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Las marcas en su cuerpo dolían con el agua, y ni hablar de la temperatura de este. Karuma se sentía como un pollo hervido a media cocción.

Si su sirvienta se había dado cuenta o no de las marcas, no le había comentado nada y esque tampoco era de esperarse que le levantará alguna duda sobre ellas, no era muy cortes ser curioso con alguien que puede destruirte la vida con solo decir "estas despedida".

¿Que marcas? A decir verdad, ella tampoco recordaba muy bien como había llegado a ese acto que antes consideraba... "cobarde"

Autolesión.

Después de que se había quedado dormida con Kurisu en el claro, su vida que antes consideraba miserable había dado un giro, una perdición real se había desatado para ella. Y esque, al ser un matrimonio como el que era, se había tomado la decisión de que una debería tomar el papel del hombre.
Después de estudiar el cuerpo de Karuma y ver que, para ser una chica, su cadera estaba menos ensanchada a comparación de sus hombros, dándole una figura más canonicamente masculina. Se decidió que ella seria el "hombre" de ese matrimonio. Y ahí había empezado todo.

Vendajes, clases de etiqueta masculina.

Ella lloro al ver su cabello ser cortado, pero no protestó.

Un nuevo nombre se le había otorgado para portarlo en público "Owen"
¿Porque? Según sabia uno de sus ancestros más importantes se había llamado así, fue elegido por su madre y ella, como en todo. No protestó en ningún momento.

De todas formas no tenia opción.

-Amelia, puedes dejar de tallar tanto allí?- protestó ante el dolor que le causaba la esponja en las heridas más recientes -Me estas lastimando-

-Lo siento majestad, es solo que tenemos que ver que no se infecten- suspiro su criada. Pero no pregunto sobre las marcas

-No me importaría si lo hiciesen- bufo, algo... ¿Fastidiado? Aquel ser humano dentro de la bañera.

-Majestad, puedo hacerle una pregunta?- finalmente se atrevió a hablar la chica de cabellos dorados que estaba aseando a lo que antes fue la princesa del reino.

-¿Que necesitas?- le dedicó una mirada llena de ningún sentimiento, como ya era costumbre en... ¿El?

-Como le llamo ahora...?-

Esa pregunta tomo por sorpresa a aquello que quedaba de la princesa. Era cierto, ¿que era ahora? Biológicamente, una chica. Pero dadas las circunstancias.

-Owen, Amelia... Es mejor de esa manera-

Entonces el, se levantó de la bañera. Era una visión realmente hermosa a los ojos de cualquiera, una piel pálida, llena de algunas pecas, marcas rojizas y heridas causadas por si mismo. Un cabello castaño con algunas ondulaciones por el reciente corte, ojos cafés y algunos destellos de color morado en ellos, de color morado si. Pero no de vida o alegría.

El agua escurría de su cuerpo, haciendo gotas por todas partes. Cerró los ojos, dejando que la luz del sol que se colaba por la ventana acariciara un poco ese cuerpo que ahora era deseado por muchas de las doncellas del reino. Y esque, al haber sido antes una chica. Sus rasgos eran finos, sus movimientos delicados y su personalidad era impecable. Su pecho, de por si pequeño había sido vendado y así se mantenía casi siempre, exceptuando cuando se aseaba. Por lo que en este momento se podían notar las marcas de los vendajes y alguna que otra llaga debido a los mismos.

-Majestad, debo secarlo. Los vendajes deben ser puestos, su padre no tardará en venir junto a su prometida-
Karuma... Perdón, Owen. Salió de la bañera, dirigiéndose hacia su criada. El lado bueno de esto es que ya no tenía que utilizar los molestos corces que antes le obligaban a usar, ni los molestos vestidos, ni los tacones o lo peinados con tocados pesados que le daban migraña. Ahora sólo era vendaje. Un traje negro, zapatos de piso como los que usaba su padre (o a veces, a su petición. Botas) y una pequeña gargantilla con un pequeño zafiro en esta. Antes había sido un colgante que llevaba siempre con sus vestidos, ahora solo era una especie de recordatorio para el, de que antes de todo esto. Pudo haber sido, tal vez. Una de las más hermosas princesas que habían paseado por el castillo.

Ya vestido, se encaminó hacia el salón donde había conocido a su prometida y donde la había visto por última vez hace ya seis meses. La boda seria pronto, en unas semanas si no mal recordaba.

Su paso ya no era alegre ni vivido, ahora ella misma se sentía como una de las esculturas que habían en su jardín, ella las había visto allí desde su balcón siempre en las mañanas. Pero nunca pensó que se sentiría como una de ellas.

Las puertas una vez más se posaron frente a ella.. Oh bueno, el.
Pero esta vez sabia lo que había detrás de ellas, solo le asustaba ver el rostro de esa chica cuando lo viera ahora.

Finalmente se abrió paso por ellas, Kurisu estaba hermosa, tal como la recordaba. Aunque ella lo veía con confusión y algo de nervios. ¿Ahora había sido ella a la que ni le habían avisado?

-Buenos días, señorita Kurisu- Owen hizo una reverencia, acercándose y besando la mano de la contraria.

-K-Karuma...?- alcanzo a pronunciar la, ahora. Unica chica en aquel solitario y frío salón.

-Owen, querida-

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Okey, no me maten por favor :'v

Actualice antes de lo que pensaba!

Miren que planeaba dejar esto por otro rato, pero viendo uno de mis animes favoritos me vino una idea y fue como "...y si..?"

Está mierda va para otro lado que como pensé al principio xd.

Aunque, creo que será algo mucho más interesante de ahora en adelante.

(incorporare también yaoi, para mis queridos fujoshis y fundshis)

Pero, por ahora es todo lo que dejó aquí!

Prometo actualizar más rápido (eso espero) igual todo esto seguirá siendo Yuri, solo... Por ahora todo esto va confuso.

Se despide, sin mas

-Noah

Nuestro Hilo Rojo [Yuri +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora