Hay algo en ti ✨ (WARIAM)

23.

-Ana, en verdad tú no tienes problema para elegir que ponerte para la fiesta. -dijo Mimi gritando al otro lado del teléfono.

-¿Por qué lo dices? -pregunté yo mirando en mi armario.

-Hombre te ibas de vacaciones a Ibiza y es una fiesta ibicenca así que... -dijo Mimi riendo.

-Eres idiota, gracias por recordarlo. -dije yo haciendo una pausa.- Estoy mirando y tengo tantas cosas blancas que no se que ponerme.

-Vale, tiene que ser algo que deje a la leona con la boca abierta. -dijo Mimi.- Ya me estás mandando una foto.

Y colgó sin darme tiempo a decirle nada más. Le mande rápidamente una foto de todo lo blanco que tenía en mi armario y esperé una respuesta.

Habíamos quedado a las 12 en el lago. Así que el plan consistía en arreglarme para luego cenar algo rápido. Tal vez no era lo mejor porque llevar algo blanco para cenar podía acabar mal, y más conociéndome, pero no me iba a dar tiempo si no me arreglaba antes.

Mimita✨
A ver Ana, que no era tan complicado.
El mono blanco.
EL PUTO MONO BLANCO, ANA.
¿TÚ SABES LO JODIDAMENTE SEXY QUE VAS A ESTAR CON ESO?
QUE LA LEONA SE CAE A TUS PIES.

Ana
Vale, vale, me ha quedado claro.
El mono blanco.
Gracias Mimi por tu ayuda.

Mimita✨
Como lo manches te mato, que lo sepas.

Ana
Mimi, parece que sea tu ropa.

Mimita✨
Le tengo más cariño que tú.
Y eso que eres la pija, que se supone que cuidabas mucho tu ropa.

Ana
Eres idiota.

Mimita✨
Te quiero puntual allí, que hoy que no te lleva nadie no me fío. Además teniendo a la reina de la puntualidad como novia como llegues tarde, mal.

Ana
Que si Mimi, fíate de mi.
Además ceno con mi padre, así que me avisará si voy mal.

Mimita✨
Menos mal que está Antonio controlándote.

***

Y si, menos mal que estaba mi padre para controlarme. Eran las 11 y media y me costaba llegar unos 15 minutos al lago. Todavía estaba cenando y tenía que cambiarme porque al final había decidido no jugármela. Así era yo, Ana Guerra, un desastre.

Rápidamente terminé la cena y me subí a mi cuarto para cambiarme. 22 minutos para las 12.

-Muy bien Ana, le has dicho a Mimi que no llegarías tarde. Así que no toques el móvil y en 7 minutos lista y con el coche en marcha. -me dije a mí misma.

Y sorprendentemente así fue. A menos cuarto estaba ya en el coche y con mi padre preocupado gritándome.

-¡No le hagas nada! -dijo mi padre.

-Cómo si no lo hubiera cogido otras veces, papá. -dije.

-Si, pero no ibas de fiesta. -dijo.- Ana, contrólate por favor.

-Que si papá. -dije.- Me voy que le prometí a Mimi llegar puntual. -dije sacando la mano por la ventanilla.- Te quiero.

Y puse rumbo al lago. Y como no Mimi ya me estaba llamando.