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Lauren y Camila estaban sentadas en una de las muchas mesas gratis dentro de la lavandería.

Desde que ella había sido detenida, Camila no había quitado la sonrisa de sus labios. A pesar de insistir en que no lo hiciera, Lauren le había ofrecido un café. Habían comenzado a hablar sobre esto y aquello, como si realmente se hubieran conocido durante toda la vida.

Incluso Lauren, por otro lado, no había quitado una sonrisa de sus labios. Había llevado mucho tiempo darse cuenta de todo lo sucedido. Descubrir que Camila estaba en Miami y encontrarla nuevamente en una lavandería a solo unos pasos de su nariz parecía un sueño.

"Sabes que estoy feliz de conocerte", dijo Camila, despertando sus pensamientos. "Puedes creer que ni siquiera quería venir a este cuarto de lavado", continuó, insinuando con una pequeña risa.

"Gracias por hacerlo", se rió Lauren, mirándola. "Estoy feliz, también. Me parece entonces todo un sueño, que sé, al principio me dio un pensamiento que todo era una broma, el número equivocado...continuar hablando,no sé  todo parecía una farsa. Pero luego, cuando nos intercambiamos los números y hablamos más en serio, me di cuenta de que había algo cierto ", se detuvo Lauren, jugando con el popote para mezclar el azúcar en el capuchino. "De tus fotos no estaba muy segura de que fueras real, pero ahora...¡diablos si eres real!"

Camila se rió, sacudiendo su cabeza lentamente. "Oh, te lo aseguro, todo era verdad desde el principio. Admito que pensé lo mismo que tú, porque yo no suelo ver tus fotos, y me enviaste de las que eran demasiado hermosas..." la chica se puso un mechón de pelo detrás de la oreja, encogiéndose ligeramente de hombros. "Pero me alegro de que todo sea verdad y de que estemos...bueno, aquí".

Lauren asintió, de acuerdo con las palabras de la chica. "¿Así que vienes aquí también, en esta lavandería?

Camila negó con la cabeza lentamente, luego se encogió de hombros. "Hoy es un caso especial: la lavadora está rota y mi madre prácticamente me forzó. El técnico vendrá esta noche, creo"

"Qué extraña coincidencia", dijo Lauren, soltando una carcajada. "No, vengo aquí de vez en cuando. Quiero decir que este sitio es propiedad de los amigos de mi familia familia venimos para ayudarles  pocas veces a la semana," Lauren se encogió de hombros, y luego tomo un sorbo de su capuchino.

Camila sonrió, sentándose mejor en su silla. "Hoy me siento afortunada".

Lauren extendió los labios en una amplia sonrisa, bajando ligeramente la cara. "Sí, sí, yo también"

"Entonces, el sábado, ¿tienes el juego, eh?" Le preguntó Camila, poniéndose una mano en la mejilla y rascándola lentamente.

Lauren asintió, soltando una pequeña risa ante la expresión divertida en la cara de la otra chica. "Sí, es correcto, ¿vas a venir a verme?"

Camila se encogió de hombros, levantando las comisuras de sus labios en una sonrisa. "Um, no sé...podría tener un compromiso ese día"

"¿Como una fiesta?" Preguntó Lauren, en broma.

"Idiota," murmuró Camila, cruzando sus brazos bajo sus pechos.

Lauren se rió a carcajadas ante la reacción de la chica, llevando una mano para cubrir sus labios mientras Camila, que permanecía con los brazos cruzados, sonreía ante el sonido de su risa.

El sonido del teléfono de Lauren interrumpió el momento, a pesar de que el silencio había caído entre las dos. El nombre 'Coach' apareció en la pantalla del teléfono y Lauren solo volvió la vista.

"Hablando del diablo", dijo, tomando el teléfono para responder. "¿Hola?"

"Lauren, es Tom, hemos decidido relajarnos un poco antes del juego, así que te espero hoy a las 7 p.m. Pasa la voz al resto del equipo".

"De acuerdo, entrenador, nos vemos luego..." dijo Lauren cerrando la llamada, consciente de que no podía decir lo contrario.

Camila, atraída por el ruidoso suspiro de Lauren, dejó de morderse el labio inferior. "¿Estás bien?" preguntó, inclinando su rostro a un lado.

"Sí...sí", dijo Lauren, encogiéndose de hombros levemente. "Es solo que el entrenador ha establecido un entrenamiento extra para hoy y...-"

"Y tienes que irte", concluyó Camila, asintiendo lentamente.

"Lo siento", se disculpó Lauren, levantándose de su silla con Camila. "Me hubiera gustado seguir hablando contigo..."

"No te preocupes, Laur", dijo Camila, tomando sus cosas y comenzando a caminar hacia la puerta seguida de Lauren. "Estoy segura de que nos veremos pronto"

Lauren abrió la puerta, primero dejando salir a Camila y luego cerrándola detrás de ella. "¿Estás enojada?" preguntó, pero Camila negó con la cabeza en respuesta. "Al menos déjame llevarte a casa", sonrió Lauren, curvándose un poco la nariz.

"No te preocupes, Laur, realmente, tengo un auto cerca". Camila respondió, colocando su mano sobre su hombro y besando su mejilla.

Lauren miró a la hermosa chica con la que había hablado durante todos esos meses, preguntándose si realmente serían algo más en persona.

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