Capítulo 6, Parte 1/?

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Un fuerte golpe que fue dado en mi espalda con un objeto de cuero hizo que me despertara con un gran grito pasada la media noche, Robert había entrado en mi habitación probablemente ebrio y ahora se estaba desquitando de que su hijo "no" es 100% un hombre.

Hijo único, varón, heredero de la empresa familiar. Esto cambió cuando mi padre empezó a decir que si me gustaban los hombres entonces era una niñita, y las niñitas según su gran mente cerrada no pueden dirigir una empresa.

Me levanté lo más rápido que pude, intentando esquivar los golpes de Robert, estaba fuera de sí, probablemente la empresa iba de mal en peor, eso hacía que él ahogara sus penas en alcohol, para luego hundirme con él. Este animal no merece ser llamado padre.

-M-maldita niñita, h-has arruinado nuestras v-vidas.-
Balbuceó arrastrando las palabras, lo cual me confirmó, estaba ebrio. Levantó el cinto con una de sus manos y lo dirigió con fuerza y a toda velocidad hacia mi cadera.

Solté un gemido de dolor, intentando no gritar, los gritos lo alteraban y la cosa se pondría peor.

-P-padre p-porfavor...-
Fue lo último que pude murmurar antes que Robert perdiera la cabeza, y yo recibiera un mar de cintazos.

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Al fin, sábado.

Los fines de semana mis padres desaparecen completamente de la casa, sólo dejan algo de dinero y la heladera medio vacía, pero algo es algo. Al menos no están aquí.

Sentí como mi cuerpo completo temblaba al sentarme en mi cama, estaba lleno de heridas por los cintazos y me costaba el hecho de respirar, apreté los ojos con fuerza cuando logré levantarme y suspiré ya viéndome de pie.

Sería mi típico fin de semana.

Caminé hacia el baño con pasos adoloridos y me miré en el espejo. Tenía un tajo pequeño en el pómulo izquierdo, pero a nadie le importaría, a todo el mundo le dejó de importar en el momento que Sebastián empezó a joder mi vida.

Tomando un algodón y algo de alcohol, empecé a desinfectar todas y cada una de las cicatrices que tenía en el abdomen. Lágrima tras lágrima logré curarme todas ellas, para luego encaminarme a mi habitación a vestirme. Conociendo a mis padres, no habrían dejado comida de este año, por lo cual seguramente todo tenga al menos 4 meses aquí.

Luego de vestirse y bajar a la cocina a comprobar que sus sospechas eran reales, tomó sus llaves y salió de su casa para dirigirse al supermercado, sabía lo que iba a comprar, todos los fines de semana tiene los mismos planes.

Se dirigió a un paso algo lento al supermercado, el día estaba ventoso a la par que nublado y claramente no faltaba mucho para que se largara a llover. Alexander de todas formas, mantuvo un paso lento, lo único que deseaba en ese momento era no cruzarse con ninguno de los rubios plásticos del Instituto.

Al llegar al supermercado suspiró cansado, no quería hacer compras, no quería estar fuera de casa, no quería fingir que todo estaba bien, su cuerpo ardía por todas partes, y el no podía tan sólo echarse a llorar, por el simple hecho de que no podría soportar otra golpiza de este grado, sea de su padre o de su madre.

Tomó un simple carro de compras, aunque no fuera a llevar tantas cosas no iba a poder con ellas si las cargaba con un brazo, y menos si rozaban sus heridas. Sacó un pequeño papel en el que posteriormente había anotado todas las cosas que compraría. Comenzó a buscar cada uno de ellos para luego depositarlos en el carro, luego de tachar todas las cosas de la lista dió por terminada la compra y se dirigió a pagar todo.

La misma cajera de siempre, las demás te preguntan cosas de "¿Como estás?", "¿Tuviste un lindo día?", "¡Que tengas buen día!". Se que es parte de su trabajo pero de verdad que hoy no puedo pasar por ello. A diferencia de las otras cajeras, esta es callada, te recibe con un "Buenos días", no hace preguntas estúpidas y sólo te habla para decirte el total que debes pagar.

Al poner un pie fuera del supermercado fuí consciente de la fuerte lluvia que había afuera. Sin tomarle importancia me encaminé a mi casa con las bolsas en mis manos, comencé a mojarme rápidamente mientras soltaba un suspiro, de alguna forma era relajante, pero hacía mucho frío y no podía permitirse el enfermarse, así que intentó acelerar el paso comenzando a correr.

Pasadas varias cuadras, se vió cansado de correr y se sentó en una banca, le dió igual que siguiera lloviendo tan fuerte. Suspiró mientras miraba el suelo, se arrepintió totalmente de no haberse fijado si llovería antes de salir de su casa, se dió cuenta de esto cuando ya estaba lejos.

De la nada alguien se paró a su lado y ya no sintió agua sobre él, tembló un poco por el frío y levantó la mirada para ver quien había al fín interrumpido la lluvia que caía sobre él.

Magnus lo estaba tapando de la lluvia con un paraguas negro, provocando que esta vez él se mojara, Alec podría enfermarse, pero también le preocupaba a grande nivel el tajo que estaba situado en su pómulo izquierdo.

-¿Qué haces afuera sin un paraguas?-
Murmuró mientras le dedicaba una sonrisa preocupada.

-No me fijé que iba a llover hasta que estaba lejos de casa.-
Dijo avergonzado.

Magnus miró alrededor, notando que la lluvia estaba por pasar a ser una tormenta y que estaban muy lejos de la casa de Alexander.

-Esto va a empeorar antes que estés a medio camino de tu casa...-
Murmuró tendiéndole una mano.

-... vamos a la mía, te prestaré algo de ropa para que te seques y no te enfermes.-

Alexander miró su mano por unos segundos dudoso, pero al notar que tenía razón con lo de la tormenta, tomó su mano, sintiendo una corriente eléctrica en el momento que lo tocó; Magnus pareció sentirla de la misma forma y sonrió ampliamente ayudándolo a levantarse, tomó una de las bolsas de Alec para ayudarlo y ambos tomaron camino hacia la casa de Magnus.

___Fín parte 1___

Salvado por el chico nuevo.Where stories live. Discover now