Capitulo 35: A lo que Dios quiera

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"Uno de los peores sentimientos del mundo 

es tener que dudar de algo que creías que era incuestionable"


13 de noviembre (lunes)

Un sonoro estornudo escapó de la boca de Zoro y frotó su nariz con la manga de su chaqueta intentando limpiar cualquier resto desagradable que haya podido quedar, haciendo resoplar a su rubio acompañante.

—Te dije que usaras una bufanda. Hoy está haciendo bastante frío.

—Cuando salimos no estaba helando tanto —replicó, escondiendo sus manos en los bolsillos.

—Que infantil.

Zoro nunca se había considerado del tipo friolento pero parecía que cada año hacia más frío en esas fechas. Una sonrisa se fugó de sus labios al recordar ese arriesgado y caótico fin de semana; en especial su cumpleaños. Por un momento creyó que el anciano lo despellejaría vivo; colgaría su cabeza como trofeo sobre la chimenea y usaría su piel para limpiarse los pies en la entrada.

Había sido un milagro que al final aceptara su relación; de seguro porque algo sospechaba, y de paso dejarlo quedarse; aunque ahora dormía en el sofá muy lejos del rubio.

«Era eso o dormir con el abuelo» Pensó divertido al recordar la oferta. Miró a Sanji un segundo y solo pudo resoplar al pensar en su imprudente forma de revelar su relación «De verdad que tanto abuelo como nieto están locos»

Entraron al salón sorprendiéndose un poco por la conmoción que había en uno de los asientos. Los ojos de la pareja se abrieron en sobremanera y contemplaron a la joven pelinegra que sonreía de forma discreta a los que iban a preguntar por su repentina ausencia.

Sanji y Zoro se miraron esperanzados, todo se resolvería ahora. Intentaron acercarse pero la glaciar mirada que recibieron de todos los Mugiwaras los petrificó. Decepción, reproche y algo de rabia brillaban en los ojos de los que habían sido sus amigos días atrás, sobre todo en Robin. Su sonrisa había desaparecido y sus amatistas se clavaron en ellos con coraje y fastidio. Solo pudieron seguir su camino y decantar la idea de hablar con ellos en ese momento. Hacer un espectáculo con todo el salón mirando sería un grave error.

—¿Por qué nos miran de esa manera? Pensé que todo se resolvería cuando volviera —cuestionó Sanji con preocupación.

—Yo también pero parecen más enojados ahora.

—¿Crees que Robin-chan los puso en nuestra contra?

—No quiero creerlo. Ella no haría algo así —replicó contrariado, pero ante la actitud de los demás era más que obvio que ese había sido el caso—. Robin no es ese tipo de persona.

—Pero...es que se veía tan dolida ese día.

—No ganaremos nada especulando —habló Zoro hastiado—. Hablaremos con ellos en el almuerzo y resolveremos esto de una vez por todas.

****

—Todo esto es una mierda —musitó el rubio con fastidio, aferrándose a la maya de seguridad de la azotea. Pesé a sus decididas palabras en la mañana, cuando intentaron hablar con los demás solo fueron dejados atrás en medio de insultos mordaces y miradas matadoras. ¿Qué mierda les había dicho Robin para que actuaran así?

—Maldición. ¿Acaso solo podemos aceptarlo y dejar las cosas así?

—¡De ninguna manera! —replicó Sanji de inmediato, girándose a verlo—. Si hacemos eso es como si aceptáramos que la engañamos.

I Promise (Zoro x Sanji)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora