Carta 1
Es cobarde si te escribo por este medio, es cobarde que no te lo diga, es cobarde que me esconda detrás de simples palabras...pero es más cobarde que te hayas ido sin explicación.
Nunca te dije que me parecía mal, que me parecía bien, que me gustaba o que no me gustaba.
Creo que al final no éramos las almas gemelas que creía, no éramos Romeo y Julieta, no éramos el típico romance de novela que siempre leía y creo que ese fue mi error; pensar que seríamos infinitos cuando no éramos ni tu, ni yo contra el mundo...éramos tu por tu lado y yo por el mío.
Quería que fuéramos más que una relación sin sentido, quería tener contigo lo que nunca tendría con alguien más, quería que fuéramos tú y yo solos, queria apoyarte en todo, quería protegerte del mundo, quería que me amarás como yo lo hacía.
Pero tú no querías.
Durante todo nuestro noviazgo siempre quise decirte las cosas que pensaba en cada momento, incluso cuando éramos amigos, contarte cada oración que formaba mirando tus ojos que me inspiraban.
Pero no entiendo porque no lo hacía...¿Se me olvidaba? ¿O quería olvidarlo?
Siempre tendré en mi cabeza las dulces mentiras que me decías y con ellas soñaré noche a noche hasta que mis ojos ya no produzcan más lágrimas.
Nunca te dije que me encantaban tus ojos.
