Capitulo 9: La llama de la amistad

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"No era más que un zorro semejante a cien mil otros.

Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo"

  Antoine de Saint-Exupéry (El principito)



11 de mayo (jueves)

La fresca brisa primaveral entrando por la ventana meció con una ligera caricia el cabello de Zoro, hundiéndolo aún más en su letargo. Eran mediados de mayo y aún podía disfrutar del agradable ambiente antes de que fuera remplazado por el húmedo aire que predecía a la temporada de lluvias.

El almuerzo había terminado y con el maestro incapacitado, tenían estudio libre en esa hora. Mientras que varios aplicados terminaban sus deberes, la mayoría cuchicheaba sobre programas nocturnos y artistas de moda tratando de no llamar la atención. Un fuerte empujón por parte de Luffy y Usopp que correteaban por el salón lo despertó y una vena de molestia apareció en su rostro.

—¡Oye! ¿Qué no pueden quedarse quietos? —El par de jóvenes se alejaron riendo. Bostezó estirando los brazos y apoyó la barbilla en su mano, observando alrededor. Los perturbadores de su sueño, haciendo caso omiso de sus palabras, seguían jugando como idiotas; Nami y Robin leían una revista de moda mientras que el rubio estaba reunido con Franky, Chopper, Brook y otro par de chicos de la clase.

Le fue imposible no contemplar al chico de cejas rizadas al recordar sus palabras.

«No, en realidad, que no se encontraran de nuevo fue lo mejor para ambos. Zoro habría resultado mucho más lastimado si se hubiesen visto»

Esas palabras seguían rondando su mente. ¿En verdad habría sido tan malo que se vieran? ¿Qué había pasado en la vida de aquella chica para que decidiera no verlo? La oscura mirada de Sanji al recordarla le intrigó. Solo en esos instantes su máscara de galante caballero se caía a pedazos para revelar su verdadero ser.

Reparó un poco más en las facciones del chico. Su contextura era delgada, pero no exenta de musculo y su rostro perfilado como el de una chica. Solo faltaba ponerle una peluca y San surgiría.

«¿Seguro que no es ella?», pensó. Eran como dos gotas de agua. Resopló ante la idea, estaba claro que no.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando un par de chicos más se unieron a la conversación grupal. No había pasado mayor cosa hasta que uno de ellos se acercó a Sanji y lo abrazó del cuello revolviéndole el cabello. Su asombro no pudo ser mayor al ver el rostro colérico del rubio. Sanji lo apartó golpeándole la barbilla con su codo y tomó el brazo del chico retorciéndolo tras su espalda. Estrelló su rostro contra una de las mesas y presionó con su rodilla para inmovilizarlo.

—¡Ah! ¡¿Oye, que haces?!

—¡Sanji!

—No me toques... —siseó colérico. El odio que emanaban sus ojos era tan palpable que estremeció a los presentes.

—¡Sanji, cálmate! Solo estaba jugando. —Intentó calmarlo Usopp, al ver que apretaba su agarre.

—¡Mi brazo! ¡Ah!

—¡Sanji-kun! —llamó la peli naranja asustada. Como si saliera de un trance, Sanji miró sorprendido la escena. Se apresuró a soltar al asustado joven que se alejó frotando su brazo adolorido.

—¡¿Estás loco?! ¡¿Acaso tratabas de partirme el brazo?!

—L-lo siento —balbuceó, antes de salir corriendo del salón.

I Promise (Zoro x Sanji)Where stories live. Discover now