Maestra

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-¡Así que aquí estabas Elizabeth!-se escucho una voz a lo alto, y cuando Meliodas y Elizabeth alzaron su vista la vieron.

Flotando a unos cuantos metros de ellos se encontraba la más grande maga de toda Britania, Merlín, quien para Meliodas había cambiado mucho a lo largo de los siglos. Ahora, con su apariencia adulta, su ropa reveladora y su Tesoro Sagrado parecía una persona totalmente distinta a la niña que Meliodas conoció hace 3,000 años. Es más, pensaba que si Elizabeth reviviera no reconocería a Merlín, menos ahora que miraba con puro odio a Meliodas cuando antes se toleraban.

-Ha pasado tiempo Merlín-saludó Meliodas a Merlín, quien parecía querer matarlo con la mirada.

-Ha pasado tiempo Meliodas-parecía ser que aún con todo ese odio, Merlín recordaba lo que eran los modales, aún así, Meliodas quizo molestarla para sacarle lo más posible de información.

-¿Y por qué esa frialdad? Podrías intentar sonreír un poco más cuando me vez, después de todo somos viejos conocidos.

-Lo siento, pero ahora no tengo tiempo para eso, tengo que enseñarle magia a la princesa Elizabeth-seguramente a estas altura Merlín ya se había dado cuenta de que Elizabeth le dijo su nombre y título a Meliodas y por eso no se reprimió en decirlo.

-Vaya, vaya, vaya. No sabía que la maga más poderosa de Britania le estuviera enseñando magia a una princesa-dijo Meliodas con la intención de provocar a Merlín.

-Eso no es asunto tuyo, es más, no sabía que debía pedirle permiso al heredero del Rey Demonio para tener como alumna a la tercera princesa de Liones-lo último que dijo Merlín sorprendió tanto a Elizabeth que casi salta del susto, mientras que arruinó los planes de Meliodas de acercarse a ella sin asustarla.

-No, sólo pensaba que no era algo usual en ti enseñarle a princesas, ¿acaso su padre te lo pidió o ella se ofreció?

-No, nada de eso ocurrió, y realmente no veo razones para decírtelo, después de todo Liones, Camelot y Danafor han mantenido sus partes del trato al igual que yo y no hemos hecho nada para que tengas que mantenerme vigilada.

-Bueno, ahí­ tienes un buen punto, no obstante, debes recordar que después de lo que pasó en aquellos tiempos el Rey Demonio no ha confiado en ti, al igual que nadie del Clan Demonio.

-Vaya, vaya, Meliodas ¿eso no debería pasarte a ti también?-preguntó Merlín mirando a Meliodas con ojos maliciosos, siendo correspondida con una sonrisa amistosa y a la vez burlona por parte de Meliodas, quien sólo dijo:

-Podría ser, pero ya vez, he sido más astuto que tú al saber con quien me junto y el motivo de eso, a diferencia tuya, Merlí­n-esta vez Meliodas realmente tena ganas de arrancarse la lengua y tirarla al mar, pero debía sonar como si realmente Elizabeth no le hubiera importado.

Se dio cuenta de que el Tesoro Sagrado de Merlín se estaba poniendo negro, lo cual indicaba que Merlín estaba a punto de estallar y atacarlo, aunque no le sorprendía, después de todo, en los últimos 3,000 años se habían visto unas 50 veces, y en todas esas veces que se vieron Merlín decidió que Meliodas era un maldito por haber jugado con los sentimientos de su querida "hermana" Elizabeth, mientras que Meliodas no hacia nada más que provocarla insultando a Elizabeth y alardeando lo divertido que fue jugar con ella.

-Maestra-fue la voz de Elizabeth lo que saco a Meliodas de sus pensamientos y pareció calmar a Merlín.

-¿Qué sucede, Elizabeth?-preguntó Merlín más calmada y, por lo que parecía, aliviada, mientras observaba a Elizabeth, quien parecía indecisa entre hablar o no hablar, aunque tal aparentaba, decidió elegir la primera opción: hablar.

Nos volvemos a verWhere stories live. Discover now