir.

-Parece que ya es nuestro turno- dijo el pelinegro y me miró con una sonrisa ladeada- solo una cosa antes- y se acercó a pasos lentos creando un circulo confidencial entre nosotros- ya tengo tu disfraz y estoy muriendo por vertelo usar- susurro con un tono picaro- ya apuesto a que te veras hermosa con el.

Rápidamente se marcha a su lugar pero se volteo para guiñarme un ojo, una pequeña sonrisa se forma en mis labios y la imagen de mi bailando con un disfraz de mono no deja de invadir mi cabeza.

Ya todos estamos en nuestros lugares, mis amigos gritan porras en mi apoyo para luego hacerlo con Aidan, les dirijo una mirada fastidiada y ellos solo sueltas unas risas escandalosas.

-Ya saben las reglas chicos- dijo Rust, un muchacho que tiene cancer de testiculos o como Dest decía, cancer de huevos.

Todos le prestamos atención cuando empieza a decir las reglas que ya se sabe de memoria.

-Nada de trampas, empujones intencionales y cosas así, el ganador se lleva lo recaudado.¿Entendido?- terminó de hablar y todos asentimos.

Mire a mi izquierda y Aidan estaba ya en la silla de ruedas, vi sus brazos con algunos músculos y dirigí mi vista a mis brazos de pollo con anorexia.

Repito, ¿qué demonios estaba pensando al aceptar este trato?

Todos empezaron a contar del diez hacia atrás, tomó las ruedas de la silla y me preparo para empezar. Cuando van por el número tres Aidan  me mira y con una sonrisa coqueta me guiña un ojo.

-¡tres, dos, uno!- dicen todos al unísono y las porras empiezan junto con la carrera.

¡Bracitos de pollo por favor no me fallen ahora!

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-Tienes que hacerlo, lo apostaron- alguien dice al fondo de la habitación y dirigo mi vista hacia el espejo que está al frente mío.

Miro el disfraz y maldigo a Aidan en todos los idiomas posibles por elegir este disfraz y a mi por haber creido que podia ganar.

Si, perdí. Él desgraciado me gano por mucho, cuando empezó la carrera en una curva me trabe y doble mal haciendo que volara de la silla dando un salto mortal. Okay, tal vez estoy exagerando, la cuestión es que me gano y ahora tengo que usar un maldito disfraz de mono.

Fijo de nuevo mi vista y debo admitir que no está tan mal como esperaba.

Es de color marrón, de una sola pieza y tiene una mancha en el torso simulando ser la barriga del animal con una larga cola en la parte de atrás. Toco las orejas del disfraz y alguien toca la puerta.