13. Fragmentos: Inferno. Parte I.

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A sus siete años de edad, Sour Sweet vio como la guardia real, por órdenes de la Princesa Celestia, ejecutaban cruelmente a toda su familia. La intención era deshacerse de todos los habitantes del pequeño pueblo al suroeste de los límites del reino; ella fue la única sobreviviente de dicha masacre.

Oribe Glimmer, un hombre de cabello azúl oscuro con rayas menta y rosa, uno de sus ojos azúl y otro magenta. Él logró rescatarla antes de que ocurriese su inminente ejecución, pero, ese sólo era el primero de muchos otros eventos que harían que su mente se tambaleara en una dirección peligrosa.

El joven Oribe Glimmer decidió hacerse cargo de Sour, fue así como conoció a Starlight Glimmer, la hija del su salvador. La chica de su misma edad, poseía un enorme archivo clínico inquietante: principio de esquizofrenia e indicios de mente sádica y narcisista.

Sin embargo, Sour rápidamente descubrió que Starlight era muy inteligente, un carisma digno de un líder y una facilidad para comprender su alrededor.

Sour se vio obligada a ir a secciones de terapia debido al trauma que causó el ver a toda su familia ser asesinada frente a sus ojos. Al principio estuvo reacia a ello, pero al enterarse de que Starlight también iba, vio una oportunidad de conocer más a la chica interesante.

La oji índigo fue aprendiendo muchas cosas, tanto de la pelimorada como de su propia persona.

A los nueve años, admitió que los dos años de terapia habían dado sus frutos. Ya no tenía pesadillas, aunque su horario de descanso quedó en cuatro horas, la idea del suicidio dejó de rondar por su cabeza, reemplazado por el odio que crecía día a día por Celestia.

Ella misma escuchó a los soldados cacarear sobre las órdenes de la princesa, de lo bien que se sentía el violar, torturar y asesinar tanto a hombres, mujeres y niños.

Jamás le contó a la persona encargada de su terapia, sólo Starlight y Oribe fueron capaces de sacarle la verdad: hacerle hablar de como observó al protegido del capitán de la Guardia Real abusar sexualmente de su madre mientras la mutilaba.

Oribe le dio una mirada comprensiva, pero no dijo nada; en cambio, Starlight le confesó haber pasado por un situación similar. Poco a poco, en esos dos años, se acercó a ellos dos, al igual que los demás habitantes del pueblo.

Todos ellos eran rebeldes que estaban en contra del gobierno de Celestia, pero no tenían el suficiente poder para derrocar a la mujer.

A los doce años, Sour se dio cuenta de que poseía magia poderosa, algo extraño, teniendo en cuenta de que nadie en su familia era un mago.

Rápidamente corrió a contarle a su tutor sobre su hallazgo, Oribe no dudó en tomarla bajo su ala, determinado a entrenar a Starlight y Sour. Ambas poseían un poder sorprendente, si movía bien los hilos, quizás ellas dos podrían ser capaces de rivalizar contra Celestia.

En una de las salidas al pueblo vecino, Oribe conoció a dos chicas, Indigo Zap y Sunny Flare, un mago y un estratega. Observó como la peli aciano ayudaba al mago a utilizar una espada y ambas solían salir a correr todos los días.

Eso le dio una idea al hombre, normalmente los magos eran personas poderosas, pero con un precario estado físico, por lo poco que conoció a esas dos chicas, Sunny Flare tenía una resistencia muy parecida a la del atlético estratega.

Al regresar a su pueblo, se planteó con la idea de entrenar a Starlight y Sour, no sólo en magia, sino también en su condición física. Logrando -aún con su precaria experiencia en armas- enseñarles a usar la doble espada y los nunchakus.

La pelimorada era muy buena controlando la espada y con un poco de esfuerzo, pudo usar dos espadas. Sour Sweet era más del tipo atlético, por lo que los nunchakus fueron perfectos.

Dulce Venganza.Where stories live. Discover now