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4, Septiembre


AMARA POV

"No aguanto mi vida", es en lo único que puedo pensar. Suspiro, y sin pensarlo más, me dejo caer sobre la enorme cama, que está en mi habitación. Mis padres han salido de viaje, y por supuesto se han llevado a mi querida hermana, "Una pena", la tristeza apareció después de aquel pequeño pensamiento, pero a mi mente llegó algo bastante mal que había pasado tiempo atrás. Me senté en el borde, sacudí mi cabeza un poco, para tratar de olvidar todo lo que me estaba pasando en ese preciso momento, pero era difícil.

-Necesito descargarme-Fueron mis únicas palabras, y sin esperar más, tomé mi teléfono celular.

Me levanté de la cama, una enorme sonrisa invadía mi rostro, hasta que llegué al enorme espejo que había en la habitación, me sentía bastante bien, genial para ser más precisa, mi vida era una completa mierda, pero lo único que podía ayudarme, literal, era un muy buen sexo, y eso era lo que iba a tener en aquel preciso momento. El timbre de la puerta principal retumbó por toda la casa, una pequeña risita se escapó de mis labios, di media vuelta, mis pies se movían con algo de lentitud, pero llenos de rapidez al mismo tiempo. Necesitaba distraerme y teniendo sexo, me hacía olvidar de absolutamente todo lo que pasaba a mi alrededor.

-Hola-Abrí la puerta, pero no estaba aquel chico simpático de hace dos noches atrás, en su lugar, un hombre de por lo menos cuarenta años estaba parado enfrente de mi puerta, llevaba puesto un traje negro.

-Duquesa-Saludo con amabilidad, tenía un cuerpo bastante grande, se notaba que aún iba al gimnasio.

- ¿Dónde está el chico que venía antes? -Mi pregunta salió de la nada, no quería que el hombre se sintiera mal y se fuera, tenía unas inmensas ganas y en estos momentos no estaba en condiciones de masturbarme.

-Mi hijo tenía que presentar un examen en la Universidad-Estaba bastante serio, podía notarse que no estaba para nada excitado, "Pero eso se puede arreglar", mi subconsciente opinó, y en verdad me encantaba demasiado su idea.

-Pase-Me moví a la derecha, para que el imponente hombre se adentrará a mi casa.

- ¿En qué le puedo ayudar? -Preguntó amablemente.

-Se puede sentar aquí-Señale uno de los sofás que teníamos en la pequeña sala.

-Por supuesto-Comentó, sentándose al instante.

Sonreí, caminé hasta la cocina, y sin esperar me deshice de toda mi ropa interior, dejando solamente mi vestido. Hacer algo de este calibre ya literalmente no me causaba nervios, todo el mundo necesita disfrutar, distraerse del día a día, y poder tener un pequeño gustito, no era un enorme pecado.

- ¿Quieres agua? -Pregunté en voz alta.

-Si, por favor-Él aún mantenía su compostura, no era para nada igual que su hijo, el cual llevaba teniendo sexo conmigo, desde que llegó a trabajar en mi casa.

-Aquí esta-Dije acercándome hacia donde el hombre me estaba esperando, y como un jodido sueño erótico, debía simplemente dejarme llevar.

-Gracias-Comentó antes de que llegara, pero cuando le iba a entregar el vaso, queriendo, provoque que mis pies se chocarán el uno con el otro para provocar una pequeña caída, y toda el agua cayó sobre el pantalón del hombre.

- ¿Esta bien? -Preguntó levantándose con rapidez para ayudarme.

-Si-Quería sonar bastante preocupada y un poco asustada con mi caída-Mira cómo te dejé-Soné bastante apenada, y él tenía mojado toda la parte de la entrepierna.

-No pasa nada-Él soltó una pequeña risita.

-Déjame ayudarte-Salí corriendo hacia la cocina, tomé un par de toallas de papel y volví como un puto rayo hacia la sala.

-Todo está bien no te...-No lo había dejado terminar, y mi mano ya estaba sobre su entrepierna, tratando de "Secar" el daño que había provocado.

-Déjeme ayudarlo-Susurré, mientras movía mi mano de arriba hacia abajo, tratando de ayudarlo, y literal mi ayuda había servido demasiado, ya que su miembro comenzaba a despertarse.

-No puedo-Trago saliva con nervios, ahora era yo quien lo estaba intimidando, camino hacia la puerta para irse.

-Si dices algo eres hombre muerto-Él volteó a verme, y la confusión se había apoderado de él.

- ¿Qué quieres? -Preguntó con algo de molestia, pero en realidad, aún podía notarse su enorme miembro sobre su pantalón mojado.

-Tú sabes que quiero-Camine hacia donde él se encontraba, hasta arrinconarlo al lado de la puerta.

-Tengo esposa y un hijo-Quería reírme de sus "Excusas", si de verdad no quisiera estar conmigo, se hubiera largado de una puta vez, pero en vez de eso, me estaba dejando masajear su miembro.

-Relájate-Susurré, me acerqué hacia él y ambos comenzamos a besarnos.

La tensión sexual estaba en el aire, no era amor ni nada por el estilo, solo quería descargarme, y al parecer él también quería hacerlo. Su miembro crecía cada vez que me acercaba hacia su cuerpo, sus manos bajaron hasta mi trasero, y sin esperar más, me levanto del suelo, camino con algo de rapidez, hasta llegar al sofá, donde estaba sentado hace unos minutos. Sus jadeos eran fuertes e imponentes, con ayuda de mis manos le quite su cinturón, desabroche el pantalón, y baje con rapidez su ropa interior. Ninguno de los dos hablaba, levanté mi vestido y sin esperar él comenzó a hacer lo que ambos necesitábamos. Me movía con bastante rapidez, los dos gemíamos sin parar, necesitaba lo que estaba haciendo, todo a mi alrededor se había detenido, hasta que sentí como comenzaba a besar y morder mis pezones, llenándome más de excitación, hasta que recordé la locura que estaba haciendo.

-Me...voy a....venir-Comentó entre jadeos y con rapidez, me separé de él, todo su semen había salido disparado por todo el lugar.

-Mierda-Dije con algo de enojó, uno de los floreros que mi madre tenía allí, había sido víctima del semen de aquel hombre.

- ¿Porque te separaste? -Se notaba el cansancio en su mirada, y después de unos segundos, literal se estaba quedando dormido.

-Despierta...despierta-Troné mis dedos enfrente de él, para que no se quedara dormido en este lugar.

- ¿Qué pasa? -Preguntó confundido.

-Tienes que vestirte, limpiar y largarte-Camine hacia la cocina para tomar un par de toallas de papel.

- ¿Es enserio? -Levantó una de sus cejas.

-Si pensaste que te amaba y que nos íbamos a casar...estas equivocado-Solté una gran carcajada enfrente de él -Limpia todo este desastre-Comenté con seriedad, dando media vuelta para subir a mi habitación-Y una cosa más-Me quede parada justamente al lado de las escaleras, dándole la espalda-Si esto se llega a saber...tú estarás muerto-Lo amenace-Nadie te creerá, y yo puedo hacerlo ver como una violación-Solté una pequeña risa y seguí con mi camino.

MADDIE POV

La vida en el castillo, no se podía comparar en nada a mi anterior vida, lo único bueno de toda esta experiencia es que por fin Thomas y yo estábamos juntos, y espero que aquel "Felices para siempre", forme parte de nuestras vidas. Ese era mi mayor pensamiento, parecía una niña tonta de quince años, pero literalmente es como soy, y nadie podrá cambiarme.

AfterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora