31

313 19 0
                                    

01, Noviembre
MADDIE POV

La fiesta podría decirse que fue todo un éxito, a excepción del baile que Thomas y yo hicimos frente a todos los invitados, mi salida los dejo confundidos, pero puedo decir que aquel pequeño show, que hicimos Thomas y yo, logró solucionar en parte, todo lo que nos estaba pasando en nuestra relación. Sonreí, literalmente los brazos de mi queridísimo príncipe, me estaban rodeando, volteé con cuidado y sinceramente no podía dejar de verlo, es hermoso tanto despierto como dormido, mi sonrisa crecía cada vez más, y sin pensarlo, coloqué una de mis manos sobre su pecho. Comencé a hacer pequeños círculos con la yema de mis dedos, hizo un pequeño movimiento, y en un par de segundos estaba literal enfrente de mí, aún con sus ojos cerrados y su respiración calmada, "Lo amo", pensé, y sin esperarlo un pequeño flashback, recordando como lo conocí, apareció en mi mente.

"— ¡Auch! —Dijo el chico, y luego simplemente comenzó a reírse.

—Discúlpame, enserio—Estaba muy avergonzada por lo que había hecho.

—No te preocupes—Me levante, pero estire mi mano y él la acepto sin dudar. Una gran descarga eléctrica recorrió todo mi cuerpo, le solté la mano, él se tambaleó un poco, pero logró colocarse de pie.

—Toma—Extendí mi mano para entregarle el libro que estaba leyendo hace un rato.

—Gracias—Lo acepto. Suspire y él levanto su rostro, lo pude observar bastante bien, su cabello castaño claro, su piel, sus labios y sus maravillosos ojos.

—Eres tú—Susurré sin querer, pero al parecer él escucho lo que dije.

— ¿Soy yo? —Preguntó confundido.

—MMM... ¿Qué? —Quería confundirlo, porque la verdad no tengo ni idea de cómo responder a su pregunta.

—Dijiste... ¿Eres tú? —Comentó— ¿Quiero saber por qué? —Su mirada estaba llena de seriedad y sus palabras fueron dichas con mucha autoridad.

—Yo...—No sabía que decir, estaba llena de nervios y mi corazón latía demasiado.

—Te escucho—Sus ojos literalmente estaban clavados sobre los míos, algo que no ayudaba muchísimo.

—Vas...vas a pensar...que soy una...una completa loca—Sonreí con nerviosismo, y mis palabras fueron dichas como una persona cien por ciento tartamuda.

—No lo creo—Respondió, y algo dentro de mi literal se alegró demasiado, tengo las actitudes de una niña pequeña—Pero necesito saber porque preguntaste eso—Su seriedad volvió, y aquello logró detener mi felicidad interior."

— ¿En qué piensas? —Escuché aquella hermosa voz, sacudí mi cabeza y los recuerdos volvieron a su pequeño baúl que tengo en mi mente.

—En nada—Baje la mirada, Thomas tenía una enorme sonrisa en mi rostro.

—No seas mentirosa—Me tomó de la cintura, y con un solo movimiento, logró colocarme sobre él.

— ¿Qué haces? —Me estaba riendo, y sin esperar comenzó a acariciar cada parte de mi cuerpo.

—Te amo tanto—Sus palabras fueron dichas con sinceridad, y pensarán que estoy loca, pero uno mismo sabe cuándo aquella persona está siento cien por ciento sincero.

—También te amo tanto—Baje lentamente mi rostro, y sin esperarlo deje que mis labios se subieran sobre los suyos.

Comenzamos con un pequeño y delicado beso, sonreí durante este, pasé mis manos sobre su cabello, mientras lo acariciaba, él hacía lo mismo con mi espalda, y de vez en cuando una pequeña risita, salía de mi boca, ya que, sin querer, Thomas lograba hacerme un par de cosquillas por sus caricias. No quería que ese momento tan especial, se convirtiera en una pequeña sesión llena de sexo salvaje y pasional.

— ¿Recuerdas cuando me conociste? —Pregunté, interrumpiendo nuestra sesión de besos.

—Siempre estará grabado en mi mente—Susurró—Arrojaste el libro que estaba leyendo al suelo—Comentó con seriedad.

—Siempre estuviste serio durante toda aquella conversación—Me reí, pero él al parecer quería recordar aquella escena que tuvimos a principios de este año.

—Dijiste... ¿Eres tú? —Preguntó con su seriedad, y al mismo tiempo levanto una de sus cejas, lo cual lo hacía ver demasiado sexi, con su abdomen desnudo, y aquella expresión que literal me estaba calentando bastante.

—Yo...no...sé...de que...estás hablando—Fingí mi tartamudeo, para darle más credibilidad, ya que literal estaba a punto de convertirse en una película porno, y digo a punto porque fuimos interrumpidos.

—Su majestad, está llegando tarde a su reunión—Frederika comentó con un tono de voz demasiado nervioso, tal vez pensaba que Thomas iba a regañarla por habernos interrumpido, pero sabía exactamente que él no es de aquellas personas.

—Muchas gracias—Fue lo único que dijo el castaño, se abalanzó sobre mí, me abrazó, y comenzó a besarme. Los besos fueron dejados con dulzura y pasión, hasta el punto que sin darme cuenta, habíamos cambiado de puesto, yo estaba recostada sobre la cama y él encima de mí.

—Ya debes irte—Logré detener aquella enorme avalancha de besos.

— ¿Quieres que me vaya? —Preguntó fingiendo tristeza.

—Sabes que no—Susurré antes de volver a besarlo—Pero al ser el príncipe de Villandry...estas lleno de responsabilidades—Sonreí, volví a besarlo y él se levantó de la cama.

— ¿Nos vemos esta noche? —Preguntó, mientras yo solo podía observar su cuerpo desnudo, pidiéndome a gritos, que tenga sexo con él.

—Si—Sacudí mi cabeza, Thomas se percató de lo que estaba haciendo y se acercó más a mi lado.

—Recuerda que todo esto—Me dio un beso en los labios, mientras tomaba una de mis manos y la colocaba sobre su abdomen, mientras hacía que subiera y bajara por aquel lugar—Es solo y exclusivamente tuyo—Sonrió, dejo un último beso, antes de dirigirse al cuarto de baño.

Estaba demasiado feliz, tomé una de las almohadas que tenía a mi lado y la coloqué sobre mi rostro, no dude en hacerlo, di un gran y fuerte grito de felicidad, todo pareció haber sido una pesadilla barata. Me levanté de mi cama, me deshice de toda la ropa que tenía puesta, sin dudarlo, me dirigí hacia el cuarto de baño. Las gotas de agua caían con rapidez sobre el suelo, y podía ver la hermosa espalda de Thomas, y al observar cada vez más abajo, pude ver su trasero, mordí mi labio, y me adentre sin hacer ruido, me abalance sobre él, lo abracé y comencé a dejar pequeños besos en su espalda. Estuve por unos segundos así, hasta que Thomas cambió las posiciones, dejó que me recostara sobre la pared, mientras él estaba enfrente de mí, me besó, tomó mis piernas y me alzó, aproveché y las enrede en su cintura, mientras que el aprovechaba el momento para penetrarme. Solté un par de gemidos, y él hacía exactamente lo mismo, aunque de vez en cuando soltaba gruñidos de sus labios, mientras nos besamos.

—Te amo—Susurró.

—Te amo—Lo besé.

Las embestidas siguieron, pero no fueron tan fuertes, todo paso tan dulce y suave, algo que le agradecía a Thomas por completo. Y después de unos largos treinta minutos, terminamos de tener sexo y ducharnos, los dos salimos del cuarto de baño, y nos vestimos, Thomas tenía varia ropa dentro de mi clóset, por lo que no dudó en entrar conmigo a ese lugar. Ambos estábamos desnudos, y sinceramente, no sé si eran las hormonas, pero no podía despegar la mirada del miembro de mi chico, él se daba cuenta y soltaba pequeñas risitas. No pude evitarlo y me acerqué, comencé a besarlo, pero Thomas me detuvo.

— ¿Segundo Round? —Pregunté con un puchero, algo que a él lo estaba calentando cada vez más, me solté de su agarre y me arrodillé enfrente de Thomas, y sin su consentimiento, introduje todo su miembro dentro de mi boca.

— ¡Maddie! —Dijo al cerrar sus ojos, mientras yo seguía con todo lo que estaba haciendo.

Unos quince minutos más, duramos en aquel momento, Thomas tuvo que darse una ducha rápida, y al salir yo me encontraba completamente vestida, él tuvo que comenzar a colocarse su ropa con rapidez pero con un pequeño obstáculo, yo, estaba literal encima de él, dejando besos por todas partes, y de vez en cuando lo desvestía, quería estar con él otra vez pero, era obvio que Thomas ya se tenía, que ir, literal se había demorado bastante.

— ¿Nos vemos hoy a las nueve? —Pregunté, mientras caminábamos hacia la puerta de la habitación.

— ¿Estamos celebrando algo? —Preguntó con una sonrisa.

—Solo quiero contarte algo que sucedió—Contesté.

— ¿Es bueno? —Preguntó confundido.

—Es estupendo—Lo besé—Te espero a las nueve en el pequeño quiosco blanco—Volví a dejar un beso en sus labios, salimos de la habitación y comenzamos a caminar por el pasillo.

Thomas se tuvo que ir, a cumplir con sus obligaciones como príncipe, mientras que yo, caminaba hacia el gran comedor, donde tuve tiempo para desayunar, y hablar un poco con mi padre y Athenea, ambos estaban muy preocupados por todo lo que sucedió ayer en el baile, y lo que ha venido sucediendo desde días atrás, exactamente, el día en que Evelyn llegó al castillo.

— ¿Como ha estado todo con Thomas? —Athenea me sirvió un poco de cereal con yogurt.

—Pues...bien—Sonreí—Estamos hablando y arreglando las cosas—Volví a sonreír, y sin esperar más, comencé a comerme aquel cereal, "¿El sexo cuenta como arreglar las cosas?", mi subconsciente ya había salido para jugar con mi mente.

—No quiero que él te haga daño—Apareció mi padre con una expresión de seriedad en su rostro, pareciendo algún chico malo.

—Él no me hará daño—Contesté con tanta seguridad, que sinceramente, después de hacerlo, algo dentro de mí se preguntó si en verdad él no me haría daño.

—Eso espero—Papá se sentó junto a nosotras.

Al parecer ya todos habían desayunado, a excepción de mí. Estuve hablando con mi padre y Athenea por una hora más o menos, hasta que ellos debían volver a sus labores, suspiré con tristeza, me despedí de cada uno con un beso en la mejilla, ellos se marcharon, directamente hacia la cocina, mientras que yo debía ir a buscar algo que hacer.
Salí del comedor, camine por los pasillos, tratando de encontrar a Jace o Amara, pero al parecer iba a ser una tarea cien por ciento difícil, suspire, con algo de decepción, y después de casi media buscándolos por el inmenso castillo, decidí en sentarme a descansar en el pequeño quiosco. Observé sin parar, aquel hermoso jardín, un par de mariposas revolotean sin parar, la hermosa melodía de los pájaros que llegaban de todas partes, era en verdad lo más hermoso que había logrado ver en todo el tiempo que llevaba en este lugar.

—Hola—Fui interrumpida por Amara, la cual, junto a Jace, entraron al pequeño quiosco y se sentaron justamente enfrente de mí.

—Hola—Saludé, y ellos me brindaron una sonrisa.

—Y... ¿Como estuvo tu noche con Thomas? —Preguntó la pelirroja, mientras que Jace estaba bastante distraído.

— ¿Estas bien? —Llamé la atención de mi amigo.

—Si—Contestó, pero ambas sabíamos que no era así.

—Es por la prometida de Cameron—Intervino Amara.

— ¡Verdad! —Estaba demasiado sorprendida, literal los había dejado de lado por un largo rato—Lamento no haber estado allí—Tomé su mano.

—Pero ahora lo estas—Me brindó una sonrisa—Eso es lo que importa...

—Siempre estaré con ustedes—Sonreí, y ambos se acercaron para abrazarme.

EVELYN POV

El tiempo corría demasiado rápido, al parecer el universo quería ver cuál sería mi haz bajo la manga, sonreí y al darme cuenta de que ya eran las ocho de la noche, sonreí, saqué mi móvil, sabía exactamente que Thomas saldría de una reunión el día de hoy, ya que me lo había comentado días antes de que todo se fuera a la mierda. Busqué su contacto y lo llamé...pero no conseguí respuesta alguna, "Mierda", pensé, pero no iba a dejar que todo mi plan se fuera a la mierda.

—Hola, buenas noches—Le dije a una chica que estaba pasando por mi lado.

—Hola—La chica de cabello negro me brindó una sonrisa.

— ¿Podrías por favor prestarme tu móvil para llamar a alguien? —Sonreí—Es que mi batería está muerta—Le mostré mi móvil, el cual estaba totalmente apagado, algo que había hecho segundos atrás.

—Vale—La chica estiró su mano, y junto a esta tenía su móvil.

—Gracias—Susurré, me adentre a este y teclee su número telefónico.

—No es nada—Agregó la chica, esta vez estuve un par de segundos escuchando el pitido, pero por fin había contestado.

— ¿Hola? —Preguntó desde el otro lado de la línea.

—Thomas soy yo—Susurré, y am parecer cuando escucho mi voz iba a cortar la llamada—No cuelgues por favor—Suplique.

— ¿Qué quieres? —Preguntó con rabia.

—Solo...solo...—Comencé a llorar, obviamente lo estaba fingiendo todo, y la chica no paraba de verme—Solo quiero hablar y arreglar las cosas contigo—Literalmente comencé a quebrar mi voz y en un par de segundos el aceptó.

—Evelyn—Suspiró— ¿Dónde nos vemos? —Preguntó.

—En el Hosting Reich—Susurré.

—Nos vemos en diez minutos—Fue lo último antes de cortar la llamada.

—Muchas gracias—Le entregué el móvil a la chica.

— ¿Estas bien? —Preguntó, señalando las lágrimas que aún estaban en mis mejillas.

—Si, perfectamente—Limpié las lágrimas y me encaminé hacia aquel Hotel.

THOMAS POV

No sabía exactamente para que Evelyn quería verme, pero en parte fue una gran amiga, y siento demasiado cariño por ella, por lo cual, quería saber acerca de sus disculpas, que no solo me debía a mí, Maddie ha sufrido demasiado por su culpa, lo único que no debo hacer, es quedarme bastante mal a Maddie. Revisé la hora, eran las ocho y treinta de la noche, La llamada con Evelyn se había terminado hace un par de segundos, y ya le había dicho a mi chófer que me llevara hacia aquel Hotel.
Suspiré, el auto se detuvo y no había rastros por ninguna parte de la castaña, me bajé de este y el chófer hizo exactamente lo mismo que yo, caminamos hacia la entrada del enorme lugar, y un hombre nos recibió con una sonrisa, para luego hacer una pequeña reverencia.

—Su majestad—Susurró.

—Buenas noches—Saludé— ¿Has visto a una chica castaña? —Que pregunta tan estúpida, había salido de mis labios.

—Hay una chica que comentó acerca de su presencia—Contestó—Ella se encuentra en el bar—Y al decir aquella palabra mi estrés se había multiplicado, en ese momento hubiera preferido irme, pero decidí entrar y buscarla, ¿Para qué?, no lo sé.

—Espérame aquí—Le dije al chófer y el me hizo caso.

Comencé a caminar por el lugar, pasé por unos largos pasillos, hasta que por fin había llegado al bar, un lugar algo desolado, a excepción de una pareja que estaba sentada en una de las mesas, los camareros, el barman, y la castaña, la cual se encontraba en la barra.

— ¿Que estás haciendo aquí? —Pregunte con seriedad.

— ¡Thomas! —Ella se abalanzó sobre mi intentando besarme, pero eso no ocurrió.

— ¿Para eso querías que viniera? —Ahora si estaba demasiado molesto, de repente todos en aquel lugar no se estaban dando cuenta del pequeño espectáculo que yo estaba brindando.

—Solo quería hacerte recapacitar—Susurró, mordiéndose su labio inferior.

—Soy un tonto—Dije—No debí haber venido—Revisé mi teléfono celular y ya eran las nueve de la noche—Mierda—Comenté, dando media vuelta.

—Thomas—Ella dijo en voz alta, me detuve—No debiste haber venido—Susurró, no entendía nada de lo que estaba diciendo, di media vuelta para volverla a ver, y una nube de polvo blanco apareció en mi camino, comencé a toser demasiado, todo a mi alrededor daba vueltas, y de la nada, lo que estaba a punto de hacer, se borró instantáneamente de mi mente.

MADDIE POV

Estaba esperando, con el frío recorriendo toda mi piel, la pequeña cena que había preparado, literalmente se arruinó por completo. Apagué la vela que estaba en el centro de la pequeña mesa, blanqueé mis ojos al recordar a Thomas y lo único que podía hacer, era observar el firmamento, no puedo creer que le di una oportunidad, "La reunión debió alargarse", mi subconsciente quería encontrar algo realmente lógico, para esta patética noche, suspire, y sin quererlo, mis ojos comenzaron a cerrarse lentamente en aquel lugar, hasta que el ruido me hizo despertar, no sabía de quien se trataba, literal podía ser cualquiera.
Pase mis manos por mis ojos, para que la pereza que se había instalado dentro de mí, desapareciera un poco, me levanté con rapidez y camine hacia el lugar donde provenía aquel ruido, "Deben estar ebrios", pensé, y en mi mente aparecieron Amara y Jace, por sus fatídicos romances, pero los fuertes pasos no me llevaban a ninguna de las habitaciones de ellos, sin esperarlo, se detuvieron, estaba confundida, porque sabía exactamente que habitación estaba dando la vuelta del pasillo, tomé aire y di cuatro pasos, la luz de aquel lugar estaba encendida, la puerta estaba entre abierta, y ya me había enojado, Thomas prefirió irse a beber, que estar conmigo esta noche.
Camine hacia aquel lugar, tenía miedo de lo que me podría encontrar, algo dentro de mi estaba lleno de nervios, y solo quería saber que estaba pasando, si Thomas necesitaba ayuda, pero lo que me encontré, terminó de romper mi corazón.
Thomas estaba desnudo, y Evelyn se encontraba enfrente de él, sus manos acariciaban cada parte de su cuerpo, mientras le quitaba toda la ropa a aquella chica, las lágrimas aparecieron, retrocedí, no podía creer lo que había visto, estaba destrozada, hasta que choque con alguien.

—Maddie—La pelirroja estaba confundida al verme de esa forma— ¿Esta todo bien? —Preguntó, pero yo no podía dejar de observar aquella puerta, así que ella decidió en ver con sus propios ojos que estaba pasando.

—No hagas ningún escándalo—Susurré, mi amiga no podía creer lo que estaba viendo, tenía rabia al igual que yo—Me voy a ir—Dije al estar ella a mi lado.

— ¿Que dices? —Preguntó confundida.

—No puedo estar más aquí—Las lágrimas no paraban de salir—Amara...no quiero que ella me asesine para estar con Thomas—Susurré, y la pelirroja literal me estaba entendiendo.

—Yo te llevo al aeropuerto—Se ofreció.

—No...quiero que le entregues esto a....Thomas—Me quite el anillo que él me había dado.
— ¿Y sobre el embarazo? —Preguntó.

—No le digas nada a nadie—La abracé—Por favor—Susurré.

—Jamás—Fue lo último que ella dijo.

Aquella noche llegué a la habitación donde dormía, saqué una de las maletas que había traído a este lugar y me llevé la gran mayoría de cosas que había traído, tomé mi vida y pasaporte, para largarme, no quería estar ni un minuto más en aquel país, no podía estar más allí.
Llamé a Joe, él estaba confundido, pero no hizo pregunta alguna, me llevo al aeropuerto, nos despedimos, y con la tarjeta de crédito que aún tenía de mi padre, compre un boleto a Nueva York, sabía que mis amigas me iban a aceptar pase lo que pase.

—Su majestad, aquí está su boleto—La mujer me sonrió, le brinde una pequeña sonrisa, al escuchar aquella palabra, literal casi dejo que mis sentimientos tomarán el control de mí, pero me contuve, tomé aquel boleto y en menos de cinco minutos, mi vuelo ya estaba a punto de despegar.

—Adiós—Susurré, y me subí a aquel avión.

AfterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora