MY FAVORITE BAD BOY | Na Jaemin |

【 23 】

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— Llegaras tarde si no...

Mamá no terminó de hablar y yo ya estaba saliendo, pasé por su lado con un rayo veloz.

Definitivamente no debí dormirme en cuanto llegué.

Desperté en la madrugada y no me quedó otra opción mas que hacer las tareas a esa hora y fue aquel un grave error, a pesar de haber dormido un largo rato, seguía somnolienta y fue imposible escribir algo.

De cualquier modo. Ayer, todo mi día al diablo, pero cuando desperté lo primero que se vino a mi memte fueron las palabras de Jaemin.

"Un nuevo día con nuevo comienzos".

Para ser sincera, hoy no me preocupaba si me pasaba mil horas en el salón de detención, no me importaba si me mandaban tarea extra o si llamaban a mis padres por la ausencia de responsabilidad académica, me llegaba al carajo todo.

— ¿Y ahora que bicho raro te picó? —Jaehyun no dejaba de observarme mientras comía.

Yo realmente odiaba la avena con leche y, justo hoy, ese era el desayuno. Pero como mencioné antes, todo me llegaba al carajo, nada me arruinaría hoy.

— ¿A que te refieres hermanito? —me hice la desentendida mientras comía aquella avena como si comiera pizza.

— Tú en serio odias eso —señaló mi desayuno— ¿Por qué lo comes con esa sonrisa?.

— Es cierto, lo odio, pero puedo pasarlo, cosa extraña, y simplemente no quiero irme a la escuela con el estómago vacío —guiñe un ojo y di el último bocado a mi avena.

Aún con la boca llena salí de casa corriendo.

Me inunde de felicidad al recordar que tenía una bicicleta.

La tomé y disfrute de mi ruta hasta el centro de estudios que tanto amo.

Los recuerdos del día anterior querían atormentarme y recordarme que ya no tenía mejor amiga, pero luché contra eso, me costó, pero logré ignorar mis pensamientos autodestructivos.

Que bella es toda esta jodida podredumbre. Pensé al entrar al salón y oír a todos haciendo ruido, tirándose cosas y estorbando mi camino hasta mi pupitre.

Cuando me senté en mi respectivo sitio, me percaté de la presencia de Min Ha en el suyo, detrás mío.

Seguí con mi amplia sonrisa y empecé a sacar todo lo necesario para las clases que tocaban.

Aún sigo sin entender completamente del porqué hizo aquello, pero, dejaré esto a la vida, esperaré justicia divina.

De todos modos, no es por hacerme la buena o algo así, pero sigo valorando a Min Ha por todos estos años de amistad.

— ¡Silencio todos! —la secretaria de la escuela entró, no se en que momento, y golpeó con fuerza el escritorio haciendo a todos prestar atención inmediatamente— El profesor de química no podrá llegar, tuvo una serie de improvisos y no dará su clase hoy.

Todos los alumnos, literalmente, gritaron. Sí, el profesor de química probablemente no era el más querido.

— No salgan del salón ni hagan ningún ruido, de lo contrario, yo me enteré y todos se quedarán dos bellas horas, después de clases, encerrados en el aula de detención.

Todos se callaron inmediatamente.

Tal vez la secretaria era de temer, incluso mucho más que el mismo director.