CAPÍTULO 40

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LOGAN

Los días pasan rápido para cuando tengo que volver, y por desgracia, he tenido más salidas fuera de lo previsto. El trabajo es muy pesado y necesitado de mucha dedicación.

Camille no opina acerca de cuando tengo que irme, simplemente espera con paciencia mi regreso sin reprochar nada, y en parte comprendo los motivos que la llevan a adoptar esa actitud.

Actuar que todo va normal no hace desaparecer los problemas, pero al menos la ayuda a mantenerse. La situación me gusta menos que a ella, sin embargo hemos aceptado cargar con esto y la distracción parece ser una buena opción. Por eso he entrado en el papel.

Cada vez que me recibirme con una sonrisa, es suficiente para pasar a segundo plano lo estresante de los días anteriores. Su cariño es sincero y no podría estar más agradecido por su apoyo. He procurado poner el empeño posible para terminar mis plazos en el trabajo, para así cuando tengo que volver, disfrutar plenamente de su compañía. Ayudarla en su labor para poder soportarlo.

En el poco tiempo que nos vemos, hacemos cualquier tipo de actividad juntos. Entre sentarnos al sofá a ver películas, juegos de mesa, charlar o simplemente estar lado a lado, procuramos aprovechar lo del día posible ya que las llamadas que suelen exigir mis viajes son bastante recurrentes e inesperadas. Y sin darnos cuenta, así se pasan las semanas.

La relación entre nosotros marcha bien, vamos despacio pero a paso firme. Percibo que nuestra unión se hace más fuerte al paso de los días. De nuevo me he acostumbrado a ella y a la influencia que tiene para inspirarme que... no lo sé, no creería tener el poder para seguir aguantando. Al menos, ya habría perdido la cabeza hace tiempo.

Es la que me mantiene en mi sitio, la que evita me descarrile. Me impulsa a imaginar que, una vez este martirio concluya, podremos tener más oportunidades de realizar lo que hemos visualizado para el futuro.

Que si no fuera por estar próximos a desmantelar una red importante, empezaría desde ya, llevándola lejos. Lo suficiente para empezar una nueva vida desde cero.

Pero sería solo eludir el problema, y se tiene que arrancar de raíz. Tengo un deber por cumplir. Ya lo había decidido.

Acercarme a Arturo se ve más accesible a medida que las investigaciones dan frutos, y conforme los días pasan me vuelvo más ansioso. Las pistas poco a poco apuntan hacia su entorno y nada faltará para encontrar el último eslabón, el vínculo con los crímenes que ha cometido. Sé que estas operaciones abarcan a mucha gente, pero me conformaré con él. Sé que es uno de los que encabezan el tráfico y que obtendremos mucho con su simple persona. No puedo esperar el momento en que sea testigo de cuando le concedan el juicio que merece. Años tras las rejas, sino es que permanentemente.

Con unos cuantos cargos, de tantos que presencié en aquellos años, bastarán para tener la paz que busco. Solo hacía falta encontrar las piezas que armaban al rompecabezas completo.

Pero por fin, y después de varios intentos, he conseguido un espacio para inspeccionar en la antigua casa de Camille. Ya teníamos luz verde.

Si resultaba bien, encontraría pistas importantes para el caso. Esto podría darnos un impulso grande, o solo despejar algunas dudas. Entre ellas, una que ha estado rondando por mi cabeza las últimas noches...

Subo hasta el segundo piso y continúo la dirección a la habitación de Camille. Quiero darle cuanto antes la noticia, pero antes de llegar, logro escuchar su voz por el pasillo, al parecer sostiene una charla pero no logro escuchar otra voz. Me acerco, su puerta está abierta.

−No te preocupes, estoy despierta hace poco −dice en tanto me aproximo con el silencio que he llegado, me posiciono en el umbral a la espera, sin intención de interrumpirla −. ¿Cómo estas?

Malas DecisionesWhere stories live. Discover now