Cuidar de ella

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Llegada la hora del anochecer, volví a casa y me puse a preparar la cena, unos spaguettis y un buen vino me quitarían las ganas de pensar en Cloe y me quitarían esos pajaritos de la cabeza.

Después de haber cenado y haber recogido, decidí irme al salón de la entrada y con una buena botella de vino ver una película.

Horas después, me encontraba viendo una serie llamada "The L Word", cuando me dí cuenta que eran las 2.30 de la madrugada. Decidí ver un capítulo más y luego me iría a la cama.

Casi al terminar el capítulo, estaba toda decidida a irme a cama cuando mi teléfono sonó. Miré sin muchas ganas y cuando vi "Cloe" lo cogí de inmediato.

- ¿No me habrás quemado o inundado la casa verdad? - dije en tono burlon. - ¿que haces llamandome a estas horas y en medio de una cita? - dije para terminar.

Sólo escuché un silencio al otro lado del teléfono. Comencé a preocuparme, esta vez en serio.

Silencio y más silencio.

- Cloe, ¿estas ahi? Me estas preocupando. ¿estas ahi? - pregunté mientras me levantaba del sofa y me dirigía a cambiarme de ropa.

- J. ¿puedo pasarme por la casa de la playa? - preguntó con un tono extraño, casi no la entendía.

- Cloe, cielo... ¿estas bien? - dije mientras ya estaba casi vestida.

- Si, si... estoy bien. ¿Puedo ir a verte ahora? - dijo con la voz temblorosa.

- Deacuerdo, ¿o prefieres que vaya yo? - pregunté.

- No, tranquila. Yo voy hasta ahí. Nos vemos, hasta ahora. - terminó diciendo antes de colgar el teléfono.

"Que raro, que rara la forma de hablar y comportarse de Cloe, ¿que le habrá pasado? Traquilizata J. Seguramente le habrá salido mal la cita o le habrá salido rana el chico y querrá desahogarse con su amiga del alma, nada más. No hay más que amistad. Hazte a la idea J."

Hora y poco después, escuché un coche aparcar en la entrada, debía de ser ella.

Comenzaba a llover y cada vez más fuerte. Apagó las luces, luego el coche y seguidamente se bajó de él.

Noté que venía cabizbaja, mirando tod el rato al suelo y con el pelo por delante de la cara.

- Cloe, ¿que ha pasado? - le pregunté mirandola de frente.

- J. es tarde, está lloviendo y hace frio. Me vas invitar a pasar o no? - dijo sin levantar la amirada del suelo.

La miré por unos segundos y me dí de cuenta que algo no iba bien. Tenía una sensación rara en el cuerpo. Me puse frente a ella y cogí su rostro con mis dos manos y suavemente lo levanté para poder verle la cara. Cual fue mi sorpresa cuando vi su rostro, su hermoso y lindo rostro magullado por todos lados; Un corte en el labio y el ojo derecho que empezaba a hincharsey ponerse algo morado.

- ¡¿Que diablos te ha pasado?! No me digas que te lo ha echo ese imbécil, porque ahora mismo voy y le parto la cara a ese mal nacido, ihjo de ... - pero me interrumpieron los llantos de Cloe.

- No llores mi vida, cielo estoy aquí. Ahora mismo voy a darle a ese un buen escarmiento... - dije mientras me dirigía a mi coche, cuando Cloe me agarró de la mano.

No dijo nada, ni una sola palabra. solo tiró de mi y me abrazo. Dejó posar su cabeza en mi pecho y dio rienda suelta a sus lloros y lamentos.

Se me caía el alma al suelo al verla así de mal, ella no se merecía esto, ella no.

La abracé con todo el amor y ternura del mundo y entramos en casa.

Una vez dentro le hice las curas y le quité esa ropa empapada. Le preparé un baño caliente y mientras ella se iba a la duche, fui a preparar café.

Minutos después me acerqué al baño por si necesitaba algo y pude oir sollozos, sin pensarmelo dos veces irrumpí en el baño como alma que lleva el diablo, dejé los pocillos del café en el lavamanos y me arrodille a su lado.

- Mi vida, no llores. ¿En cuanto termines te ayudo a vestir y vamos a comisaría entendido? - dije mientras le aprataba un mechon de cabello mojado de su rostro mal herido.

- No por favor, la comisaría no. No volveré a verlo jamás, pero no quiero que nadie sepa de esto.- dijo mientras se abrazaba a mi de nuevo.

Me puse nerviosa al notar su pecho desnudo y mojado solo cubierto de espuma pegado al mio.

A los pocos segundos nos separamos y nos quedamos mirandonos fijamente a los ojos durante unos segundos que parecieron una eternidad.

- Se... será mejor que me vaya a cambiar, estoy empapada y no quiero coger un resfriado. - dije mientras me levantaba con las mejillas sonrojadas.

Cloe me miró y agachó la cabeza de nuevo.

Me fuí a mi cuarto, me desvestí y me puse el pijama. Fuí al salón avivé un poco la chimenea, ya que se había pagado lentamente el fuego. Quede mirando hipnotizada el fuego, esas formas que hacia y ese color vivo que tenía.

El amor y la amistad siempre van de la manoWhere stories live. Discover now