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"Hola, qué vas a pedir?" Habló el chico con cabello color Sol del otro lado de la barra. Sonriéndome como todos los demás sábados llevaba haciendo.

"Un Blizzard de..."

"De oreo con brownie ¿o me equivoco?" Me interrumpió dándome una sonrisa gatuna y volqué mi atención a él, le miré a los ojos y juro que mis mejillas estaban rojas. Qué vergüenza.

"Eh... uhm. Sí." Logré decir con los nervios a mil, haciéndome perder la noción de las palabras.

Luke sonrió y se dispuso a teclear mi pedido.
Pero antes de cobrarme decidió volver a hablar.

"¿Te gusta mucho venir aquí no?" Y me miró expectante a mi respuesta.

"Yo eh..." respiré procurando tranquilizarme e intentando encontrar las palabras correctas. "Me gusta el Blizzard de aquí."

"A mí también me gusta el helado de aquí." Y seguido de esto me dedicó una sonrisa y me cobró lo que siempre me cobraba. Seguido de esto me tendió el ticket y fui al final de la barra para que él mismo me entregara el helado puesto que no había clientela esperando por su pedido como la mayoría de los fines de semana lo hacía.

Después de que Michael me dijese su nombre fue como la medicina que necesitaba para componerme de mi resfriado y a los 4 días yo ya estaba como nueva. Seguido de ese Sábado sin venir, vine dos más y este era mi tercero volviendo después de haber enfermado. Siempre llegando a la misma hora a pedir lo mismo para ver a la misma persona siempre.

"Aquí tienes." Volteó el helado característico por no caerse y me lo tendió. Lo tomé y decidí irme; en algunas otras ocasiones me quedaba en aquel local mirándole hasta terminar mi helado, haciendo que me percatara de detalles como que sus ojos son azules, pero no un azul cualquiera sino un azul demasiado claro pero bellísimo. Averiguando al estar muy cerca de él que tenía el iris azul con bordes negros, ese que le caracterizaba a él y solamente a él. También me fijé que en su labio inferior izquierdo le adornaba una argolla negra haciéndole ver realmente atractivo. Despejando aquellos pensamientos de la belleza de aquel ser humano me dediqué a caminar hacia la salida, pero su voz me detuvo. "¿Por qué vienes siempre a la misma hora y el mismo día?"

Me quedé helada al escuchar esas palabras. ¿En serio había notado que siempre venía el mismo día, a la misma hora, pidiendo lo mismo?

Demonios.

Me lo pensé durante unos minutos y después respondí con los nervios a flor de piel. "Ya te lo dije, me gusta el Blizzard que preparan aquí." E intenté que mi respuesta fuese la más sensata y clara. A pesar de que me moría de nervios, pensando que quizá no sonara tan creíble.

Le miré a los ojos y este asintió. Pero cuando volví a decidir irme de aquel lugar, el bello chico volvió a hablar. "Deberías quedarte." Volteé y le miré con mis ojos abiertos como platos y mis manos seguramente sudorosas por los nervios. Supongo que vio mi terror y decidió aclararse la garganta para hablar de nuevo. "Es decir, uh... el local está solo. Nos vendría bien compañía ¿no lo crees?" Rascó su nuca mientras permanecía del otro lado de la barra y miró hacia el piso esperando mi respuesta.

"Yo... eh..." me quedé en blanco al escuchar su petición. ¿En verdad quería que me quedase a hacerle compañía? ¿Qué se supone que debería responder ante ello? ¿Debía quedarme? No lo sabía en lo absoluto. Y como casi siempre, terminé diciendo lo primero que se pasó por mi mente. "La verdad es que estoy un poco apurada."

Hizo una mueca, parecida a una sonrisa de lado demostrándome un poco de decepción ante el rechazo a su propuesta y asintió suavemente. "Supongo que será otro día, uh...?" Me miró indicándome que no sabía mi nombre.

"Li...Libra."

"Un gusto Libra, soy Luke." Le miré y le sonreí.

Y antes de decir otra cosa salí disparada de aquel lugar.

¿Qué mierda había sido eso?

Dairy Queen [l.r.h]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora