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31, Octubre
AMARA POV

El día había llegado, y con eso, las "Responsabilidades" también llegaban como pan recién salido del horno, suspire, y camine alrededor de la habitación por varios minutos sin saber qué era lo que estaba haciendo, solo llevaba puesto mi pijama y las enormes pantuflas de unicornio. Los nervios se habían adherido a mi cuerpo, jamás me había sentido de esta manera, pero literal era la primera fiesta que organizaba en el castillo. Sacudí mi cabeza, y al estar cien por ciento concentrada, camine hacia el cuarto de baño, me despoje de mi pijama y pantuflas, para adentrarme a la regadera, tomé la perilla, y dejé que el agua caliente cayera por mi cuerpo, una pequeña sonrisa apareció, y mi mente quedó en blanco por un par de minutos. Tome una de las toallas, seque con delicadeza mi cuerpo, y con otra de las toallas, hice lo mismo con mi rostro, y tomé una última para rodear todo mi cabello rojo. Salí de aquel lugar, dirigiéndome hacia el clóset, elegí un vestido de color negro, que llegaba hasta más arriba de mis rodillas, volví hacia el cuarto de baño, con todo el maquillaje que tenía y sin llamar tanto la atención, tengo muchísimo maquillaje, cada ocasión tiene su distinta marca y colores completamente diferentes. Suspiré, después de haber estado casi media hora arreglando mi cabello, junto con el maquillaje que apliqué a mi rostro, sonreí en el enorme espejo, dejando ver mi hermosa dentadura blanca, salí de aquel lugar y terminé de colocarme mis tacones de color rojo, los cuales combinaban bastante con el labial que había aplicado en mi boca.

—Estas lista para que todos admiren tu maravilloso baile—Susurré, tome aire y salí de mi habitación.

Eran las ocho de la mañana, no había absolutamente nadie por los pasillos del castillo, literal estaba sola, así que decidí seguir con mi camino, no le presté tanta atención a la soledad que me rodeaba, así que solo sacudí mi cabeza, y continué.
Al llegar al enorme salón, ya se encontraban varios chicos acomodando las enormes mesas alrededor de la pista de baile, un pequeño escenario también se estaba adecuando para los cantantes que junto a Jace habíamos decidido que darían un pequeño show para los asistentes. Sonreí, hasta que de la nada, una de las empleadas del castillo, llegó detrás de mí, dándome un pequeño susto.

—Mierda—Coloqué una de mis manos sobre mi pecho, donde se supone estaba el corazón— ¿Por qué me asustas de esa manera? —Pregunté con seriedad y aquella mujer se asustó por mi reacción.

—Yo...yo...—Tenia nervios, y aquello me alegraba bastante, que aún este infundiendo miedo en las personas, no es tarea fácil.

—Dime que necesitas—Solté aquellas palabras con estrés por su tartamudeo.

—El joven Cameron ya...ya está...aquí—Comentó, y con algo de rabia por lo que Jace me había dicho, decidí en ir hacia la entrada principal del castillo, sin agradecerle a la mujer por darme la noticia.

Solo necesitaba calmarme, suspirar, y no formar una pequeña batalla entre el castaño de ojos azules, y yo, porque obviamente su "Prometida", no sabe absolutamente nada acerca de la bisexualidad del chico, o lo más probable es que no traiga a la chica al baile de esta noche. Suspiré, y a lo lejos logré divisar al castaño, pero a su lado, había una chica, con un atuendo bastante peculiar para las personas de este país.

—Cameron—Dije al estar ya enfrenté de ambos, para luego observar por unos instantes un enorme camión, el cual contenía vino de su marca.

—Amara—Saludo el chico—Quiero presentarte a mi...

—Prometida—Interrumpí a Cameron, para observar a la chica, la cual es muy bonita, realmente es hermosa, pero a simple vista se ve demasiado estricta con todo lo que la rodea—Lamento que nos conozcamos de esta manera—Fingí una sonrisa y caminé hacia el enorme camión.

Era bastante obvio que los había confundido a ambos, pero no podía volver a pedir disculpas, no está en mi organismo pedir disculpas.
Me acerqué al enorme camión, y hablé con el encargado, le comenté todo acerca de donde podía dejar las botellas de vino. Cameron y su novia, ya no se encontraban por ninguna parte, suspiré de alivio, y retomé el camino hacia el enorme salón.
Las decoraciones estaban realmente hermosas, sonreí como una niña tonta, y a lo lejos, Jace me estaba esperando, también con una enorme sonrisa, en el lugar había varias mesas, las cuales llevarían demasiados dulces.

—Todo está realmente hermoso—Susurró, mientras que ambos observamos todo el lugar.

—Lo hicimos—Sonreí.
********************************19:00

Las personas que en verdad eran importantes, literal ya estaban comenzando a llegar, los nervios estaban conmigo, pero que más podía hacer, con Jace habíamos dado todo de nosotros, para que este baile sea uno de los mejores que hayan hecho dentro del castillo. Respire profundamente, tratando de que mis nervios desaparecieran poco a poco, termine de colocarme mi largo, elegante y hermoso vestido rojo, no llevaba puesto mi sostén, ya que el diseño del vestido no me lo permitía, aplique un poco de labial rojo en mis labios, una pequeña tiara iba en mi hermoso cabello, y por último mi antifaz, sonreí, y salí de la habitación.
El pasillo estaba solo, tenía nervios, pero no podía dejar que aquello me arruine esta maravillosa noche, no está en mis planes. Seguí con mi camino, hasta que llegué a uno de los pasillos, más concurridos por los empleados, los cuales también llevaban puesto pequeños antifaces. Todo estaba saliendo de maravilla, hasta que a lo lejos vi a la pelirroja junto a Arthur, no lo había visto desde hace días, pero no que más me sorprendió, es que Jane llevaba puesto el mismo vestido que yo, "Hija de puta", fue lo primero que pensé. Fingí una enorme sonrisa, y sin esperar demasiado, me acerqué hacia el lugar donde ellos se encontraban.

—Hola—Observé a Jane con demasiada rabia.

—Hola—Fingió una enorme sonrisa.

—Arthur—Susurré, él apenas posó su mirada sobre mí, y con rapidez, volvió a desviar su mirada.

— ¿Enserio? —Preguntó la pelirroja molesta al ver mi vestido.

—Eso es lo mismo que me pregunto—Suspire con enojo, y el chico para no tener que escuchar nuestra discusión, decidió alejarse, y Jane parecía estar feliz con lo que estaba pasando— ¡Que hiciste? —Le pregunté con rabia.

— ¿De qué estás hablando? —Fingió confusión, pero tenía unas inmensas ganas de reírse.

—Hija de puta—Estaba a punto de golpearla, pero fuimos interrumpidas por las gemelas del resplandor.

—Hola chicas—Saludo Dotty.

— ¿Había dos por uno? —Preguntó Katty y ambas comenzaron a reírse.

—No estoy de ánimos para darles unas fuertes bofetadas—Comenté, estaba muy enojada con todo lo que sucedía esta noche.

No me despedí de nadie, di la vuelta y comencé a caminar nuevamente hasta mi habitación. Tenía ganas de llorar, pero no lo iba a hacer, lo único bueno en ese momento, era que no había absolutamente nadie caminando por aquel pasillo, abrí la puerta y en menos de unos segundos la cerré de nuevo, corrí hacia mi clóset y saqué otro de mis hermosos vestidos, este era negro, y no dude en cambiarlo, nadie me iba a opacar esta noche, y menos una chica que reprime sus sentimientos.
La mayoría de personas ya estaban en el gigantesco salón, y no es por alardear, pero al verme bajar las escaleras, varias personas se quedaron observándome, como en las películas, pero no me importaba, solo la mirada de una sola persona era la que más necesitaba, pero este ni siquiera se dio cuenta de mi presencia. Observé a mis amigos a lo lejos, no dude en acercarme hacia donde ellos se encontraban.

— ¿Esta es la mesa para los rechazados en el amor? —Saqué una de las sillas y no dude en sentarme.

—Se supone que Thomas y yo habíamos arreglado todo...pero—Maddie señaló con su mirada, y el príncipe de Villandry se encontraba en otra de las mesas, donde le hacían compañía Jane y Arthur, Cameron y su novia, y Evelyn, que parecía ser más un chicle.

— ¿Por qué algo me dice que aquellas parejas estarán en nuestro futuro? —Volteé a verlo confundida y enojada por sus palabras.

—Jace cállate—Fue lo único que logré decir, hasta que un camarero apareció con tres copas de vino.

—Este vino...Cameron lo iba a servir en nuestra...boda—Jace estaba muy triste, y varias lágrimas aparecieron en el rostro del chico.

—Ven—Me acerqué y le di un abrazo.

— ¿Quién es ella? —Preguntó Maddie con rabia, pero no hacia la chica, sino hacia el desagradable de Cameron.

—Sé que es de la India—Susurró.

—Hay querido—Acaricie con suavidad su cabello.

—La vida es así—Intervino Maddie, para luego beber lo que le hacía falta de su copa, pero no era la que estaba llena de vino, esa literal la había dejado a un lado, mis ojos se abrieron con sorpresa, ella se percató de mi reacción, pero con una mirada, me pidió que guardara su secreto.

MADDIE POV

Ya había bebido todo lo que me hacía falta de mi copa, era agua, no podía beber nada más, ya que la visita del médico está mañana, me dejo realmente sorprendida, quería llorar, pero, sinceramente, para qué, Thomas está tan entretenido con sus amigos, y no soy de aquellas personas que les gusta arruinar la felicidad de los demás, suspire, Evelyn estaba encima de él, como si fuera un chimpancé, pero lo único que me hacía sonreír era  la reacción de Thomas, él trataba a toda costa de separarla. Solté una pequeña risita, y luego pasó algo que jamás quería hacer.

—Ahora, para este primer baile, queremos que nuestro Príncipe y futuro Rey de Villandry baile la siguiente canción con su amada, la futura Princesa y Reina de Villandry—Dijo el encargado de animar aquel baile, pero... ¿Por qué necesitaban un animador?, me pregunté.

Todo el mundo había posado su mirada en Thomas, saber a quién iba a elegir, era de nervios, literalmente, algunas chicas sonreían sin perder las esperanzas de que el príncipe las elija, y las invité a bailar, aquel tan anhelado baile, pero tenía nervios, ya que Evelyn se encontraba a su lado con una enorme sonrisa, y todo podía cambiar, cualquier cosa podía pasar. Thomas ya se había levantado de su asiento, posó su mirada sobre Evelyn, pero eso pasó por al menos un microsegundo, comenzó a buscar a alguien en medio de la multitud, mientras yo me servía un poco de agua, no sabía que estaba pasando, hasta que escuche su voz enfrente de mí.

— ¿Me concedería este baile? —Levanté la mirada, su hermosa sonrisa, su hermoso rostro estaba enfrente de mí, los nervios aparecieron, no sabía qué hacer, hasta que Amara hizo un movimiento con su rostro para que aceptara, lo hice, y ahora todo el mundo nos estaba observando.

Me levanté con cuidado de mi asiento, y los dos caminamos hacia el centro de baile, todos en aquel lugar querían ver aquel momento icónico para su país. Suspire, llegamos hasta el punto central. Thomas colocó una de sus manos sobre mi cintura, yo coloqué una de mis manos sobre su hombro, y luego unimos las dos en una sola. De la nada apareció el hombre que iba a cantar la canción, suspire de nervios, y sin esperarlo, la música comenzó a sonar.
Bailamos, todo parecía un hermoso sueño, y la letra de aquella canción era realmente hermosa, la recordaba de algún lugar, exactamente de alguna película que había visto en mi infancia. Las personas nos observaban con una hermosa sonrisa, todo estaba tan bien, hasta que la canción, comenzó a describir exactamente lo que estaba viviendo con Thomas, tenía miedo de que todo se hiciera realidad, él solo tenía una sonrisa en su rostro, mientras que yo, no sabía qué hacer.

—No puedo—Susurré, deteniendo todo lo que estaba pasando, y salí corriendo, dejando a Thomas solo en medio de aquella pista de baile.

En parte lo hice porque no podía con aquella letra, y, por otra parte, necesitaba encontrar un baño, para poder vomitar, ya que dar tantas vueltas me había provocado un enorme mareo. Abrí la puerta, nadie me había seguido, o eso era lo que yo pensaba, hasta que escuché como la puerta se abría, pensé que se trataba de Thomas, hasta que levanté la mirada, Amara se encontraba con una sonrisa en mi rostro.

—No te preocupes—Se agacho para estar a mi lado—Guardaré el secreto—Susurró.

Sonreí, pero volví a vomitar, ella me ayudaba sosteniendo mi cabello, y literal estuvimos así por casi diez minutos, luego de aquel pequeño espectáculo que había dado en el baño, por fin logramos salir, cuando yo me encontraba bastante mejor, le brinde una sonrisa y caminamos por un par de segundos, antes de que Thomas apareciera con una cara de preocupación y confusión.

— ¿Estas bien? —Se acercó, pero Amara lo detuvo.

—No sé quién habrá cambiado la canción—Intervino la pelirroja.

—Todo lo que decía...esta...sucediendo—Susurré, pero Thomas negaba con su cabeza, nada de eso estaba pasando.

—Amara—El castaño volteó a verla, pero ella solo me observó a mí.

—Estoy bien—Susurré brindándole una pequeña sonrisa, ella accedió y al marcharse, le brindó una mirada de odio a Thomas.

—Yo solo quiero estar contigo—Se acercó, y yo se lo permití, rodeó mi cintura con sus brazos—Por eso quiero que adelantemos la boda—Susurró.

— ¿Aún sientes algo por Evelyn? —Lo sorprendí con mi pregunta.

—No, ya no siento nada por ella—Esta vez no se había demorado en contestar.

—Thomas—Fuimos interrumpidos por la peor persona del mundo.

— ¿Evelyn? —Preguntó el chico al verla.

—No quiero...literal no puedo pelear—Susurré sin querer, pero Thomas no se había percatado de mis palabras.

— ¿Qué quieres? —Preguntó Thomas con algo de rabia.

—Solo venía a ver si Maddie estaba bien—Su actuación es literalmente buena.

—Si, está bien—Contestó Thomas.

—Me tengo que ir—Comencé a caminar hacia mi habitación, pero fui detenida por Thomas.

—No me dejes solo—Susurró.

—No puedo vivir con ella—Comenté y él abrió sus ojos por mis palabras.

—Pero...

—Sé que ella cambió la canción...ella fue la que dejó el test de paternidad fuera de mi recámara...no puedo estar más tiempo en este lugar si ella esta—Dije, sin importarme que ella estuviera a unos metros de nosotros.

—Maddie... ¿Enserio? —Preguntó sorprendido, pero lo dejé más sorprendido por mis palabras.

—No quiero ser asesinada...como Lorena asesinó a tu madre—Susurré—Empacare mis cosas—Quería seguir con mi camino, pero él me detuvo.

—Evelyn...quiero que te vayas—Dijo con seriedad.

— ¿Pero Thomas? —Se acercó, pero él la detuvo.

—No te acerques—Dijo con seriedad.

— ¿A dónde iré? —Quería hacerse la víctima, ya estaba llorando y en cualquier momento su plan funcionaría con el castaño.

—No lo sé—Contestó—Pero quiero que esta noche ya no estés aquí—Dio la vuelta, entrelazo nuestras manos, dejo un beso en mi frente, y ambos comenzamos a caminar hacia mi habitación.

AfterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora