nueve

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Why

Según decían el infierno era como el lugar en el que sabías que habías hecho mal pero que habías disfrutado de lo que hiciste, sí, era como un infierno; el dolor entre mis piernas era insoportable y nada que decir de los moretones que sentía en mis caderas. No tenía explicación previa.

Tapé mi cuerpo de pies a cabeza comenzando a patalear por lo salvaje que había sido, pero segundos después tuve que parar, el dolor se puso más fuerte.

–Eh.– lo moví del hombro.– Animal salvaje, levántate de ahí y ayúdame.–dije intentando poder moverme.

No hizo caso, como siempre.

Me levanté como pude y como un detective empecé a buscar mis cosas en total silencio, traté de parecer la más normal y salí de la habitación para ir a la que "íbamos" a compartir Hwa Young y yo, realmente esperaba que estuviese dormida o algo porque sus preguntas iban a ser como lluvia de tormenta. Todas fuertes.

Dios no estaba conmigo hoy.

–¿Qué se siente que te la metan por primera vez?– dijo pellizcando mi espalda.– Recuerdo mi primera vez, como la gloria.

La vi tomar de su taza de café haciendo una completa dramatización de su estado en ese momento.

–Si la gloria es levantarte con un dolor insoportable ahí debajo, mejor hubiese preferido nunca haber visto o sentido la supuesta... – dije haciendo comillas antes de decir.– Gloria.

–Pero bien que dormiste.–dijo dando un sorbo.– Entré a media noche y los vi a los dos abrazados.

–Oye puerca, ¿y si hubiésemos estado teniendo relaciones otra vez?

Rió como foca atorada.

–Pues nadie los manda a no saber que las llaves estaban debajo, no usaron pestillo.– levantó ambos hombros.– Además siendo follada la primera vez no ibas a aguantar ni segunda ni tercera.

Después de eso hablamos un rato más hasta que entré al baño para poder tomar una cómoda ducha, la necesitaba. Delante del espejo pude ver mi cara y mi cuerpo, no me había equivocado, tenía marcas de sus manos en algunas partes del cuerpo en específico la cadera. Por mi mente solamente pasó un "me las va a pagar" y mis mejillas se habían vuelto rosadas de sólo pensar en lo que pasó anoche; había perdido la virginidad y el responsable era el hombre al que he amado por años y años, le había entregado mi corazón y mi cuerpo, entré a la ducha y lavé todo mi cuerpo teniendo cuidado con mi zona que dolía bastante y no pude evitar pensar en las sábanas, había leído que al momento de perder la virginidad se expulsa a sangre y no quería que los chicos se dieran cuenta.

–Isa, te buscan.–dijo Hwa Young pegada a la pared y haciendo señas para que terminara de cambiarme.

Cuando terminé un dile que pase solté y de inmediato un Jaebum con el pelo mojado apareció frente a mis ojos, al instante mis mejillas volvieron a ser rosadas.

–Hola.–su voz también estaba ronca.

–Voy a hacer desayuno.

Vi salir a Hwa Young y sabía que este era un momento sumamente serio.

–Hola.–dije despacio.

Why? │jaebumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora