Quince

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El reloj de la Iglesia indicó que eran las doce de la media noche.

La hora en la que el reino agradecía al Rey Park Namjoon por la grata fiesta que lograba unirlos más como habitantes, y mientras todos se iban a sus casas murmurando sobre la increíble noche que vivieron, un príncipe de cabello dorado llevaba en sus manos un pequeño sapo. Caminaba despacio hacia el interior de la habitación, ninguno emitía alguna palabra o croar, el silencio sepulcral se hacía presente a medida que los segundos pasaban y no era un silencio incómodo; tal vez era un silencio verdaderamente necesario.

La mirada perdida del sapo hizo que el príncipe Jimin ladeara la cabeza, confundido.

—Te ves mal, señor sapo. ¿Fui yo el causante? —preguntó en voz baja, acercándolo más a su rostro para verlo bien al no recibir respuesta—. ¿Señor sapo?

—P-Príncipe... Me duele...

—¿Qué...? ¡Oh, no! ¿Qué sucede? —El pánico lo invadió. Se sentó en la cama, puso una almohada en su regazo y dejó el cuerpo débil del sapo encima de ella. —No te duermas, por favor, háblame.

—Es que duele —murmuró.

—¿El qué?

—Aquí —se llevó una pata al pecho.

—Esto es culpa mía, ¿v-verdad? —sorbió su nariz y fue ahí cuando cayó en cuenta de que estaba llorando otra vez. Rió amargamente entre lágrimas—. ¡Soy un inútil! ¡Lo único bueno que hago es llorar! ¡Soy un estúpido! —puchereó.

—No digas groserías, p-príncipe. —El anfibio lo regañó dulcemente.

—A la mierda los modales, señor sapo —dijo con la respiración entrecortada—. Debes saber que... ¡No! ¡No cierres los ojos! ¡Tú no duermes!

—Hey —sonrió debilmente—. ¿Q-Quién te dijo que los sapos no duermen? Yo soy un c-claro ejemplo de eso, príncipe.

—Para de jugar —se acostó en la cama y puso la almohada a su lado, miró los ojos entrecerrados del sapo y negó de inmediato con rapidez—. Voy a cantarte. Sí, eso haré... Yo... Yo cantaré para ti, señor sapo —limpió su rostro con la tela de la sábana y suspiró—. S-Solo tú y yo... —empezó tímido—. Compartiendo juntos nuestro amor. Y sé que en el tiempo... Vamos a construir los sueños que atesoramos... Vamos a estar bien... solo tú y yo. Solo tú y yo. Solo tú y yo... —cerró sus ojos—. Compartiendo juntos nuestro amor. Y sé que en el tiempo, y sé que en el tiempo... Vamos a construir los sueños que atesoramos. Y vamos a estar bien... S-Solo tú y yo —tomó la tela de la sábana con un puño, apretándola en su manos como si ella tuviera la culpa de todo lo que pasaba.

Y re-recuerdo nuestro primer abrazo... —continuó el sapo Suga sin querer, estaba tan perdido en sus pensamientos que el canto salió por sí solo—. Esa sonrisa que había en su cara... Las promesas que hemos hecho. Y ahora, tu amor es mi recompensa... Y te amo aún más, de lo que nunca hice antes —las palabras de la melodía corrieron en una danza a los oídos del príncipe—. Solo tú y yo... Solo tú y yo. Podemos confiar entre sí... 

Contigo en mi vida... Contigo en mi vida... Nunca habrá otro —sus voces se unieron en una obra íntima. Cantaban tan bajo como si no quisieran ser oídos por alguien más.

Vamos a estar bien...

Solo tú y yo...
 
Lo hicimos tú y yo... —finalizaron juntos.

Ninguno abrió sus ojos, estaban en un profundo sueño.

Un pequeño sapo extendido sobre la almohada blanca y a su lado, un bonito príncipe en posición fetal, ambos con el corazón pesaroso, pero repleto de esperanzas.

Por favor, regresa a mí, Yoongi.

—Volveré a ti, Jimin —la promesa escapó de la boca del sapo Suga, sus pulmones perdían aire. Su corazón deteniéndose—. Mi... Mi vida... Volveré a ti.

-Niny ♡

❝왕자와 두꺼비❞; El Príncipe y El Sapo |Yoonmin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora