22.

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Me desperté antes que Miriam al día siguiente y me quedé mirando como dormía. Parecía tan tranquila mientras lo hacía, con una sonrisa en la cara y con la respiración calmada. No era capaz de imaginarme todo por lo que había pasado. Porque si, sabía una gran parte de las cosas, pero había algunas que aún seguían dentro de ella.

Bajé las escaleras encontrándome a mi padre desayunando en la cocina.

-Buenos días Anita. -dijo.

-Buenos días. -dije dándole un beso en la mejilla.

-¿Durmieron bien? -me preguntó.

-Si. -dije cogiendo dos tazones.

-Ayer, cuando les interrumpí, me fije en Miriam. ¿Le pasó algo? -dijo bebiendo zumo.- Tenía todo el maquillaje corrido y...

-Es complicado. -le corté después de meter los tazones en el microondas.

-Bueno, no me quiero meter en sus cosas, pero le eres de mucha ayuda, Ana. Cuídala.

-Papá, ¿no se supone que le deberías de decir eso a Miriam y no a mi? -dije riendo.

-Tranquila, ya se lo dije hace unos días. -dijo mi padre.- Te lo digo a ti ahora porque son muy importantes la una para la otra y se tienen que cuidar.

Metí las tostadas en la tostadora y saqué los tazones del microondas para después cortar dos aguacates. Creo que Miriam ya se había acostumbrado a mis desayunos, el aguacate siempre estaba presente.

-Claro que ella es muy importante para mi. -dije terminando de poner todo en las tostadas.- Y la voy a cuidar aunque esté a kilómetros de ella. Voy a despertarla y bajamos a desayunar. -dije sonriendo a mi padre.

-No hace falta. -escuché que decía una voz detrás mío.- Con desayuno y todo hecho. Buenos días. -nos saludó Miriam riendo.

Se acercó a mi y me dio un abrazo.

-Muy bonito todo lo que dices sobre mi por las mañanas. Yo también te cuidaría siempre, aunque estuvieras en otro planeta. - me susurró al oído para después separarse y darme un beso en la mejilla.

-¿Estás mejor? -vocalicé sin decirlo en voz alta. Ella me respondió asintiendo y con una sonrisa.

***

-Tú tranquila, amor, no va a pasar nada. -dije dándole la mano.

-Esque ahora mismo mi casa es el único sitio al que no me apetece ir. -dijo ella.- Ni le quiero dar explicaciones a Mireya y Nerea ni quiero pasar por delante del hostal.

-Tú no tienes la culpa de que tu casa esté justo al lado del hostal y de que Pablo esté allí.

-Sabe donde vivo, seguro que viene y... -dijo.

-Miriam, no te va a hacer nada. Confía en mi. -le corté.- Vas a hablar con él y le vas a decir lo que hemos hablado, con tranquilidad.

-¿De verdad crees que me va a hacer caso? -dijo Miriam.- Ayer ya le dije todo lo que le tenía que decir y no se ha marchado.

-Bueno pues si no hace caso hablando, habrá que explicárselo de otra forma. -dije yo.

-La violenta solía ser yo, ¿sabes?

-Nena, hay veces que tienes que ser la pasiva. -dije yo mirándola.

-No me llames nena.

Hay algo en ti ✨ (WARIAM)Where stories live. Discover now