18: "Peligrosamente bello"

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Una hora. Ese es el tiempo que los miembros llevan metidos en esa sala de juntas, dejando a Taehyung abandonado a su suerte. Ya recorrió la empresa tres veces y ahora mismo está en proceso de la cuarta. Camina ya sin prestar atención a su alrededor, tocado la pared con la mano y manteniendo la boca un poco abierta. Los empleados le ven pasar con sonrisas en sus rostros, dejándolo moverse a su gusto.

Pero Taehyung no se ha atrevido a entrar a ninguna habitación, pues siente que si llega a encontrar otro estudio de grabación su corazón va a dañarse más de lo que ya está, y él no quiere sentirse triste, no quiere llorar ni sentirse asustado, aún cuando sabe que es inevitable.

El tiempo se te está acabando.

No sabe la razón, pero su cabeza está constantemente recordándole eso, como una bomba de tiempo que lentamente cuenta los minutos, presionandolo. No sabe porque, pero esto le hace sentir horrible, confundido y temeroso de lo que eso signifique. Y trata de mantenerse ocupado para no pensar mucho en eso, sin embargo su conciencia insiste, diciendole que debe hacer algo para arreglar las cosas y salvar la situación.

¿Pero qué va a hacer él?

No sabe lo que hay que salvar, ni lo que se debe arreglar; las personas no quieren darle respuestas, por lo que él está a su suerte, pero repito, ¿Qué hará el, con una mente totalmente dañana, incapaz de recordar?

Solo espera que sea cosa suya, y nada malo suceda cuando el tiempo termine.

Un suspiro deja sus labios, decidido a olvidar ese tema y trata de concentrase en otra cosa, como en el echo de que está terriblemente aburrido. La mano que mantiene en la pared, se topa con una manija dorada, está ensamblada en una puerta blanca brillante.

La curiosidad pica en su interior, y de forma disimulada mira a ambos costados del pasillo, cuando nota que no hay nadie a la vista, abre la puerta. Un jadeo lleno de sopresa abandona su boca, y observa con emoción el interior de la habitación. Esta es totalmente blanca, pero muy bien amueblada. En la pared, hay varios tocadores con espejo y mucho maquillaje, como los que usan los artistas en sus camerinos.

Ellos son artistas, tonto.

También pueden verse soportes de donde cuelga una variedad de ropa, que a simple vista parecer ser hermosa. Tae estaba decidido a acercase, pero un carraspeo ocasiona que salte en su lugar.

En uno de los sillones, una joven chica le observa con diversión. Ella está sentada cómodamente, masticando goma de mascar y un cabello colorido cayendo por sus hombros. El castaño se agarra el brazo, sobandolo con pena al haber sido descubierto entrando a una habitación sin permiso de nadie.

— L-Lo siento. —él estuvo a punto de cerrar la puerta, sin embargo la chica le hizo ceñas, pidiéndole esperar. Tae avanza un paso, viendo cómo una gran, linda y casi traviesa sonrisa se forma en los labios contrarios.

— ¡Taehyung!

Ella se levanta, acercándose a paso grandes hacia el chico hasta envolverlo en sus pequeños brazos, abrazándolo por el cuello. Taehyung da unos pasos hacia atrás, bastante sorprendido con la acción y teniendo que agacharse por la diferencia de altura; un sonrojo cubre su rostro y coloca sus manos en los hombros de la mujer, alejándola suavemente.

— ¿Quién eres? —pregunta con timidez.

La más bajita hace una expresión de sopresa, tocando su pecho.

— ¿No me recuerdas? —Tae niega, lamiendo sus labios con nerviosismo, cosa que aumenta cuando ella lo sujeta de las mejillas, acercándolo a su rostro. — Taehyung, yo soy tu novia.

Recuerdos de un cantante (V x BTS) Where stories live. Discover now