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16, Septiembre
MADDIE POV

"Hoy es el día", son las únicas palabras que salen de mi mente, respiro profundamente, trató de mantenerme un poco cuerda, no debo dejar que nada ni nadie me haga perder el control. Me siento en la enorme cama, pero Thomas me sujeta y logra, sin tanta fuerza, hacerme caer de nuevo sobre la cama. Sonrió, ninguno dice nada, él simplemente se me acerca con delicadeza, deja un tierno, dulce y reconfortante beso en mis labios, ahora es él quien está sonriendo como un niño tonto, me acercó y soy yo quien da el segundo beso, sus manos recorren todo mi cuerpo, el cual solo está acompañado por mis bragas de color negro y encaje, mientras que Thomas no tiene absolutamente nada puesto, pero por obvias razones, la sabana está cubriendo todo, desde su cintura hacia abajo.

—Te amo—Sonrió, me acerqué y le di otro gran beso, una de sus manos se posó lentamente sobre mi trasero.

—También te amo—Sonreí en nuestro beso.

Casi veinte minutos estuvimos en mi cama, dándonos besos sin parar. Yo recostada sobre su hermoso abdomen, mientras el acariciaba cada parte de mi cuerpo con sus manos. Y se preguntarán como Thomas y yo estamos en mi habitación...pues después de la pequeña recaída que tuve, y el haber entrado a la habitación del rey sin su consentimiento, supuse que el Rey Connor habló con Thomas acerca de todo lo que le dije en aquel conversación privada, no voy a odiar al rey, por el simple hecho de querer ayudarme, y es bastante obvio que Thomas siempre va a estar ahí para mí, y puedo estar cien por ciento segura, de que yo también estaré ahí para Thomas. Sonrió, como por milésima vez, los dos nos levantamos de la enorme cama y nos dirigimos hacia el cuarto de baño.

—Debemos retomar nuestras tareas—Susurré, pero al parecer él no parecía entender la urgencia de las cosas.

—Lo sé—Me tomó de la cintura y me envolvió en un abrazo.

Comenzó a dejar varios besos en mi cuello, mientras que mi trasero estaba literalmente pegado a su miembro. Solté un pequeño gemido, y aquel exuberante sonido, provocó que la calentura de ambos, pasara a un segundo nivel...Thomas dejo varios besos por todo mi cuerpo, hasta que de la nada, se detuvo exactamente donde iniciaba mis bragas. No quería que esto se alargara a una sesión de sexo, pero literal todo mi cuerpo estaba estático, el placer ya había comenzado a hacer de las suyas. Con delicadeza bajo mis bragas, dejándome como Eva, y él siendo por obvias razones Adán, suspire, Thomas había dejado un beso en cada uno de mis glúteos, dio la vuelta, instalándose específicamente enfrente de mi vagina, baje la mirada, y él tenía la cara de un niño cuando alguien le da un dulce gigante, no pude evitar soltar una pequeña risita.

—Maddie—Lo único que hizo, fue decir mi nombre y sin esperar comenzó con su exhaustiva tarea.

Ahogué un pequeño gemido, su lengua comenzó a jugar con todo lo que encontraba a su paso, succiona de vez en cuando, y aquellas cosas estaban logrando que llegara con más rapidez al clímax, en un momento pensé que estaba a punto de llegar, pero después de diez minutos disfrutando de un agradable sexo oral por su parte, Thomas se detuvo, mientras que mi mirada pedía más a gritos.

—Eres solo mía—Saboreó sus labios con delicadeza, para luego levantarse.

Se quedó observándome por un minuto más o menos, y cuando menos pensé me besó, nuestro beso estaba lleno de lujuria, pasión y deseo, se sentían como si Thomas y yo no nos hubiéramos visto durante semanas, y podría decirse que literalmente ambos nos sentíamos de aquella manera. Su miembro estaba erecto al cien por ciento, me sujetó de la cintura y tomando él la iniciativa me levantó, pasé mis piernas por su cintura y dando exactamente seis pasos, llegamos a la regadera, abrió la llave, dejando que el agua caliente cayera por todo nuestro cuerpo. Los besos no cesaban, pero de repente todo se detuvo, Thomas estaba observándome, mientras que yo aún seguía siendo alzada por él, sonreí, sabía exactamente lo que estaba haciendo, me pedía permiso para continuar.

—Si—Susurré y una gran sonrisa se instaló en sus labios.

—Te amo—Se acerco para besarme, y mientras lo hacía, aprovecho el momento para penetrarme.

Ahogue un gemido de dolor en nuestro beso, pero luego todo paso a ser realmente reconfortante, las embestidas eran suaves, llenas de pasión, el agua caía sobre nuestros cuerpos, mis manos estaban sobre la espalda de Thomas, y él no paraba de besarme con suavidad. En un par de horas el baile de beneficencia iba a dar inicio, y nosotros estábamos teniendo sexo, como dos personas que no se veían en una larga temporada. Los gemidos de ambos eran imparables, todo era perfecto, y nada ni nadie podía detenernos. Thomas me bajó de sus brazos, y luego nos recostamos sobre el enorme y grueso cristal que había en la regadera, el vapor del agua, salía sin parar por todas partes, todo era sensacional y no quería que jamás se acabara.

AMARA POV

Hoy es el día, del estúpido baile que había organizado en el castillo, reviso detenidamente todas las prendas que hay en mi armario, pero es bastante obvio que un vestido sería el indicado, y mis ojos se posaron sobre el indicado, un hermoso y enorme vestido de color negro, con un delicado corte hasta más arriba de la rodilla, lleva unas mangas transparentes con encaje. Sonreí, me acerqué hacia aquel vestido, lo tomé entre mis manos y en menos de seis minutos ya estaba vestida por aquel elegante y hermoso conjunto, unos zapatos rojos, un pequeño bolso, y labios del mismo color, un peinado no tan ostentoso, me observé por unos instantes en el espejo de cuerpo completo que había en mi armario.

—Eres Amara Valois—Sonreí con malicia—Y nadie va a quitarte eso...jamás.

Cerré la puerta de mi habitación, y pude oír los susurros de las personas en el primer piso de la casa, "La irritante voz de Jane", era lo único que pasaba por mi cabeza. Se estaban desesperando porque yo aun no bajaba, pero nadie puede apresurar mi pequeña y corta sesión de verme hermosa. Los tacones llamaron la atención de todo el mundo, especialmente de la persona que quería ver. Su mirada era penetrante, hermosa y no podía deshacerla.

— ¡Por fin! —Mi madre se quejó, para luego acercarse a una de las empleadas, la cual se quedaría cuidando a Fleur.

—Ya podemos irnos—Intervino mi padre, para luego salir con rapidez de la casa.

—Adiós Fleur—Jane se acercó a la pequeña pelirroja, dejando un beso en su mejilla.

— ¡Hermanita! —Se emocionó al verme, dejo a Jane y corrió hacia mis brazos—Te ves muy hermosa—Sus halagos son muy importantes para mí, y borre la marca del beso que Jane le había dejado en su mejilla.

—Tu eres la más hermosa del mundo—Sonreí—Recuerda hacer caso a todo lo que te digan—Sonreí.

—Lo haré—Ella también sonrió y me dio un beso en mi mejilla derecha.

—Fleur vete a cenar—Mi madre sonaba molesta y obviamente le hizo caso.

Jane y mamá salieron juntas, dejándome de última junto con Arthur, no lo saludé, estaba molesta, aunque yo había empezado con esa estúpida cita. Tres autos estaban estacionados enfrente de nuestra casa, en uno se había subido mi madre junto a papá, y en el otro Jane con Arthur, la verdad no quería irme con ninguno de los dos, pero preferiría aguantar a cualquier persona que a mis padres, y ya sabrán en qué auto me subí, y el tercero pertenecía a los escoltas que mi madre y padre tenían.
La noche apenas estaba cayendo, aún se podían ver pequeños rayos de tenue luz, tomé mi teléfono celular y abrí la aplicación de "Candy Crush", no quería hablar con nadie, pero al parecer a Jane no le importaba hacerme enojar un poco.

— ¿Ya es la fiesta de Halloween? —Preguntó con una sonrisa en sus labios. Me quedé en silencio, no quería formar una gran pelea entre ambas.

—Déjala—La voz de Arthur intervino.

—Verdad que eres su tío—Soltó una pequeña risita—Muy pronto serás mi sobrina—Afirmó, como si ya todo el mundo estuviera de acuerdo con sus palabras, hasta Arthur.

No estaba dispuesta a discutir, y me mantuve todo el camino en silencio, hasta que por fin habíamos llegado al aeropuerto. Dos jets privados, los cuales le pertenecen a papá, nos estaban esperando, nos bajamos del auto, con ayuda de los guardaespaldas de mi padre, hombres mayores, tonificados y que podrían ser los "Sugar Daddies" de muchas chicas, y chicos, solté una pequeña risa al solo pensar que todos esos hombres podrían estar interesados en una orgía.
Con la ayuda nuevamente de aquellos hombres, las mujeres subimos al jet, y exactamente en el otro, los escoltas se subieron.
Mamá y papá se sentaron juntos, al frente, Jane y Arthur lo hicieron justamente en el centro, mientras que yo lo hice completamente sola, en los asientos de atrás. Volví a sacar mi móvil, para poder avanzar al nivel doscientos cincuenta, pero precisamente en ese momento, una mujer que trabajaba para nosotros apareció, con una botella de vino, sonreí.

—Gracias—Le di un sorbo a la bebida sin esperar.

Todos recibieron una copa de aquel delicioso néctar, pero Arthur había rechazado aquella muestra de confianza, por así decirlo. Me sorprendí, sí, muy sorprendida, le di otro gran sorbo a la copa, y literalmente en menos de un minuto, ya había bebido todo lo que la mujer me había servido.
El jet ya se había colocado en marcha para llegar a Lymveur, Jane trataba de parecerle interesante a Arthur, pero sinceramente ella es igual de aburrida que sus padres, los duques más aguafiestas de todo Villandry. Solté una pequeña risita, pero al parecer los dos me escucharon, por lo que voltearon a verme.

— ¿Te estás contando chistes sola? —Preguntó Jane con bastante gracia.

—No—Sonreí—Recordé el día en el que te caíste en un enorme charco de lodo—Volví a reírme—Dañaste tu primera colección—Ella esta literalmente dispuesta a pelear conmigo, pero nunca, jamás se lo permitía.

—Tú me empujaste—Dijo con molestia.

—El viento me empujo—Sonreí—Y tú estabas a mi lado—Levanté mis hombros y Arthur soltó una pequeña risita de su boca. Sonreí.

Jane por fin me había dejado en paz, a ella jamás le ha gustado que la avergüencen en público, pero nunca hace nada para detenerme. En el pasado solíamos ser amigas cercanas, tanto que ella malinterpreto todo, y me besó, no soy y jamás seré Homofóbica, pero siempre me gustará una buena salchicha. Ese día traté de calmarla, pero ella estaba aterrada, sus padres no podían enterarse porque si no su vida se arruinaría por completo, la niña perfecta, la que nunca parte un plato, la que se casará con un chico y le dará a sus padres literal diez nietos, eso ha sido algo que nunca me ha gustado, pero después de esa noche, su actitud hacia mi cambio, quiso ser más que yo, y pues la verdad eso nunca ha sucedido, "No ha nacido, ni nacerá la persona que logre destronarme", sonreí ante aquel pensamiento y trate de deshacer de mi mente los recuerdos que habían llegado del pasado.
El jet se detuvo en el gigantesco aeropuerto, y como en Strand, los tres autos nos estaban esperando, sin absolutamente nadie en ellos, y eso era, porqué los guardaespaldas de papá iban a conducir, suspire con algo de disgusto, uno de ellos me ayudó a bajar, y no despegaba su mirada de mí. Tenía más o menos unos cuarenta años, tonificado al cien, muy apuesto, pero ya los había investigado anteriormente, lastimosamente está casado, y tiene un par de mellizos de diez años.
Llegamos a los autos, y al estar dentro, estos comenzaron a hacer el recorrido más corto, para así poder llegar más rápido al castillo. Durante el camino, Jane no habló, estaba molesta, y lo entendía, pero obviamente no era por lo que dije del lodo, todo había pasado por que sabía su "Secreto", suspire, trate de calmarme y cuando menos pensé ya habíamos llegado al enorme castillo, habían varios autos, y personas caminando hacia el interior del palacio, Jane se bajó con rapidez y pude notar que Arthur estaba muy nervioso, "Su primer baile", intervino mi subconsciente.

—Es normal estar nervioso—Llamé su atención y levantó la mirada—En mi primer baile real también estaba temblando de miedo—Comenté y él no se lo podía creer.

— ¿Tú? ¿Nerviosa? —Preguntó confundido.

—Todo lo que ves ahora...lo he construido al transcurrir los años—Sonreí—No todo el tiempo fui la "Perra" que soy ahora—Se río.

—Gracias—Susurró.

—Sé que eres la cita "Perfecta" de Jane—Hice las comillas con mis dedos y el soltó otra risita—Pero si te sientes nervioso...puedes quedarte conmigo—Comenté y de la nada, escuchamos la bocina de un par de autos.

—Creo que debemos irnos—Comentó, yo me reí y ambos salimos del automóvil.

Arthur se acercó a Jane, dejándome nuevamente sola, me sentía un poco mal, pero no iba a dejar que nadie me viera de esa manera, sonreí y los cinco comenzamos a caminar por un enorme pasillo, el cual nos llevaría al gran salón que hay en el castillo. Personas reconocidas de todo el país estaba invitada a este baile de beneficencia, todos, hasta las personas más desesperantes y estúpidas del país, incluyendo a Dotty y Katty, las hijas del primer ministro.

—Amara—Dijeron ambas en voz alta, y varias personas voltearon verme.

—Que hermosa te vez—Katty comentó, tratando de que aquel comentario me pareciera súper fascinante, algo que no pasará.

—Chicas—Fingí mi amabilidad—Ustedes también se ven...—Las observé de pies a cabeza—Lindas—No podía soportar sus atuendos de falso diseñador.

—Gracias—Respondieron ambas con algo de sarcasmo.

— ¿La actuación no les alcanzó para comprarse algo mejor? —Las dos se sorprendieron ante mi pregunta, estaban confundidas al no entender nada.

— ¿Actuación? —Dotty preguntó muy confundida.

—Sí—Contesté con demasiada seguridad—El haber trabajado en "El Resplandor" les debió alcanzar para unos bonitos vestidos—Solté una pequeña risita.

Las dejé atrás, no podía soportar su presencia, la verdad es que estos bailes no me gustan para nada. Mis pasos resonaban por el inmenso pasillo, hasta que llegamos a la entrada. Todo estaba decorado con flores hermosas, y le daban bastante elegancia, a las pinturas y esculturas que había en el lugar. "A pesar de haber sido una maldita bruja asesina niños, Lorena tenía un buen gusto para todo", pensé. Muchas personas nos estaban viendo, mientras que esperaban a que el hombre que estaba cerca de las escaleras los presentaran.

—Ancel y Jenell Valois duques de Amoi—Mis padres bajaron las escaleras con paciencia—Jane Haakon duquesa de Brion y pareja—No entendí porque a Arthur no lo habían nombrado, pero prefirió pasar esta noche junto a Jane y eso no debía importarme, y justamente después de tres personas, por fin era mi turno—Amara Valois duquesa de Amoi—Las personas voltearon verme, a lo lejos logré divisar a Maddie junto a Thomas y un chico que no conocía para nada. Me sentía como una maldita reina, todos me temían y nadie se atrevía a confrontarme, sonreí.

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