Recuerdos dolorosos...

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Al entrar en el baño, conecté la estufa y dejé correr el agua unos minutos.

Mientras me desvestía frente al espejo, observaba la cicatriz de mi coostado derecho. Ya habían pasado años, pero cada vez que la veía seguía sintiendo ese dolor, no el dolor físico; sino el dolor de la perdida de aquella fatidica noche.

Todo se remontaba años atrás, 3 para ser exactos.

Yo salía de trabajar y había quedado con mi pareja de entonces, su nombre era Roberta. Mejicana de nacimiento y de crianza española. Los mejores 4 años los pase a su lado.

Me quedé de encontrar con Ro en una cafetería cercana, pero al llevar más de 20 minutos esperando por ella y me empecé a preocupar. Después de llamarle una y mil veces al móvil y no recibir respuesta, me salí de la cafetería y me encaminé al coche. En el callejón de al lado, escuché a alguien gritar y luego solo silencio. Un silencio muy inquietante.

Encendí las luces del coche, puse las largas enfocando hacia el callejón y vi a alguien tirado en el suelo, mi corazon dió un vuelco cuando al fijarme bien, me di cuenta de que era Ro.

Mi corazón se estremeció, mi sangre se heló por completo y lo único que supe hacer fue correr haciaella.

No había dsolución alguna, su cuerpo inherte se encontraba en el suelo tirado y con una cuchillada en el costado y otra en el cuello. Miré a mi alrededor y lo último que recuerdo es un dolor punzante en el costado derecho y al poner mi mano en mi costado, verla llena de sangre. Lo siguiente que recuerdo es despertarme en el hospital llena de tubos y cables. Me asusté bastante, pero lo peor vino cuando me certificaron la muerte de Ro. El mundo se me calló al suelo, descendí a los mismisimos infiernos y quien paso por todo aquello fue Cloe.

Años despues, hoy en día para ser exactos, sigo recordando a Ro cada vez que me veo la cicatriz como el primer día.

El amor y la amistad siempre van de la manoWhere stories live. Discover now