Yo sanaré tus heridas

92 11 11
                                    

—HimChan no te vayas por favor...

—Por eso siempre venías a Jeju...

—JunHong por favor, vete.

El chico rubio y alto que minutos atrás estaba sobre JongUp se vestía desvergonzadamente, sin preocupaciones, ni siquiera pedía explicaciones. Cuando ya tenía la ropa suficiente para salir de la habitación miró a HimChan de la cabeza a los pies, con cierto desprecio en la mirada.

—Dijiste que era delgado... —. Comentó sonriéndole a JongUp. Tras ese acto de cinismo aquel muchacho abandonó la habitación.

Mucha rabia y dolor era lo que tenía HimChan cuando sorprendió a ambos amantes sobre la cama. Quiso estrellar el pastel contra el piso y salir huyendo de ese lugar para no ser humillado. Pero él no era así, él sabía controlar sus impulsos.

No le quedó de otra que poner la caja sobre la mesa más cercana, y acomodar la maleta sobre su hombro dispuesto a marcharse de esa habitación, de la vida de JongUp...

—Es mejor que todo se termine aquí—. Ansiaba que su voz sonara más firme pero el cúmulo de pena se le formaba en la garganta. Nunca creyó pronunciar tales palabras, sentía un hueco en su pecho.

—¡No HimChan! Te juro que no tengo nada con él, solo fue sexo. ¡Tú no me puedes dejar!—. El CEO solo había logrado ponerse un pantalón pues su camisa no la hallaba.

—Tú no eres la persona que conocí en la universidad. El JongUp de esa época jamás me habría engañado. El JongUp de esa época jamás me lastimaría.

—HimChan yo te amo, no me puedes dejar—. El menor de ambos trató de abrazar a un triste HimChan, a quien el mundo se le caía a pedazos.

—Creí que todo se iba a arreglar con las rosas que me enviaste. Pero ni eso ni nada va a cambiar lo que tenemos. Tu familia me odia, tú te avergüenzas de mí y ya no me amas—. HimChan no pudo ni terminar la frase, los sollozos amenazaban escapar.

—No seas tonto, si no te amara hace mucho ya habría terminado contigo... además es tu culpa todo esto. ¡Tengo necesidades! Y tú no quieres estar conmigo ¡Me rechazaste!—. El CEO parecía furioso, en contraste con Kim que empezaba a retroceder.

—Yo también tengo necesidades. Necesito que alguien me abrace, que me diga lo mucho que me quiere, que no me trate como tú lo haces. Y sin embargo no busco al primero para satisfacerme—. HimChan decía firme pero de sus ojos no dejaban de brotar lágrima tras lágrima.

—HimChan por favor, recapacita. No me puedes dejar, tú me amas y nadie te va amar como yo—. El menor tomó las manos del otro pero no por mucho tiempo pues HimChan se alejó de inmediato caminando hacia la puerta mientras JongUp buscaba en vano su camisa—. ¡No te atrevas a dejarme maldita sea!

Entre gritos furiosos HimChan dejó esa habitación lujosa y a la persona que le prometió alguna vez hacerlo feliz para siempre.

No sabía qué hacer, sentía que le daba vueltas la cabeza y no tenía sentido ni dirección en su vida. No supo cómo pero estaba ya en un taxi rumbo al aeropuerto. Ni siquiera tenía idea si había vuelos disponibles.

Ocultaba sus lágrimas con la mano en tanto el conductor lo miraba con cierta preocupación, quiso llamar a su hermano pero ¿qué podría hacer YoungJae por él? Estaba seguro que sus palabras de consuelo no servirían de mucho.

Vio su móvil, JongUp lo llamaba incansablemente. Lo llamaba una y mil veces. Muchos textos fueron llegando. Todos decían lo mismo: "No te vayas por favor, yo te amo" "Solo te amo a ti" "¡Te vas a arrepentir si me dejas!"

Die For You (B.A.P)Where stories live. Discover now