Conociendo Camelot

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Ya habían pasado los dos días y estaban a unos cuantos kilómetros de Camelot, o al menos eso fue lo que Merlín le dijo a Elizabeth cuando la princesa le preguntó hacía tan solo unos minutos, y no es que tuviera prisa por llegar, sino que en realidad estaba ansiosa y emocionada por conocer el reino en donde vive Merlín y también al rey Arthur Pendragon, quien también es alumno de Merlín y, por lo que parece, uno muy estimado por la misma, lo cual le decía que realmente se trata de alguien increíble, provocando nervios en la misma Elizabeth al preguntarse como debería actuar ante alguien así.

Sin darse cuenta, volteó a ver a Escanor, quien tenía la vista al frente, aunque seguramente se dio cuanta de que lo veía. Se trata de un Caballero Sacro muy poderoso, eso le había dicho Merlín en cuanto le preguntó por el, y recordó que en una ocasión escuchó a uno de los guardias de su habitación mencionar a Escanor, el Leon del Orgullo, quien parecía ser el Caballero Sacro más fuerte, lo cual le hizo preguntarse qué tipo de persona sería, y ahora lo tenía justo al lado, aunque la reacción que tuvo ante su maestra la llenó de curiosidad ¿acaso estará enfermo?

-Bueno Elizabeth, Escanor, hermoso llegado-la voz de Merlín sacó a Elizabeth de sus pensamientos y, al dirigir la vista al frente, no pudo creer lo que veía.

El reino de Camelot se encontraba rodeado por un gran muro de piedra que parecía poroteger a la ciudad y, desde fuera, el reino se veía tanto o más grande que Liones, habían casa de todos los estilos y tamaños esparcida por doquier, casas que rodeaban el hermoso castillo que resaltaba en el centro, como si protegiera a las casas, pero lo que más llamó la atención de Elizabeth fue la gente, habían personas por todas partes, incluso Caballeros Sacros que seguramente estaban de guardia. Además se encontraban todo tipo de tiendas y restaurantes, lugares que se encontraban llenos de personas, y no había ninguna calle vacía, lo cual indicaba tratarse de un reino bastante alegre, lo que emocionó aún más a Elizabeth.

-Maestra, Camelot es mucho más hermoso de lo que imaginé.

-Por supuesto que es hermoso, después de todo Merlín es la consejera del Rey-dijo Escanor mencionando "Rey" con algo de ¿desagrado?

-Además, Arthur realmente se ha esforzado en conseguir que sus ideales se hagan realidad haciendo de Camelot un lugar mejor, pues el anterior rey realmente dejaba mucho que desear-dijo Merlín rápidamente, como si quisiera hacer que Escanor se arrepintiera de sus palabras.

Siguieron su camino bajando de la colina en la que se encontraban y continuaron su camino hasta llegar hasta el muro de piedra, en donde se pudo ver una gran puerta de madera y unos Caballeros que parecían anotar el nombre de la gente que entraba y salía de Camelot, lo que le indicó a Elizabeth que se trataba de un puesto de control, tal y como en Liones. Estuvo pensando sobre la respuesta que iba a dar, pero no fue necesario decir nada, ya que lo Caballeros simplemente se inclinaron ante Merlín y los dejaron pasar a los tres. Además, uno de los Caballeros amablemente se ofreció a escoltaros con el Rey Arthur.

-Gracias, pero no es necesario que me guíes, conozco el camino. Sin embargo, te pediré que le des a estos dos un recorrido por Camelot, cuando hayan acabado llévalos al Castillo ¿Entendido?-el Caballero asintió ante el pedido de Merlín-En ese caso Escanor, cuida de Elizabeth, y tú, Elizabeth, trata de divertirte y relajarte, has entrenado bastante y estarás bien. Nos vemos-dicho esto, Merlín chasqueó los sus dedos y simplemente desapareció.

Ni Elizabeth ni Escanor supieron que hacer con esto, mucho menos Elizabeth, quien se puso nerviosa y se empezó a preguntar si su maestra realmente la quería o sí simplemente tenía cierto toque sádico, Escanor, por su parte, se preguntaba qué debería de hacer, se dio cuenta de que Merlín realmente se preocupa mucho por Elizabeth, lo cual indicaba que si le pasaba algo malo, sería el mismo Escanor quien sufriera las consecuencias siendo un conejillo de indias. Ambos fueron sacados de sus pensamiento en cuanto oyeron la voz del Caballero.

-Bueno, por favor síganme, los guiaré por todo Camelot. Si hay algo quieran saber, por favor no duden en preguntarme-con eso empezó a caminar, siendo seguido por Escanor y Elizabeth.

Fue un largo y hermoso recorrido en opinión de Elizabeth, a quien se le fueron quitando los nervios mientras más avanzaba y ahora se sentía como una niña en una dulcería. Su cara no estuvo quieta en ningún momento con todo lo que veía, escuchaba y olía, y cuando pasaban por las panaderías a Elizabeth se le hacía agua la boca y se prometió pedirle permiso a su maestra para ir un día a una. Por su parte, Escanor estaba realmente aburrido con el recorrido, no era como si no hubiera visto cosas similares en Liones, y las explicaciones del Caballero no eran para nada entretenidas, hablaba igual que un guía de turistas y eso resultaba aburrido, más tomó notas mentales sobre algunos lugares a los que podría llevar a Merlín para una cita, al menos de los dignos de su presencia.

Llagó el momento en que vio a una niña con un señor y una mujer, ambos ya eran grandes, quizás sus padres, ambos llevaban a la niña de las manos y realmente se veían felices mientras hablaban con ella y de vez en cuando la columpiaban con los brazos, una escena muy feliz a los ojos de Elizabeth, quien solo miró la escena con una mirada triste, preguntándose si las cosas hubieran sido así para ella si no se hubiera subido a ese árbol, más decidió alejar esos pensamientos de su cabeza y concentrarse en otra cosa, que resultó ser la voz del Caballero, quien dijo:

-Bueno, aquí se acaba nuestro recorrido, ahora los llevaré al castillo por órdenes de Lady Merlín. Por favor, síganme.

Siguieron al Caballero durante un rato hasta llegar al gran castillo, que visto de cerca no era muy diferente al de Liones, lo que hizo que Elizabeth se preguntara si también había una habitación como la que tuvo en Liones en este castillo, o si en Camelot viviría igual a como vivía en Liones, siendo temida y odiada por las personas del reino y teniendo como único apoyo a Merlín, la única diferencia es que esta vez tendría a Merlín cerca. Además, por alguna razón sentía que si se encontraba en problemas, el señor Meliodas vendría a protegerla, aunque eso era imposible.

Elizabeth y Escanor fueron guiados por el Caballero hacia el interior del castillo, donde caminaron hasta llegar al salón del trono, el cual era increíblemente grande y elegante, con los hermosos cuadros que colgaban en las paredes y con aquella hermosa alfombra carmesí con bordes dorados que guiaba al trono, el cual se había hecho de oro. Sin duda el salón del trono le hizo honor a su nombre, más nada de eso llamó la atención de Elizabeth, sino que en el trono se encontraba sentado un joven de unos 16 años, si duda apuesto, con una gran, feliz, emocionada y amable sonrisa en el rostro, lo que hizo que los nervios de Elizabeth se fueran volando. Además, junto al joven, se encontraba Merlín con una sonrisa complacida. Con un movimiento elegante, Merlín retiró al guardia, quien solo hizo una reverencia y se fue.

-Bueno, supongo que es hora de...-Merlín no terminó de hablar al ser interrumpida por Arthur, quien repentinamente se levantó del trono para después dirigirse a Elizabeth y...

Nos volvemos a verWhere stories live. Discover now