▦ Capítulo 11

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— Peter, Peter, Peter... ¿no crees que eres muy joven para jugarle al héroe? —habló pausadamente el hombre cuyas líneas de expresión delataban un fuerte carácter.

El castaño se encontraba aprisionado a una silla, con las manos atadas detrás del respaldo y los pies sujetos a las patas de madera. Era como todo un acusatorio de película: un hombre creyéndose más listo que otro. Pero bueno, todos sabemos como acaban este tipo de asuntos.

— Aún me cuesta creer que un niño haya puesto a uno de mis mejores hombres a la disposición de fuerzas especiales. Sacarlo me costaría un suicido, sin embargo, creo que contigo obtendré ventaja —sentado en otra silla frente a Peter, el hombre estiró el brazo, rozando su pulgar por la mejilla del menor.

El chico respondió retirando su rostro bruscamente.

— Considero que ya has pagado el suicidio al traerme aquí contigo —contestó con la seriedad marcada en sus labios.

El hombre pareció divertido por sus palabras.

— ¿Iron-man vendrá a salvarte, niño? —inquirió con sorna y malicia.

Peter inclinó su cabeza hacia atrás, mirando ligeramente hacia arriba mientras simulaba meditar la situación. Aunque, de igual manera, parecía encontrase a la espera de algo o alguien.

El suelo oscilaba levemente cada tanto. Desde el primer momento en el que logró recuperar consciencia se percató de no estaban en tierra firme. Seguro estaban en un barco rumbo a quién sabe dónde, aunque poseía la certeza de que no hace mucho habían zarpado. Peter seguía sumido en un sospechoso silencio y el hombre no pudo evitar exasperarse ante la falta de importancia que mostraba, pero antes de poder emitir exigencia alguna, se escuchó tremendo revoltijo en las secciones que lindaban con esa sala.

Peter chasqueó la lengua, volviendo a encarar con el rostro confundido de su raptor.

— Tal vez Iron-man no, pero sí sé de alguien que podrá venir —dijo con media sonrisa.

Los hombres que servían de guardia en el amplio salón se pusieron alerta, sin embargo, nada pudieron hacer ante la inminente aparición. Las puertas fueron arrancadas desde afuera y el Hombre Araña entró en acción.

— Espera, ¡¿qué?! —bramó el hombre levantándose de su silla y haciendo caer ésta a la vez por la rapidez de su movimiento.

Miró al de mallas rojas empezar a enfrentar a sus hombres superhumanos. No cabía duda de que las habilidades de Spider-man eran incomparables, por lo que llevó con rapidez la vista hacia el supuesto Peter Parker, quien se observaba realmente divertido.

— ¡¿Quién demonios eres tú?!

El castaño sonrió, siendo su apariencia  actual desvanecida para dar lugar a un adolescente de cabellos azabaches.

— El dios del engaño —respondió con orgullo. Como le encantaba a Loki embaucar a la gente.

Antes de que el malhechor pudiera actuar, Spider-man se abalanzó con el impulso de una telaraña y mandó al hombre de una patada al suelo. Loki ya se había desprendido del amarre, eso gracias a la pequeña arañita que se desprendía del traje de Peter y que había intervenido cortando las cuerdas que le sujetaban.

— Así que había más de ustedes. No sé porque no me sorprende —comentó Spider-man al pie del derrotado.

— Menos mal que hay suficiente espacio esperándolos en una celda de máxima seguridad. Veo que por fin tendrás a todos tus hombres completos —agregó Loki a un lado de Peter, con magia emanando de sus manos y a punto de asestar el golpe que daría fin al problema.

El hombre los miró con cierta incredulidad, negándose a que dos adolescentes acabaran con todo lo que él había formado.


— Peter —llamó Loki.

Estaban encerrados en un pequeño compartimento, siendo iluminados debido a la luz vespertina que lograba colarse por la pequeña ventanilla. No había que ser adivino para descubrir que se encontraban surcando la superficie del mar en un barco de dudosa procedencia.

— ¿Dónde estamos? —inquirió Peter mientras recobraba la plenitud de sus sentidos. Apenas si en un abrir y cerrar de ojos todo había cambiado, a excepción de una única cosa: Loki seguí allí.

— En un barco rumbo a 'las consecuencias de ser Peter Parker y llamar los problemas' —aún tenía humor para molestarlo.

Peter arrugó el entrecejo, de esa manera que hacía cuando intentaba concentrarse.

— Bien, bien, creo que lo tengo —dijo tras elaborar un improvisado plan de ataque. Loki arqueó las cejas buscando su respuesta, lo cual obligó a Peter a proseguir—. Primero, saldremos que aquí...

No esperaba nada de Peter, pero aún así logró decepcionarlo. Al chico le faltaba táctica, pero pronto le daría muestra de ello.

— Y entonces tú... —pasos se avecinaron al compartimento, interrumpiendo Loki las palabras de Peter al presionar su mano sobre su boca.

— Y entonces yo hago un poco de magia y salimos ilesos de esta —sugirió Loki en un susurro.

Peter balbuceó algo en la mano de Loki, haciendo a éste último poner los ojos en blanco.

— Necesitamos una distracción. Está claro que vienen por ti y tendrás más ventaja si se llevan al chico equivocado —susurró con apremio, dejando finalmente de bloquear la boca ajena.

— ¿Quieres decir que...?

— Sí, Peter —y mientras decía, apariencias de ambos fueron intercambiadas—. Vamos a engañarlos.

Peter se quedó observando al contrario, algo medio fascinado y extrañado de poder observarse a sí mismo desde fuera.

— No lo vayas a arruinar, quieres —repitió Loki al verlo ligeramente distraído.

— No, no —murmuró Peter, procesando lo siguiente que podría suceder.

Entonces los pasos se detuvieron al otro lado y la puerta fue abierta con rudeza.

— Síguenos, muchacho —era el mismo guardia que Peter había burlado anteriormente lanzándole una telaraña en los ojos. Parecía aún rencoroso al respecto, cosa que se hizo notar en la manera brusca en la que tomó al castaño.

Tan pronto lo tomaron, las puertas fueron cerradas, dejando a Peter en apariencia de Loki atrapado en el pequeño cuarto. El chico empezó a gatear para acercarse a la entrada, pensando en la forma en la que podría apañarse de la suyas para cooperar en el plan.

— Piensa, Peter, piensa —murmuró para sí mismo mientras medía sus opciones viables para salir del cuarto—. ¿Cómo actuaría Loki en estos casos?

La araña y la serpienteWhere stories live. Discover now