Capitulo 2

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En el cielo se estaba librando una guerra muy parecida al día final. Los guerreros del dios del cielo habían unido fuerzas con las quimeras para contrarrestar la rebelión demoniaca que provoco la desaparición de Lucifer. Mi padre, el dios de las aguas me dejó claro que no podemos interferir en esas batallas. Ser la hija de Poseidón me limita, pero a la vez me da el poder de cubrir mi realidad y poder escaparme al mundo de los humanos cada que quería. Jamás pensé que en medio de mi viaje me toparía con un ser celestial.

Vi como aquel ángel decencia de los cielos a gran velocidad y se perdía en el océano. Debía ser un arcángel porque sus alas eran amplias y hermosas. ¿Debería dejarle morir en boca de los tiburones? Se de boca de mi padre que los celestiales no tienen permitido entrar al mar porque estamos muy cerca de la entrada al inframundo. Solo "el caído" se pasea por nuestra jurisdicción, si la ven morirá.

Mi cuerpo sintió la necesidad de salvar la vida de este ser tan brillante. Nade a su alrededor buscando señales de vida y note como abría su ojos y miraba el sol. Sus orbes eran casi tan verdes y brillantes como mi cola, eran como dos esmeraldas. Me deje ver por el ángel, era hermosa su figura femenina. Ella me miraba.

Moriré en tus manos, ¿cierto? La escuche decir. Nuestra fama nos persigue.

Ignore su pregunta porque su voz era algo sublime. Le arrastre hasta una orilla cercana, podía notar como perdía mucha sangre y los tiburones no tardarían en llegar. Su aroma era atractivo. Era sangre celestial, un tesoro para muchos.

Estas muy herida. No pensé ver la sangre de un ángel. Tiene un aroma electrizante, dije en voz alta para mi propia sorpresa. Supongo que pensé en voz alta. Ella me miraba como si hubiese descubierto el santo grial del hijo del altísimo celestial.

Yo... Fui herida en batalla, los demonios están aquí. Dijo con voz temblorosa el ángel que yacía herida en la arena. Su uniforme de batalla estaba, manchado y sus alas húmedas, muy débiles como para levantar su propio peso.

Lo sé, el océano esta infestado de muerte. Ustedes caen en todos los extremos.

¿Por qué no me has matado aun sirena? Pregunto con voz de dolor y resignación.

¿Cómo podría acabar con la existencia de algo tan hermoso? Al parecer hoy no tenía control de lo que mis labios expresaban. Este ser me descontrola. Al escuchar mis palabras sus ojos se posaron otra vez en mí. Mire a los alrededores y encontré algas de Ming, sirven para sanar las heridas de nuestra especie, que conveniente.

Traje las algas y las coloque en su herida, que de hecho se ve muy mal y ella habló.

Soy Lauren, un arcángel que está a punto de morir en manos del ser más hermoso de este universo.

Que un ser celestial considerara hermosa a una sirena, era algo que no me podía creer en primera instancia, pero algo en su mirada me hacía creerle. Su nombre era Lauren, del latín Laurentius. Su nombre es sinónimo de caminos. Eso es bueno.

No vas a morir. Soy Camila, respira profundo, esto dolerá. Dije colocando las algas en su costado y pude notar que le dolía pero no apartaba la mirada de mi rostro. Nunca nadie me miro con tal devoción aparte de mi padre y mi madre.

Duerme ángel. Que la luz dorada de tus ojos nunca se apague.

No, yo quiero, Camila... Dijo cayendo en un profundo sueño. Estará bien.

Duerme ángel, repetí mientras me perdía entre las profundas aguas del océano e iba camino a palacio. Mis ganas de ir a caminar entre los humanos desaparecieron. Al llegar a palacio los tritones abrieron las compuertas y me dirigí a mis aposentos. No quería ver a nadie en este momento, solo quería pensar y hacer acto de reminiscencia sobre lo sucedido. Si fuese como los demás hubiese dejado morir a ese ángel en medio del océano, pero algo en ella me atraía más de lo que quisiera.

Buenas noches hija. Era mi madre que entraba a mi habitación.

Buenas noches madre. ¿Necesitas algo?

Solo quiero ver a mi hija, y charlar sobre algo que me inquieta.

Dime madre. Ven, hablemos.

Tienes 20 años humanos pero 200 marinos, sé que sientes curiosidad y que visitas la tierra de los humanos. No creerías que te dejaría ir sola a un mundo tan peligroso y golpeado por la guerra, pero creo que no has notado que tu despertar ha llegado.

Madre, yo lo siento mucho. No iré a esas tierras nunca más pero, ¿mi despertar?

Sentirás como tu cuerpo y su mente lucha entre sí para tomar la decisión correcta con ese ser que acompañara tus días en tu eterna vida. Es tu momento hija.

Pero no me gusta nadie madre, ni tengo contacto con tritones.

No hablé contacto con tritones. Me iré a mis aposentos para mi charla nocturna con tu padre. Hueles a su sangre, deberías limpiar eso. No sería una buena idea traer impregnado ese aroma celestial en ti cuando tu padre te de las buenas noches.

¿Cómo es que lo sabes? Yo apenas le conocí, no sé si está viva.

Lo está, ella está bien. Jamás nades contra la corriente hija mía. Descansa.

Descansa madre.

Esa noche pensé sobre todas estas revelaciones. Como es que me siento atraída por un ángel, este tipo de uniones nunca se vio y debe estar prohibida. Me fundí en los brazos de Morfeo y en mis sueños escuchaba mi nombre. Fuerte y desesperado.

The Siren And The Fallen - A Camren Mini FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora